Al contrario que el día anterior, este día amaneció frío y soleado y a las 9:30 estábamos aparcando en una zona llamada Gleiming, a 810 m de altura. para inciar el recorrido de los "cuatro montes unidos por remontes".
Nuestro destino final era Hauser Kaibling....y había que volver, así que nos pusimos a la faena.
Tomamos un telecabia nuevo, sgún anunciaban de 8 pasajeros que te subía a la zona intermedia del Reiteralm, uno de los cuatro montes.
Desde allí un moderno sextiplaza te subía a la mismísma cumbre.
Pero como teníamos prisa no subimos a la cumbre del Reiteralm, pensando hacerlo a nuestra vuelta, pero al final nos quedamos sin disfrutar de sus dos excelentes pistas negras, ya que se nos hizo tarde.
Desde la llegada de este telcabina de 8 plazas denominado Reiteralm Silver-Jet, pon un delicioso y largo boulevadr entre áboles, aún en sombre porque no le llegaba aún el sol de la mañana, y con un frío en la cara que te ponñia una sonrisita así, como a lo Aznar , llegamos a Pichl una amplia zona con acceso por carrtera y uno de los accesos más fecuentados del dominio esquiable, para desde allí subir a la cumbre del Hochwurzen a 1850 metros.
Mis queridos amigos, el Hochwurzen es una cosa seria no ya por la magnífica vista que se contempla desde su cima, sino por sus 9 pistas, 6 rojas y 3 azules que se pueden disfrutar.
Abrigadísimas todas ellas entre un frondoso bosque es un placer esquiar en ellas. Nosotros bajamos la Klassische (la clásica) y tras subir de nuevo apretados en un telecabina a cuya llegada hay que tomar un ascensor, bajamos por otra roja que pasaba por debajo del mencionado telecabina.
Desde allí tomamos la llamada Route Schladming, una zona bastante descubiert, amplia y de suaves pendientes y no dirigimos hasta la zona de Schladming, a fin de tomar un vetusto telesilla biplaza que atravesaba por un túnel y que me hizo recordar ese proyecto que hay en S. Nevada de enlazar montebajo y La Laguna con un túnel.
La verdad es que el túnel no es muy largo, y pasa bajo una pequeña montaña que se podía haber remontado con un par de pilonas, por lo que no entiendo esa necesidad de horadar la montaña, a no ser que razones ecológicas lo justifiquen.
De ese telesilla te diriges a la altura de Planai tomando el telesilla cuatriplaza Lärchkogelbahn, que está al lado de una serrería, ahora parada y cubierta de nieve.
Me encanta encontrarme serrerías en las montañas....
Cuando llegas casi a lo alto de la cima a través de una pista azul te diriges por un boulevard azul hacia la zona de HauserKaibling, la más oriental de las cuatro estaciones.
Hauser Kabibling tiene 13 pistas, dos de ellas negras y bajamos por la nº 1, que como no es una FIS Talabfhart, primero roja y luego negra, con una base dura como uná piedra, pero con 25 cm de nieve polvo caía la tarde/noche anterior.
En la parte baja de la estación hay un supermoderno skistadion, lleno de tiendas, restaurantes y demás.
Se nota que es una zona muy aficionada a las competiciones de esquí.
Tomamos un telecabina de 8 plazas y luego un telesila desembragable de 4 para a través de un boulevard azul dirigirnos al extremo oriental de la estación.
Desde allí tenñiamos que pensar en volver, y ya eran casi las 2 de la tarde.
Tomamos dos telesillas cuatriplaza llamados Höfi-Exprés y deprisa, deprisa nos dirigimos hacia nuestra deseada meta: la cumbre del Hauser Kaibling a 2015 metros de altura, en una zona casi desprovista de árboles.
cosa rara.Y además con señales de peligro de aludes por todos lados, lo que no nos privó de detenernos en un rústico pero confortable albergue y tomarnos las salchichas de rigor, cuando ya eran casi las tres.
Y luego, cada vez más deprisa, y sin poder bajar la mayoría de las apetitosas pistas que nos salían al encuentro, nos dirigimos ¡por fin! a la cumbre del Planai, que aunque está más baja que el Hauser Kaibling y con el telecabina de Schladming casi llegamos a tocarlo, no fué hasta cas las 4 de la tarde en la que tras las fotos de rigor, nos volvimos disparados, temiendo que nos cerraran los remontes.
Tampoco hubiera pasado nada, dada la abundancia de skibus que recorren todas las zonas, pero nos apetecía esquiar en la cumbre del Reiteralm, cosa que al final no hicimos.
Llegamos esquiando al aparcamiento del que salimos ¡7 horas antes!
T
Y casi sin pararnos y por supuesto sin repetir pista.
¡¡Siete horas seguidas esquiando.....!!
Y yo al día siguiente cumplía 60 años.
La verdad, es que cuando bajaba disparado hacia Gleiming, con el frío de la tarde, ese mismo frío que sufrí cuando hacía el camino de vuelta, solamente pensaba en una cosa:
¡¡Que lejos estaban las Felsentherme con sus eslavas en bikinis....!
Y este fué nuestro último día de esquí en la zona, que por supuesto a la que por supuesto sólo le hemos dado un pequeño repaso y a la que pienso volver el año que viene para conocerla a fondo.
Mientras vosotros os vais a América a por la cursilada esa de la nieve champagne......
saludos
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