Al día siguiente, también nevando, volvimos a Dienten, a terminar lo que empezamos el día anterior.
En realidad cada uno de los cinco dominios que componen Ski Amadé necesita al menos 2 días para recorrerlo, por lo que si no disponeis de al menos 10 o 12 días os vendreis con las ganas.
Lo cual no quiere decir que en dos días hayais despachado el tema.Primero porque sólo utilizareis las pistas de ida y vuelta para recorrer el dominio, y después porque os quedarán sitios pequeños, pero con indudable encanto que al no estar en la ruta no visitareis.
Tomamos el telesilla del Gabühel, 1.634 metros, que sale del otro lado de la calle.El edificio del telesilla, que por cierto es del mismo diseño y probablemente del mismo año que el telesilla Parador de S. Nevada está instalado en un edificio que tiene restaurantes, hotel y demás. su subida es espectacular y ya te relames pensando en la bajada, que se efectúa a traves de una larguísima y espectacular pista roja,siempre entre bosques, como está mandado.
Cuando subíamos sobre las 9:30 de la mañana estaba recien pisada, y no pude aguantar la tentación de esperar a la vuelta, cuando estaría machacada para bajarla, así que hice una primera bajada matinal para estrenarla.
El monte Gabüehel tiene unas vistas espectaculares y una sola bajada a Hinterthal que es el pueblo que enlaza para ir a Hintermoos y desde allí a María Alm qe es el extremo occidental del dominio Hockönig Winterreich.
En Hinterthal se toma uno de los dos telesillas que te suben a la cima del Gabühel y te diriges a Hintermoos por un boulevard larguísimo entre altísimos abetos.
A mi el boulevard me pareció muy hermoso, pero algo preocupante, por que pensaba que si tenía que volver esquiando por donde iba, echaría un par de horas en la vuelta, ya que la pendiente era suave, pero favorable a la ida.
Por otro lado, no veía otro pasadizo entre el bosque para la vuelta.
Más adelante os contaré como resolvimos la cuestión, para que la cosa tenga su poquito de suspense.
A nuestra llegada a Hintermoos nos encontramos que la falda de la cota más alta de la zona, el Aberg-Langeck a 2000 metros de altura estaba llena de pistas y remontes hicimos varias bajadas, y como se nos terminaba el tiempo no llegamos a la parte del final del dominio,María Alm, que debe ser muy bonito.
Por cierto que desde María Alm, pasando por Saalfelden, la carretera lleva en un momento a Zell am See y Kaprun, pero esa es otra historia.
Pero el problema es que al llegar al telesilla Schwazerkalm, que fué el primero que cogimos para subir al Aberg-Langeck no había conexión por remontes de vuelta hacia Hinterthal.
Por allí pasa la caretera, hay un hotel muy majo y un cartel que indicaba que el ski-bus tenía la parada a 30 metros.
Nos fuimos hacia la parada y allí había lo que suponíamos eran un padre y un hijo esperando el ski-bus (bueno lo que pensábamos que era nuestro ski-bus de vuelta)
Pasaba el tiempo y el ski-bus no llegaba. Llegaron otras personas, miraron un cuadro horario de los autobuses y se fueron.
Yo ya estaba pensando en llamar a un taxi.
me daba cuenta, por otra parte, que no hacía más que llegar gente esquiando desde Hinterthal y pensaba que todos ellos debe´rían volver, porque en esa zona no había más que un pequeño hotel.
Seguimos esperando y llegó un grupo de snowboarder que empezaron a revolcarse por la nieve, a darse de hostias y tirarse bolas de nieve.
El tiempo pasaba, el ski-bus no llegaba y sólo había un grupo de snowborders y nosotros en la espera del ski-bus.
De pronto, empezó a llegar gente en bastante cantidad, incluídos el padre y el hijo que estaban al principio, y cuando llego ¡por fin! el ski-bus con destino a Hinterthal, que se encuentra a sólo 5 kilómetros éste se llenó.
Por supuesto que en perfecto orden.Sin empujar y respetando a los más antiguos en la cola, que por desgracia éramos nosotros.
Y digo por desgracia, porque podíamos haber esperado el ski-bus esquiando como todo el mundo, si hubiéramos sabido descifrar el cuadro de horarios.
A la vuelta hacia Hinterthal se montó una señora de mi quinta.Lo que aquí podríamos decir una "maruja", que en vez de llevar un carrito de la compra llevaba en la mano unos esquies de fondo y sus correspondientes botas.
No se si iba o volvía (eran sobre las 15:30) de su sesión, supongo que cuotidiana, de esquí de fondo a su edad, que supúse más cerca de los setenta que de los sesenta.
Como no llevaba forfait de remontes, pagó escrupulosamente los euros del trayecto.
Cuando llegamos a Hintermoos, ya estábamos como en casa.Subimos al Aberg Langeck y bajamos dos veces a Dienten, debido a que la pista nos encantó.
En dienten nos fuimos a una de esas pastelerías/teterías que tanto abundan en la zona, y celebramos la happy hour con unos cafelitos y un apfelstrudel.
Fuera nevaba y caía la tarde....
Me acordé, una vez más de mi querido amigo Ángel Sanz (q.e.p.d.) que pensaba montar en S. Nevada un sitio como esos, en los que tomar, tras la esquiada cuotidiana un te y unas pastas como el tantas veces había hecho por estos parajes que tanto frecuentaba.
Y abandonamos esta zona realmente principesca, sin saber lo que nos esperaba en la jornada siguiente, que tocaba Schdlamig
Pero para conocer esa historia tendreis que esperar hasta mañana.
Saludos
PS: Hay algo, al menos para mí, relacionado con el esqui entre árboles.
Una nostalgia proustiana de mi infancia, relacionada con la famosa magdalena, que tanto ha sido estudiada por los psicólogos.
Y he decubierto qué es.
Me contaban mis padres, ya fallecidos ambos, que cuando era pequeño y empecé a convertirme en homo erectus, no lo hice ayudado por andadores u otros artilugios.
Simplemente me daba una regla de la mesa de trabajo de mi padre, que era contable, yo la tomaba fuertemente entre mis dos manitas, y como si estuviera agarrado a algo estable daba mis primeros pasos sin vacilación.
Pero cuando me quitaban la regla, me caía.
Ahora, sesenta años después y tras muchos, muchos kilómetros de pistas, mucho me temo que si me quitan los árboles mis deslizantes y rápidos pasos serán tan torpes como los de mi infancia y que me volveré tan torpe sobre los esquies como cuando era pequeño.
Saludos
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