Supongo que todos hemos oído de la importancia, o de la facilidad, de aprender a esquiar de niño. Pero, ¿tan difícil o impensable es aprender de mayor?
Hoy os traigo una pequeña reflexión sobre las ventajas que tiene aprender a esquiar de mayor (sí, he dicho VENTAJAS).
Y es que todos tenemos meridianamente claras las razones por las que es mejor aprender a esquiar de pequeños: los niños son como esponjas para el conocimiento, aprenden por imitación y en muchos casos casi sin necesidad de explicaciones, y, sobretodo, no tienen miedo: los niños no tienen miedo a probar algo y que no les salga, no tienen miedo a caerse, no tienen miedo a arriesgarse, no tienen miedo a lo que puede pasar si esto o si aquello...
A mi modo de ver, cuando aprendemos a esquiar de 'mayores', nuestra aproximación al aprendizaje del esquí debe ser diferente, pero eso no quiere decir que se trate en ningún caso de una misión imposible.
Una persona adulta es capaz de escuchar más y mejor, entender más fácilmente ciertas explicaciones y aproximarse al aprendizaje del esquí de una forma más racional y metódica. Es mucho más fácil que un adulto entienda el 'porque' de ciertos ejercicios, la razón que hay detrás de determinados movimientos o conceptos, y que, por tanto, sea capaz de entender mejor el qué y el cómo de la técnica y metodología del esquí.
Un adulto, por decirlo de alguna manera, será capaz de entender más fácilmente cuáles son los principales engranajes que componen el mecanismo que nos permite esquiar, y como cada uno de ellos debe moverse/ajustarse para conseguir que el 'puzle' encaje.
A un alumno adulto puedes explicarle de forma racional en qué punto está de la progresión técnica, donde es mejor que practique ciertos aspectos, qué debe conseguir para 'saltar' al siguiente nivel, a que zonas de la estación puede acceder sin dificultades, en que puntos puede encontrar complicaciones o incluso puedes darle 'deberes' para practicar entre lección y lección de esquí.
Este último punto, la capacidad de entender que movimientos o ejercicios practicar 'por tu cuenta' y como percibir si los estás realizando bien o no, es clave para maximizar el aprovechamiento de las clases de esquí cuando eres adulto.
Por otra parte, la gran dificultad, el gran handicap de los alumnos adultos. Suele ser el miedo, pero, como suelo decir, el miedo se vence con conocimiento. Se vence entendiendo la razón por la que algo nos da miedo, entendiendo el proceso de aprendizaje, el porqué de la metodología, entendiendo que si el profesor te lleva a cierto punto de la estación es porque sabe fehacientemente que puedes esquiarlo sin riesgo...
Cuando un alumno aprende a esquiar de 'mayor' hay que ayudarle a enfrentarse al miedo para evitar que se bloquee y le impida progresar, y esto se consigue transmitiendo seguridad y confianza, explicando muy bien lo que haremos en cada momento, cómo lo haremos y por qué lo hacemos en una zona u otra de la estación.
Como profesores, debemos ser cercanos, empáticos y comunicativos. Debemos transmitir seguridad y generar confianza.
En resumen, un profesor debe afrontar una clase con alumnos 'mayores' de una forma diferente, pero aprender a esquiar con 30, 40 o 50 años no es imposible, ¡ni mucho menos! Esquiar es un placer, y es un placer al alcance de todos, niños, jóvenes y adultos.
No dejéis que la edad os impida darle una oportunidad a este deporte tan bonito y especial.
“Aprender, enseñar, divulgar.”
Sam Suarez
Técnico deportivo superior de esquí alpino
Formador de profesores de esquí @FESNEU
Entrenador competición @LMCE