Cuando empezamos nuestro camino en el aprendizaje de la técnica de esquí, los objetivos son muy claros, primero desenvolverse de forma autónoma en pistas fáciles, después conseguir esquiar cada vez en más pistas, aumentar el nivel de control, de seguridad, de velocidad…
¿Pero qué pasa cuando llegamos a tener ya un buen nivel de esquí?
¿Cuál es nuestro principal objetivo al intentar evolucionar? ¿Esquiar mejor significa esquiar más bonito? ¿O quizá se trata de esquiar de forma más eficiente?¿Entendemos el trabajo sobre la técnica de esquí como un medio para conseguir un esquí más estético o más funcional?
Puede parecer una pregunta estúpida, pero las cosas a veces no son tan claras como parecen…
Si pensamos en aquellos que habitualmente marcan la evolución de la técnica de esquí (dentro de lo que permite el material en cada momento), los corredores de máximo nivel, para ellos la respuesta es clara: trabajan para conseguir esquiar más y más rápido, no importa lo ‘bonito’ que sea su esquí, el crono es el que rige sus vidas.
Si pensamos, en cambio, en los esquiadores recreacionales, o incluso los profesores/formadores, muchas veces el ‘video’ o la ‘foto’ son los que condicionan sus objetivos de mejora: ‘no me gusta como me veo’, ‘querría generar más ángulos’, ‘querría no ir tan abierto de piernas’… Pocas veces escucho a alguien al iniciar una clase de nivel alto expresar que le gustaría evolucionar para esquiar de forma más eficiente en determinada condición de pista o nieve.
¿Podría ser que poco a poco caigamos en el error de confundir forma y función? ¿Puede ser que olvidemos que la técnica debe ser una expresión de eficacia y eficiencia en el uso del material y de nuestro esfuerzo?
Pensad en ello, ¿qué determina que determinada forma sea la considerada estéticamente adecuada en cada época?
Hace años todos buscábamos (o casi todos) esquiar con las piernas casi pegadas, luego durante una época se buscó precisamente lo contrario: piernas MUY separadas, ¿qué determina en cada momento esa 'estética' que los esquiadores buscan?
Creo que en ocasiones confundimos el cielo con las estrellas reflejadas por la noche en la superficie de un estanque. Miramos fotos de esquiadores de alto nivel, y nos fijamos en las posiciones, la colocación de los segmentos corporales, pero no vemos más allá, no nos fijamos en el 'por qué' de esas formas, no vemos la funcionalidad detrás de la forma y ahí es donde la técnica pierde el significado.
Buscamos imitar sin comprender, y perdemos el foco sobre la función a cambio de imitar la forma.
En la búsqueda de la técnica debe siempre primar la función encima de la forma, de lo contrario, esta pierde todo sentido y significado.

“Aprender, enseñar, divulgar.”
Sam Suarez
Técnico deportivo superior de esquí alpino
Formador de profesores de esquí @FESNEU
Entrenador competición @CANMC