Prácticamente todos hemos aprendido algo gracias a una metáfora. Sin embargo, la enseñanza formal del esquí suele subestimar su poder. Las razones son varias y hemos hablado de algunas aquí, como la inercia de un pasado enamorado del análisis, a veces necesario, pero que, en la mayoría de los casos, solo da la sensación de transmitir mucho conocimiento y lo único que consigue es abrumar y confundir.
La metáfora, por el contrario, tiene la virtud de reducir la complejidad a elementos sencillos y comprensibles. De traer a casa extranjeros exóticos que, en cuanto cruzan el umbral, resultan no ser tan extraños como parecían a primera vista. Además, por su carácter sugerente y expresivo se añade casi sensulmente a la experiencia de esquiar. En fin, un millón de palabras pueden resumirse en un solo concepto conocido, así que veamos un par de ejemplos:
- Cortar
Algo tan sencillo como cortar un bollo de pan con un cuchillo, es extremadamente complejo si describimos el movimiento. Si nos limitamos a sentir el filo como prolongación de la mano, llevaremos a cabo ese gesto de presión continua hacia adelante, sin problema, y lo regularemos inconscientemente según notemos mayor o menor dureza. Nadie tendrá que explicarnos gran cosa y, si lo hacen de manea analítica, lo más probable es que nos confundan. Algo parecido ocurre con los cantos de los esquís y, por eso, desde la primera versión de Esquiar con los pies, en 1993, este truco ha ayudado a incontables personas a esquiar mejor tanto en nieves duras como blandas.
- Esquí aéreo
Un compañero de Sierra Nevada me enseñó este truco, en 1985, para esquiar en nieves pesadas, aunque también sirve para cualquier otra. Buscando la sensación de ligereza -de sobrevolar, apenas acariciando la nieve- uno aplica solo la presión justa y busca, inconscientemente, la velocidad necesaria que permite el “despegue” de la nieve pegajosa. Es un truco que funciona extraordinariamente en esas nieves papa de la que tantas personas se quejan, dando el tacto, la sutileza, la progresividad y la velocidad que exigen las nieves de fricción variable.
- Extensión pesada
Un conocido entrenador norteamericano, con el que hice unos cursos, hablaba de sentirse pesado al empezar las curvas. Eso hace que no nos extendamos más de lo necesario, buscando precisamente la presión -el peso- sobre el nuevo esquí exterior que, como sabemos por biomecánica elemental, también nos da un canteo temprano y un movimiento natural hacia adelante y cuesta abajo. Es un truco excelente para nieves duras y se coordina muy bien con el que viene a continuación.
- Empujar el peralte
Todo el que haya cogido un peralte en el coche, la bici o similar, ha notado esa sensación de presión creciente que altera la trayectoria que llevemos. Si nos oponemos a ella, frenamos y, al contrario, si la aprovechamos, fluimos y aceleramos a medida que nos desvía. Cuando uno imagina correr por un peralte lleva a cabo, no solo ese movimiento lateral de apoyo del canto en la “pared virtual” que deforma el esquí y da sensación de control, sino que, además, y mucho más refinado, aprovecha mejor las fuerzas externas en su beneficio, viajando a favor de ellas para cambiar de trayectoria, girando, con mayor eficiencia.
- Esquiar en el túnel
Imaginar que vamos dentro de un túnel nos hará permanecer relativamente bajos para no chocar con la cabeza en el techo, juas, buscando, entonces, el contacto con la nieve a través del movimiento lateral de las piernas. Curiosamente, también, tal vez por la analogía de caminar a tientas, en la oscuridad, nos hará mantener las manos adelante y servirnos funcionalmente de los bastones. Por ambas razones, es ideal para aprender los cambios por flexión o para esquiar estables y sin mucho movimiento vertical, por ejemplo, en la niebla.
Podríamos seguir con más ejemplos y seguro que los lectores tienen docenas de ellos, así que hoy lo dejamos aquí.
Al empezar este artículo me tentaba hablar de rollos conceptuales, imaginería cinestésica, entrenamiento implícito y teorías varias sobre aprendizaje motor. Le ahorraré el mal trago a los lectores, juas, juas, y diré que me limito a hablar desde la perspectiva casi exclusivamente práctica -empírica, dirían algunos- de quien ha comprobado la utilidad de la metáfora, aprendiendo y enseñando a esquiar.
¡Buenas huellas!
Carolo, enero de 2024
La foto de portada está tomada por el insigne forero ManuelV en la KDD de Cerler, en 2009, conversando con la también ilustre forera Carme sobre el poder de la metonimia, la analogía, la metáfora y la alegoría para calcular el ancho de los esquíjiles de fuerapista.