Como hemos comentado en nuestros libros, la imaginación es una herramienta potentísima para aprender y mejorar el rendimiento. Por eso todos los atletas modernos la usan más o menos sistemáticamente. Está demostrado que imaginar los movimientos de nuestro deporte activa los mismos sistemas nerviosos y musculares que la realización del movimiento real, y por eso nos sirve de complemento al entrenamiento. Pero lo importante es que es muy fácil, es gratis, juas, y podemos emplearla en cualquier momento de relajación o descanso.
Elijamos un lugar tranquilo y dediquémosle unos minutos. Recordemos momentos en los que hemos actuado con brillantez y tratemos de analizar cómo fue todo y qué nos ayudó a esquiar mejor. Es importante fijarse en los gestos técnicos, pero también en los pensamientos que teníamos en ese punto y las auto-instrucciones que nos dábamos. También ayudará verlos como con una cámara subjetiva, con una perspectiva interna "desde nuestros propios ojos".
Lo más seguro es que descubramos que en esa situación teníamos un diálogo interno simple y positivo, concentrados en el gesto que queríamos hacer y sin pensamientos negativos que nos distrajeran. En ese entorno tranquilo y relajado recreemos en la mente esos momentos de buen esquí, tratando de hacerlos lo más realistas posibles. Recordemos qué veíamos, el sonido, las sensaciones del tacto, los pensamientos positivos y negativos y cómo los controlábamos…
Este ejercicio de retrospección aparentemente inútil nos permitirá varias cosas: por un lado distinguir qué nos ayuda y qué no a esquiar mejor; por otro lado, al recrear continuamente los gestos acertados, preparará e inducirá a nuestra mente y nuestro cuerpo a volver a ejecutar esos movimientos eficaces y beneficiosos. Imaginémonos, pues, a nosotros mismos actuando brillantemente, y así nos predispondremos a actuar con brillantez.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2012
Fotos Jan Vokaty, Mammoth Mountain 2011.
Las fotos aquí publicadas no son "demostraciones de escuela" y no tienen la intención de servir como modelo, sino como mero refuerzo gráfico para el texto. Tanto las ideas vertidas como las ilustraciones sólo muestran la visión y el estilo personal del autor. El esquí es un deporte complejo y que puede ser arriesgado; su aprendizaje y perfeccionamiento es un proceso continuo en el que todos, autor incluido, estamos inmersos; el lector debe interpretar estos artículos según su mejor criterio de prudencia.