Vamos a seguir un poco con el argumento que inicié hace unos días y en el que intentaba explicar que en un deporte técnicamente tan complejo como el esquí, nuestra mente puede ser una herramienta importantísima para nuestro desarrollo técnico.
En el artículo anterior intenté que os quedaseis con la idea de que el ‘músculo’ más importante al esquiar es nuestro cerebro (y es que, si lo pensáis bien, todo parte de ahí ), hoy seguiremos andando por ese camino y entraremos en conceptos más ‘prácticos’: os detallaré la que para mi es la técnica más básica de entrenamiento mental.
Se trata de la visualización del objetivo a realizar.
De hecho, seguro que muchos la conocéis o incluso la habéis practicado en alguna ocasión, pero como, en mi modesta opinión, no sólo es la más sencilla sino una de las que da resultados a más corto plazo, empezaremos por ella…
La idea es muy simple, parte de la base de que para facilitar la consecución de un objetivo, debemos ser capaces de imaginarnos realizándolo. En realidad, simplificando mucho, vendría a ser un poco la puesta en escena del ‘¿Cómo pretendes conseguir algo si ni siquiera tu mismo te crees capaz de hacerlo?’.
Explicada ya la idea básica de la que partimos, veamos ahora cuales son los dos principales tipos de objetivos (y momentos) en los que vamos a aplicar esta técnica:
1- Al intentar superar un miedo o limitación auto-impuesta: vamos a intentar prepararnos psicológicamente para afrontar una situación estresante imaginándonos realizándola. Nuestro objetivo será 'romper' nuestras barreras y limitaciones mentales para permitirnos rendir más y afrontar mejor preparados y más calmados esas situaciones.
2- Al intentar aprender un nuevo gesto técnico o al intentar modificar nuestro esquema motriz: usaremos la imaginación para intentar visualizar y reproducir mentalmente el gesto técnico objetivo, poniendo especial atención en como y cuando se mueve cada parte de nuestro cuerpo mientras lo realizamos.

Como veréis, en ambos casos nuestro objetivo al usar la imaginación para entrenar es prepararnos mentalmente para facilitar la consecución de un logro determinado, situarnos en un estado mental óptimo de cara a la consecución de ese objetivo concreto.
¿Como lo vamos a hacer? Vamos a imaginarnos realizando ese objetivo concreto antes de intentarlo. Cerraremos los ojos y construiremos una imagen (película en realidad) mental en la que el protagonista seremos nosotros mismos y en la que estaremos ya logrando nuestro objetivo. En esta ‘película’ debemos centrarnos primero en nosotros, en nuestros movimientos y acciones, añadiendo detalles poco a poco para, posteriormente y a medida que avanza, ser capaces de añadir tanta información como seamos capaces de la situación en la que nos encontraremos al intentar lograr nuestro objetivo.
Por ejemplo, si queremos ‘prepararnos’ para descender una pista de baches, deberemos primero centrarnos en los movimientos y acciones que deberemos realizar nosotros mismos al hacerlo y, después intentar añadir detalles de la pista misma, el entorno, etc.
Cuantos más sentidos seamos capaces de evocar mentalmente en la recreación de esa situación (sensaciones, sonidos… ), más real será esta y mejor resultado obtendremos.
Ahora que llegamos ya la final de este artículo, los más ‘avanzados’ de la clase estarán pensando, ‘Ok, nos imaginamos haciéndolo, ¿pero la imagen la recreamos en primera o tercera persona?’. Pues en realidad ambas versiones funcionan y, por hacerlo fácil, yo os recomendaría generar imágenes en primera persona cuando se trate de superar una situación difícil o potencialmente estresante (situando la 'cámara' en primera persona e imaginando desde nuestro propio punto de vista). Por contra, yo suelo usar la imaginación en tercera persona (como si viese un vídeo de mi mismo) cuando pretendo asimilar un nuevo movimiento o modificar mi esquema motriz en algún sentido (intentando aprender por ‘imitación’ de la imagen generada de mi mismo).
Para acabar ya por hoy, comentaros que para ser capaces de aprovechar al máximo esta técnica, no solamente es importante tener claros los movimientos y las acciones a realizar (véase mi anterior artículo ‘Entender la técnica para esquiar mejor’) sino que también requerirá un cierto nivel de calma y, sobretodo, concentración en el momento de realizar ese ejercico mental.
En próximos artículos hablaremos más sobre ‘entrenamiento mental’, pero por ahora probad y ya me contaréis…
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Sam Suarez,
Técnico deportivo superior