Hoy volvemos a sacar a relucir el tema: 'los profesores de esquí españoles son MUY malos' (o al menos eso es lo que parece creer mucha gente).
Y es que en lo que llevamos de temporada, ya han sido tres las personas que, hablando en confianza, me han confesado (en diferentes momentos y situaciones) que no contratan clases porque, claro, ir a coger una clase de esquí a una escuela y 'que te toque cualquiera de esos profesores/niños/chavales...'
Y es que para bien o para mal, hoy en día tenemos acceso a MUCHA información. Podemos leer artículos en blogs de técnica, ver posts o entrevistas de/a grandes profesionales, podemos ver fotos y vídeos de profesores y entrenadores de todo el mundo por instagram, tiktok... Y las comparaciones son odiosas...
Vemos como esquían algunos cracks italianos, austríacos o suizos, y luego nos parece que todos los profesores aquí son (somos) cojos.
Ya hemos hablado en otras ocasiones que en la enseñanza del esquí, no todo es esquiar bien, ni mucho menos, pero, por injusto que esto sea, nuestro nivel de esquí es nuestra 'carta de presentación'.
Es lo primero que la gente ve de ti como profesional del sector.
En relación con esto, y hablando a nivel general, yo estoy dispuesto a admitir que el nivel medio de esquí de nuestro profesorado es más bajo que en muchos otros países europeos. ¿Pero no creéis que es complicado que suba el nivel si un profesional no puede vivir dignamente de una profesión?
¿Cómo podemos esperar que el nivel de 'corte' para entrar a esta profesión suba, si cuesta MUCHO que la gente quiera y pueda vivir del esquí?
Actualmente, y para nuestra desgracia, el modelo de negocio en la enseñanza del esquí está basado en la cantidad más que en la calidad. Las escuelas quieren (obviamente) vender tantas horas como puedan. Para ello, necesitan contratar muchísimos profesores que estén disponibles a las 10 am los sábados y domingos, que es el momento en que todo el mundo prefiere contratar clases. Si una escuela intenta tener pocos profesores, repartir las horas y que estos puedan trabajar todo el día, la realidad es que muchos alumnos van a contratar clases a otra escuela que les venda clases a las 10 am... La competencia es brutal.
Debido a esto, hay MUCHA demanda de profesores que trabajen aproximadamente 40 días al año (navidades, fines de semana de enero y febrero, y semana santa), y, por tanto, las escuelas contratan a (casi) cualquiera que tenga un TD1, independientemente de si es bueno, malo, o peor esquiando (o, por desgracia, enseñando a esquiar).
Además, habitualmente las escuelas pagan solamente en dos rangos, si eres TD1 cobras X, si eres TD2 (o más) cobras Y. ¿Qué incentivo tiene un buen profesional para formarse más, entrenar su nivel de esquí, o invertir tiempo y esfuerzo en intentar ser mejor profesional? Total, cobrará exactamente lo mismo...
Yo cuando pienso en las entrevistas de trabajo que he hecho como profesional del IT (mi otra vida, lejos de las pistas de esquí), mi sueldo y/o condiciones los he negociado siempre basándome en mis conocimientos, experiencia, skills... No en base ÚNICAMENTE a mi titulación.
Todo esto, sumado al modelo actual de 'laxitud' en las pruebas de acceso a los cursos de TD1, más el hecho de que los centros de formación son un negocio (si formo más profesores, ingreso más dinero, y si soy muy exigente y subo el listón para aprobar, los aspirantes a profesor se irán a formar a otro centro...), nos lleva a una situación en que el nivel medio de los aspirantes a profesor no es alto, y conseguir que suba es muy difícil.
Y si hablamos no solamente de nivel de esquí, sino también del nivel de profesionalidad, la situación no es mucho mejor.
Como comentaba anteriormente, no podemos esperar tener buenos profesionales si no se puede vivir dignamente de una profesión. Y, la verdad, hoy en día, en nuestro país, no se puede vivir dignamente solamente siendo profesor de esquí.
Las escuelas pagan muy poco (máximo entre un 30 y un 35% del precio que cobran al alumno) y las condiciones en muchas escuelas no son, ni de lejos, cercanas a lo que sería deseable: cobras igual una clase particular que una colectiva, te tienes que pagar el uniforme o el FF de temporada, te dan de alta en la seguridad social por muy pocas horas, pagos en negro, no tienes un sueldo fijo con lo que si un día no hay clases (o si sufres una lesión), no cobras...
Veamos esto último en detalle. Imaginad que a un camarero o a un cocinero le pagasen estrictamente por horas (nada de un sueldo fijo). Adicionalmente, imaginad que si un día no van clientes al restaurante, se tuviera que estar esperando igualmente todo el día 'por si acaso' pero sin cobrar ni una hora... Pues eso, amigos míos, es una situación relativamente habitual en un profesor de esquí.
Visto todo esto, es difícil esperar que este caldo de cultivo favorezca la aparición de grandes profesionales, ¿no?
Y por favor entended que, con este artículo no quiero disculpar las carencias que tenemos como colectivo, la realidad es como es y cada uno debe asumir su parte de responsabilidad, pero sí creo que es importante que se conozca la realidad más 'cruda' del sector.
Soy positivo y pienso que no todo está perdido. Pero a la vez creo que necesitamos evolucionar ciertos aspectos del 'negocio' con cierta urgencia si queremos subir el nivel de nuestra profesión, y cambiar, de paso, la percepción del público acerca de los profesores de esquí españoles.
Y por vuestra parte, ¿qué opináis de los profesores españoles? ¿Cuál es vuestra percepción?
“Aprender, enseñar, divulgar.”
Sam Suarez
Técnico deportivo superior de esquí alpino
Formador de profesores de esquí @FESNEU
Entrenador competición @LMCE