Les adventures du Megabyte au Neige

Gueno dia, estamo a vienne y entoavía me duelen las pienna der puente pasao, coño que sufrimiento y que de dolore y agujeta, que la megabyte é una pelsona urbana y esta cosas silvestre de las montaña y eso como que dan yuyu. En fin, sigo por donde iba. Enresulta que mi marío, sus recuerdo, estaba apunto de shegá arribita der remonte ese que era pú empinado y mú hijoputa, y cuando sha estaba a punto de subí a la crúspide, se le metió er eskís deresho en un surco quehabia en la nieve y se abrió de pata como la paulova. Ar abrirse de pata, claro, er chirimbolo ese que tarrastra selescapó, porque sus recuerdo que eso se mete entre la mimmas pienna y selapoya uno en er mimmoculo. asín que é lo enganchó con una mano y siguió subiendo to arrastrao y to tirao, pero ar finá le sartó un eskís, selescapó er putopalo y se escurrió por toa la cuesta, que era comunazanja, shevándose palante a to bisho viviente que sencontraba. Primero escoñó a mi cuñao, que artísticamente le quitó lo palos pa que no jisiera má daño der nesesario, luego se fue comunabala pa mi cuñá, que la pobre se intentó de quitá pero tó fue inúti, er proyestí la arcansó de sheno, y esha siguió un ratito enganchá ar palo y arrastrandose y shillando comunaloca ante la mirada atosnita de tos los que venian detrá, hasta que desidió que no iba a podé de subí aquella peaso pendiente arrastrandose y se sortó descojoná de la risa. Andispués mi marío siguió, polque despué de dó shoques no había perdío su fuersa y empuje, y tambié se shevó palante a una chica que no conosiamo de na pero que era la siguiente. La pobre miraba como disiendo "y a mi polqué si no soy de la familia" pero en fransé. Y sha se paró, ante el alivio generá de toa la cola de gente que venía detrá, que ya se veían tos pol los suelos. Asín que la megabyte, la má shula, allí encaramá, y con el eskí de mi marío que me subió un fransé, mu mono por sierto. Y ná, ashín me puse a mirá a vé que pasaba, polque ello tré no se que coño iba a jasé, polque no podían volvé a cogé er remonte polque estaba mu lejos, y a los laos solo habia barrancos con nieve vilgen de la que te mete jasta los mismos garrapiñados. Despué de un buen rato de deliberasión veo que mi cuñá se va pa un lao y mi cuñao y mi marío pal otro, avansando entre la nieve solo con medio cuelpo fuera. Y sha má o meno adisviné su intensión, polque por ashín serca pasaba unapista, y pensé, claro, como no pueden de subí, van a intentá de bajá como puedan. Ea, pos yo iguá, foy a intentá de bajá esta pitta sho solito, y me fui y der mimmo miedo que tenía se me orvidó pero totasmente totasmente er eskí de mi marío, que sequedó allín solito en toloarto. Asín que na, empesé a bajá pol una pistita con pendiente pú floja, pero un peaso de barranco a la isquierda que se te risaban la pestaña na má que de mirá. Luego se quitó er barranco y sha vinieron cuestas del cagalse en tós los santos der sielo, pero la mega, atenasá por er miedo, no se cayó ni una vé, polque si me shego a caé ashín arriba sho solo me tienen que rescatá, de los nelvios que shevaba enseguro que no era ni capá de ponelme los eskises otra vé, asín que cuñita va cuñita viene, la mega se bajaba lo barranco como si fuera una cabra montesa, grásilmente, y hasta moví los palpados una o dó vese en el recorrido, físjate queatresvimiento. Y comostraría sho de gilipoya y atontao, que pasé pol lastasión der telecabina, que me podía habé de bajao sentaito y tranquislamente, y nisemocurrió, sho seguí dessendiendo proselosos barranco con una fasilidá que ahora, pensandolo frismente, masusta tu. Y ensima se levantó una peaso de tolmenta de nieve que la megabyte no veía má de tre metro pol delante, y claro, las pendientes la pishaban pol solpresa, lo cuá ocasionaba gritos de mezzosoprano de puro terró que sonaban mú artístico amplificado por los ecos de los arpes. En mitá daquesha ventisca, sho bajando como podia con mis gafas comprada en alcorcón completamente empañadas y sin vé ni hostia, mencuentro depronto con un grupo de fransese que estaba ashín parao. Y uno me llama. Asín que digo, ea, estos manvisto la cara de descomposisión que shevo, sho solo por aquínmedio de esta tempestá, y se van a apiadá de mí y me van a ashudá a bajá y a dalme consuelos. Totás quemaserco ar que me llamaba, y cuando ettoy ar lao, me alarga una cosa y me dise "Si vuplé de eshé una fotó?" Mira, de la malahostia quementró le quité la cámara, se la tiré ar suelo, la pisoteé con los eskís, bueno, primero con er isquierdo y luego con er deresho, que tampoco se pueden jasé maravilla con esas cosas en los pié, luego cogí los resto de la camara der suelo y los tiré a un barranco. Coño ya, tanta indiferensia e insensibilidá ante las desgrasias ajena. Y seguí pabajo ante la mirada astósnita daqué grupo de fransese, que sho creo que se quedaron convensío de que er yeti en persona había salio de la tormenta pa joderles la cásmara, polque no satrevieron a desí ni mú, ni con asento fransé fíjate. Ea, pos seguí bajando como pude, y finasmente shegué ar finá de las pistas, donde se suposne que debían de shegá también mi mario y cuñaos, Y ashín me quedé, media hora de pie, esperando, con una peaso de tolmenta de nieve que venía pa mí tol rato, y yo ashín, sin movelme. Totá, que a la media hora los veo de vení, y pasan a mi lao y siguen palante sin desirme ná, y yo los llamo, y escusho a mi cuñá que dise "Mira, ese muñeco de nieve nos está shamando y moviendo los brasos!!". Y en ese momento me di cuenta de la situasión, es que sho estaba complestamente cubierto denieve portoslaos pol la puta tolmenta. Me faltaba la sanahoria en la cara. Totas que me recojen, me echan la bronca por habelme dejao er eskís ashín arriba, que había tenio que de subí mi cuñá a recogerlo, y nos fuimo a descongelarno un poco. Y entonse fue cuando mi cuñao, que sho lo veia mu mojao, contó que había subio a buscalme y labía pishao toa la tolmenta ashín arriba en las montañas, y que sencontró con dó canario que le preguntaron si conosía la pista polque no se veía ná, y é mu shulo les dijo "Si, si la conosco, seguirme seguirme" y asto seguido se despeñó por un barranco, ante la mirada incrédula de los canarios, que tuvieron que ashudarlo a salí despué de rodá quinse metro ladera abajo. Segun desía, bajó er resto de la pista detrá de los canario y pú avergonsado de su astuasión. Y esta é la crósnica der segundo día. Joé, queda entoavía uno má, sha casinimacuerdo. Bueno la verdá é que ar tersé dia la megabyste resusitó y se convirtió en una amasona de la nieve y sha se subía y se bajaba cuarquié cosa. Ya sus contaré en er capístulo finá la única anésdota disnna de reseñá der tersé dia. Joé, acabo de vé to lo quescrito y estoy acojonao, como me lo vea mi jefe ma capa, en vé de está trabajandosss :-) ea, condiónnn