Les adventures du Megabyte au Neige

Guenas tardes, dias, ocuandosea que leai esta ponita litesratura. No se si su recordai que en er anterió caprínstulo la megabyte y su marío se quedaron en lo arto dunmonte donde habíamo ido a pará por equivocasión de mi cuñao, con dó añadido que no tenian niputidea deskiar, mas o menos como nosotro. Totá, que se pasaron lo momentos disteria ar cabo dun rato, y mi marío, tan desidio como siempre, se lansó topabajo iguá que si se tirara a la pissina er tio. Yo pa no se meno y pa pasá cuanto ante er trago, me enfilé pa la cuetta también, pero etta ve la mega ya era má sabia y má vieja (unas horas má vieja) y fue tol rato escurriendose con la cuñita puesta, ahora palisquierda, ahora paladerecha, y mirando asín de refilón pabajo pa no embalarme má de la cuenta. Er caso é que sha casi había terminao de bajá la primera y proselosa cuesta cuando, mushulo yo, me dije "a vé como les va a ettos novatillos", e hise un pedaso de derrape pa paralme y podé mirá parriba. Tanto derrapé que los eskíses se pasaron de la posisión que sho quería, y se quedaron mirando parriba. Pol un momento me dio tiempo a pensá en lo que estaba pasando, polque claro, según la leye de la física, si tu pone dos palos con un tio ensima en una pendiente con nieve, el tio sescurre mucho, da iguá que esté mirando parriba o pabajo. Asín que como la leye de la fisica no tandan ná de ná en cumplirse, la mega toa esha empesó a embalarse cuetta abajo pero al revé. Y no vea er miedo que da eso. Así que no hubo má remedio que abortá la essitosa bajada y tirarse de culo pa evitá males mayores. Poco despué, ya to recompuesto y montado, seguí bajando barranco trá barranco, má o meno con dificurtá, hasta que en er úrtimo descubrí er consepto de pendiente tridimensioná. E disí, tu va bajando pol una pendiente que é plana tol rato, y de pronsto, esa pendiente é pendiente pa musho lao, pa lisquielda y pabajo, y la mega que se descontrola toa polque claro, sus conosimiento son entoavía bidimensionale. Y la cuñita pos ya no era tal polque la mega iba con una pata parriba gritando como las locas y procurando no escoñarse viva. Y claro, por con la rapides que iba shon, shegué a la siguiente cuetta sin esta preparao, y la enfilé toa, derecha, con los eskises restos restos y con mu poquita morá. Dó segundo despué ya había roto la barrera der sonido, las orejas se me habían abrochao der to a la cara y las mejillas se me iban toas patrá de lamimma velosidá, quedándoseme una sonrira degilipoya que no te quiero ni contá. Los eskises se pusieron ar rojovivo y empesaron a eshá humo, y las cosas pasaban a mi lao como en laguerradelagalarsias cuando ponen la nave a toahostia y salargan lasestrellas y tó. Pasé al lao de mi marío que ya se había parao y é me dijo "a donde vá?", pero sho solo escushé "adón..." y seguí bajando y bajando. Finasmente cuando los eskises se fundieron totasmente y las botas shegaron ar suelo, pude pará, y subí otra ve to asofocao y nerviozo. Arriba estaba toa la estasión vitoreando y aplaudiendo y er direstó generá vino pa mí y me regaló un ramo de flore por habé pulverisao er récor de velosidá. Todavía no sabían cuanta velosidá había arcansao polque estaban midiendo la cantidá de eskí derretio en los surcos. Despué de esta avenstura, desidimo ilno a comé y a dormí y dá por terminao er primé dia en la nieve. A la mañana siguiente la megabyte amanesió atada con sus propias sábanas a la cama, a un sofá, al ventaná y a una mesa, pero no hubo forma, mi cuñao logró cortá toas las sábana y no tuve má remedio que vorvé a vestirme de esquiatrí y salí ashín afuera. Ar prinsipio nos dejaron prasticá las pistita fásile y mi cuñao y la mujé se fueron como cabra a subilse a las montaña má artas. Ar rato volvieron con la mirada inyestada en sangle, prosponiendo un nuevo camino mu potito que habían descubierto. Totás, que nos metieron en un telescabina de esos que son como un huevo pocho (el oló de canguis lo poniamos nosotro mimmo), y nos subieron a un sitio desde donde había una bonita panosrámica de la girarda, las torres gemela de nueva yosk y er kremlims. Se veia to. Que arto por dió. Bueno, pos la cosa fue bien ar prinsipio, con descoñamientos varios. Ademá la mega cada vé se caía con má grasia y salero y sha casi no levantaba ná de nieve en cada hostión. La cosa empesó a ponselse shunga cuando hubo que cojé una cosa de esas de los palitroques que te los pone en er culo. Totá, que lo cojemos y nos empiesa a arrastrá montaña arriba, er suelo etaba congelao y los eskis bailaban la polka con un arte inigualable. Ar finá der tó había una peaso cuesta de sin essagerá na de na, del setentisinco polsiento, y mu alta la joia, y de pronto el palo aqués, en vé de tirá de mi, me dejó corgao, y me subía corgao der culo, y sho ashín intentando noscoñarme subiendo aquesha peaso de paré, y sintiendo er vasío en lasespardas. Cuando shégué arriba dije "uf, pol que poco hija", y al momento oigo "plink plink", er siguiente palo que sube vasio, "uy", y al momento "plink plink" el siguiente también vasio, "uy uy que mal rollooo", y er tersero también vasio, asín que masomo al terraplén y me veo a mi marío que ha rodao pol toa la pendiente pabajo y pol el camino ha tirao a mi cuñao, mi cuñá y a una chica que venía detrá. En ese momento é pensó en dedicarse a los bolos, creo shon, polque fue un pleno totás, no quedó nadie de pie. Y de pronto me di cuenta de mi situasión. En lo arto de aquesho, los otro que no pueden de subí, yo que no se de bajá solo, y ensima uno que sube que me trae un eskí de mi mario que se lo ha encontrao en mitá de la cuesta. Te caga toa. Ea, pos al finá no va a sé la úrtima. Dionnnn (continuará)