Esta temporada d’esquí, en términos generales, no creo que la vayamos a recordar. Ni en el Pirineo oriental, donde nadie puede discutir que ha sido una mala temporada, ni en la estación que mejores condiciones haya haya tenido de toda la península ibérica.
La temporada empezó tarde, la campaña de Navidad fue un desastre, enero y febrero los esquiamos con temperaturas tropicales, y como única excepción, hemos disfrutado de un final de temporada relativamente decente....
De verdad , yo es de las peores temporadas que recuerdo en mi vida...y ojo que la temporada anterior (22/23), dije exactamente lo mismo.
Pero de esta temporada, sí que rescató tres cosas:
1- La capacidad de las estaciones por mantenerse abiertas, incluso en unas condiciones climáticas lamentables. No tengo datos y hablo por hablar, pero tengo la sensación de que si esta temporada se llega a vivir en los años 80 o 90 ninguna de las estaciones de la península habría podido abrir hasta mediados de marzo. Y en cambio, gracias al trabajo humano y la tecnología, nos han podido ofrecer una temporada razonablemente larga. Así que gracias a mi estación, Masella , y a todas las estaciones de la península que lo han dado todo.
2- Una vez más, y ya van 10, el viaje transoceánico de finales de enero nos dio la vida. La escapada a Colorado de 10 días fue un auténtico bálsamo ante el panorama que teníamos en nuestras montañas.
Un viaje que sí, cuesta dinero, y obliga a hacer encajes de bolillos, tanto laborales como familiares, pero de verdad es un viaje que te hace el año.
No me cansaré de decirlo, si podéis cuadrar el aspecto económico, el laboral, y el familiar, hacer las maletas y iros de viaje. No os arrepentiréis.
Por cierto, el articulo sobre este viaje está en el horno...
3- Y por último, el punto más importante de esta temporada de esquí, el que ha hecho que esta haya sido la mejor temporada de mi vida. Un punto muy importante para mí y que me permito la licencia de explicaros.
Esta temporada he vivido en primera persona, como mi hija de tres años, se ponía unos esquís y unas botas de verdad por primera vez, y terminaba la temporada de esquí, bajando sola y girando. De cero a 100 en apenas cuatro meses…. de verdad, algo prácticamente mágico.
Aunque de mágico tiene poco… detrás de esos primeros giros, ha habido un padre extremadamente Friki del esquí, una madre capaz de crear una logística casi perfecta, y el trabajo de una monitora de esquí que lo ha hecho todo muy fácil.
Tener hijos no es obligatorio, y si los tienes no todo es un camino de rosas…tenerlos, tiene cosas buenas y cosas malas. Pero sin duda, una de las mejores cosas de tener hijos, es verlos hacer cosas por primera vez, y si te gusta esquiar, verlos aprender a esquiar y hacer sus primeros giros, es una de las mejores cosas que un padre esquiador puede experimentar.
Así que sí, esta temporada ha sido muy muy mala, pero a nivel personal, ha sido la mejor temporada de mi vida.
Y lo mejor de todo, como padre tengo la intuición....que las próximas temporadas serán igual de buenas.
Agradecimientos especiales:
1- Ingrid:
Muchas gracias por enseñarte a esquiar a mi hija y sobre todo, muchas gracias gracias por decir que sí a la primera. Te queremos y siempre te recordaremos.
2- la madre de la criatura:
Sinceramente, me ha sorprendido muchísimo la versión "porteador del Everest" que has desarrollado esta temporada. Verte aparecer en pistas, con la niña arrastrándose con las botas de esquí, cargando sus esquís, la mochila con 1000 historias, y todo eso con esa sonrisa contagiosa, ha sido impresionante. TE QUEREMOS!
La temporada que viene, las pistas te esperan, y no hablo precisamente de las cintas de debutantes.