Las aventuras y desventuras de un gay en la nieve. Una divertida narración para no dejar de reirse.
Ladies and gentlemens, he aqui la chegunda parte de lo inevitable: el primer
dia en la nieve de la Megabyte y su marío.
Lo primero primerísimo: ponerse las botas. No se si sus he dicho que eso de
las botas de eskí es como un parto. Sho he llorao y pegao chillío má de una
ve pa meté er pie allín dentro, y luego apretá las hebillas esas. Y luego
ponte a andá con semejante engendro en los pié, sin podé doblá er tobisho y
to sheno de dolore. Una presiosidá, de verdá. Seguro que la sirvimari de los
montes como sha está esha toa una esquiatriz ya está acostumbrá, pero
servidoratriz y su marío acabamo de las putas botas hastalmimmoshishi.
Gueno, pos tota, que bajamo a las pistas con nuestro grásil andar, a
botancaso limpio, con los grásiles esquís y los cómodos palitroques, nos los
ponemos, y salimos disparaos to cuestabajo. Entonces empesé a dalme cuenta
de que aquesho del eskí no tenía ná que ve con lo que sho me había creido. E
disí, yo me creia que la cosa consistía en unas pistitas con una pequeña
pendiente y muuuuuy largas, donde la gente paseaba medio escurriéndose y
lusiendo er tipito. Y enresurta que no, que eso de las pistas son una
espesie de terraplenes pú empinados por donde la gente voluntasriamente se
descoña viva. Y yo, que estaba disiéndole a mi cuñao: "no te asomes ar
barranco no te vaya a caé", resibí una contestasión que me puso tos toitos
tos los pelishos de punta. É se vorvió y sonriente me dijo "¿Qué barranco ni
barranco? Eso é una pista, y de las fásiles, y ya te estás tirando". Yo me
asomé un poco a aquesho, y vi una peaso de pendiente con gente tirá por
allínmedio, con un rio prosfundo a la isquierda y gente subiendo enganchá a
unos palos pol la derecha. Muerta toa.
Pos ná, mi marío y yo nos despeñamos por ashín, jasiendo la cuñita como nos
habían enseñao con los dos estís tós torsíos pa frená completamente, y
doblaos palante como clics de famóbi, las rodishas juntas. Paresíamo er
muñequito del portá de belén que está jasiendodevientre mimmamente.
Y asín apretando apretando, con un doló de muslo que ni en las mejores
orgías, shegamos abajo der tó. Y ahora había que de subí. ¿y como? Pues con
unos palitroques que colgaban duncable, y que tenian un disco de jierro ar
finá. Tu te pone er disco entre las piennas y er disco ese se te coloca en
er mimmojete, y te pega un remeneo que la megabyte salìó pol los aires y
esparsió asminículos varios en dies metros a la redonda. Como sería la
ostia que las gafas tipo marisol que shevaba en er borsisho se hisieron
mieldapura, y to atontao me tuve que arrecojé tos los bártulos y ponemme
otra ve a la cola de la cosa aquesha entre las miradas de cashondeo de
tolmundo. Bien empesamos. Y mi marío sin despeinalse sha iba toparriba
agarrao ar palo, ermamonaso, que mál me jiso de quedá.
Finasmente pude de subí, y shegó mi cuñao disiendo que había vitto una pista
velde (usease, de las fasiles fasiles) que estaba pú bien, así que parriba
otra vé. Otra vé había que cojé un palitronque, y sho que ya me creía
prevenío, me agarré con toas mi fuersas. Eta ve no no me tiró po los aires,
sino que me arrastró po lo meno treinta metro con los esquis tos crusaos y
sho disiendo "que papelón, hija mia, que papelón que estoy jasiendo". Ar
finá me sorté porque iva a jasé trisas el mono y no era plan con lo que
había costao. Vorví a probá, y a la cuarte conseguí no escoñalme, y aguantá
er tipo los dó kilómetro de puto remonte, que me metió por tol los bashes,
charcos, hoyos y la madre que lo parió, y yo ashín sin inmutalme, como la
BlancaFersnandesOshoa. Y cuando shegué arriba, ya me cagué y me meé, polque
la pista fásil de los cojone era un tajo con una inclinasión der
novesientosmilporsiento, que uno se asomaba y ashín a lo lejo se veían los
edifisios, y yo me descompuse toito tó. A to esto que mi marío, mu shulo é,
se aserca ar borde y se tira sin cojé respirasión ni na. Niño, como corría
er condenao, enfiló la pendiente y mi cuñá no tuvo narises de arcansarlo
hasta varios sientos de metro má abajo. Así que viendo que é no se
descoñaba, fui yo mu despasito, me aserqué ar borde, y mi cuñao disiendo "la
cuñita, has la cuñita y no te enfiles pa la pendiente", y yo pa mi, "si, si,
tu verá la puta cuñita". En efesto, na má rosá er primé sentímetro de la
cuesta los putos eskís se pusieron de frente pa la pendiente y la megabyte
perdió toa la compostura, se lansó toa pabajo alavelosidá de la lú, y cuando
sha iba como a sientosesenta por hora, intentó poné la cuñita. La ostia
todavía resuena en los alpes. Me retorsí una rodilla, el gorro salió
disparao treinta metro má pabajo, y los eskís niputaidea de dondestaban. Y
mi marío se reía allín abajo er mumamón. Ea, a recogerse otra vé y a montá
tor tinglao de nuevo. A mi empesaba a no gustarme eso, la verdá, porque vaya
perdida de tiempo en recogerse las cosas y recomponerse toa. Totá que en
sinco ostias similoides conseguí bajá la puta pista y resibír las
felisitasiones de mis cuñaos.
A to esto, mi cuñao, que era el que lo inventaba tó, va y dise: vení, vení,
vamo a subí por aquí, y nos metimo en otro remonte de esos, y sho con toas
las ostias que shevaba como que no menteraba y creia que era er mimmo otra
ve. Y llegaron un chico y una chica y me preguntaron que si esa pista era
fásil, y sho les dije "Si, si, yo la acabo de bajá solo en sinco ostias, é
fásir". Y eshos, que también eran prinsipiantes, se pusieron er dicco en er
culo y subieron tos parriba. Cuando shegamo, veo a mi cuñao to descompuesto,
disiendo: "ay que mequivocao, que esta pista no es verde, que é azul" (las
asules son ya pa pegá shillios tiroleses en plan soprano). Y a medida que
ibamos shegando tos tan contentos de no habernos descoñao con er puto
remonte, se nos iba cambiando la cara ante semejante peaso de cuesta que
teníamo que bajá. La chica nueva que se nos había pegao se puso a llorá, mi
marío quería shamá a un notario, shó perseguía a mi cuñao con un esquí
puesto y el otro en la mano pa arrearle, y mi cuñá nos perseguía con la
cámara de foto pa inmortalisá er momento.
Gueno, mañana sigo, que tengo los muñone aletargao.
Condiónnn
(continuará...)
9 Comentarios Escribe tu comentario
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Si volviera a nacer sería gay!!! pero mira que tiene gracia esta historia. Felicidades por ese gran sentido del humor.
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se me han saltado las lagrimas de risa... Y lo leo en la consulta del dentisa
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No veas lo que es tener que aguantarse la carcajada en medio de la oficina pa k no me miren raro...
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Estoy en la oficina, pero no he podido dejar de partirme de risa, mi compañera me miraba como si estuviera loco. Enhorabuena por esta historia, yo publicaría un libro.
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Hoy no he podido remediarlo, y lo he leido otra vez.
Es como cuando relees un clásico, cada vez descubres cosas nuevas, y no dejas de reirte.
Chapeau
Traducido al idioma Megabyte
Sshapoó -
Fecha comentario:
21/01/2008 23:25"¿Qué barranco ni barranco? Eso é una pista, y de las fásiles, y ya te estás tirando"
jajaja q bueno -
Fecha comentario:
16/02/2009 10:44jajaja, lo he vuelto a leer despues de mucho tiempo y me vuelvo a partir con los tres lagrimones con palanganas y el bolo-ski, jajajaja, este mitico reportaje nos hace ver los sufrimientos que pasamos cuando aprendemos a esquiar. cuando ya sabemos un poco mas vemos lo mal que lo pasabamos con una simple cuestita como la de las pistas verdes o azules y ahora si que nos reimos, jeje, verdad mega??? -
Diosss...que bueno, Mega, has hecho que me lea todos tus viajes y he llorado de risa....
Porque no tengo seguro tu nivel esquiatrices, que si no te apuntaba a mis viajes con mi amigos....diosss, me iba a descojonar todo el día...
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