Dentro de este espacio, y después de agradecer a Pepe Peinado la confianza que se ha jugado conmigo, me presentaré a continuación y después explicaré los propósitos e intenciones que deseo transmitir en el. La metodología a utilizar no será otra que poner ejemplos de situaciones vividas en esta nuestra común afición al esquí (tanto palillero como de tabla) y espero que algunas contadas por vosotros aunque sea con el anonimato o desplazamiento de autoría si así lo deseáis. Y por último trataré de describir y si puedo clarificar los fenómenos psíquicos, coetáneos al miedo y engrandecedores de la intensidad de este, que sufrimos sobre la nieve, su análisis y las conclusiones de todo ello.
Yo me hago llamar en el foro Clint, mi afición al esquí comenzó hace unos 27 años mi aprendizaje ha sido autodidacta (siempre creí que su enseñanza tenia por finalidad distraer al alumno de sus miedos y yo siempre quise darle la cara a los míos) , excepto este año en el que he prestado mucha atención a los artículos y al libro de Carolo y con el coincido plenamente en que hay que esquiar centrando la atención en los pies. Hace años que lo vengo pensando pero no había podido hasta ahora plasmar esa idea en la realidad y el conseguirlo se lo debo a la lectura de Carlos. Sin embargo me pregunto ¿Qué ha impedido hasta ahora que lograra cristalizar algo que sentía evidente? Mi respuesta es la que me ha animado a escribir en esta sección. Se trata del miedo. Un miedo que creía ya desterrado después de tantos años de esquí y tantas animaladas que he hecho, pero que estaba ahí oculto impidiendo que mis ideas fueran clarificadoras para mi propia mente y sobre todo para mi cuerpo. No considero un milagro la influencia de Carlos sino una coincidencia de esta con mi mas profundo deseo de eliminar en mi el miedo inútil.
El objeto pues de estos escritos será pues tratar de :
1.- Conocer las distintas formas de miedo,
su transformación y su evolución.
2.- Objetivizar el miedo y distinguir aquel que obedece al riesgo
objetivo y el que se debe al riesgo subjetivo o a ideas mas o menos
obsesivas.
3.- Observar nuestro miedo, sin miedo (valga la repantunfla) al
hacerlo. Mirarle a los ojos y evitar con ello desplazamientos tales
como somatizaciones, inhibiciones, excusas etc.
4.- Valorar de forma realista nuestras ideas obsesivas, que aparecen
con la finalidad de alimentar al miedo por si no estuviera ya bastante
gordito.
5.- Entender la finalidad del miedo.
6.- Vivir nuestro miedo y hacerlo en nuestro provecho (miedo útil).
7.- Entender el verdadero significado de las palabras valiente y
cobarde.
8.- Para una vez comprendido todo lo anterior, dejar que nuestro
ser profundo haga lo que tiene que hacer con ello y nuestro yo actual
se dedique a esquiar gozando a tope que es lo que se pretende (pero
que lamentablemente para muchos esto último no será
tan fácil ni comprendiéndolo).
La metodología para ello es bastante sencilla: partiré de ejemplos referidos al esquí, anónimos pero reales, y con mis propias experiencias que entrañaran el riesgo de que me conozcáis mas, pero todo sea por la ciencia.
Por último analizaremos las sensaciones, su origen y profundizaremos con el objetivo de llegar a la conclusión de que el miedo siempre estará presente mientras esquiamos, eso ni lo dudéis, pero distinguiendo tres niveles en el: alto, medio y bajo, veremos como el primero y el último producen efectos perniciosos, mientras que el del medio nos ayudará a aprender antes, a ser felices, efectivos y si nos lo proponemos brillantes.
Por hoy basta y termino deseándoos,
buenos miedos y mejores esquiadas.