El pasado 26 de diciembre un maquinista descubrió un cuerpo tendido sobre la nieve justo cuando acababa de pasar con su pisanieves. Pensó que lo habia atropellado y le entró un ataque de ansiedad. Se movilizaron rápidamente los cuerpos de rescate y una ambulancia, para descubrir finalmente que el hombre dormía la mona sobre la nieve. El conductor tuvo que pedir la baja por estrés traumático al pensar que podría haberlo matado. Compañeros suyos aseguran que cuando pasan por una placa de hielo que les hace patinar la máquina, rápidamente les viene a la mente la posibilidad de haber pasado por encima de algún cuerpo.
Además de las cargas emocionales y psicológicas en el personal debido a posibles lesiones graves y muertes, también se trata de los posibles procedimientos penales que pueden acarrear sobre ellos. Cuando hay un muerto por medio, aseguradoras y familares buscan un culpable. Es ahí cuando estos conductores tienen que enfrentarse a la culpa, complicidad o demostrar su inocencia.
Es un problema que se da en más ocasiones de lo que debería. Se han puesto soluciones transitorias, como dejar una hora más abiertas las pistas que pasan junto a estos locales. En otras ocasiones se acompaña a las personas más perjudicadas, pero es casi imposible tener un control sobre todas esta gente, así que alguno acaba metiéndose en la nieve y se deja caer para dormir la mona.
Ante esta situación y viendo que ninguna autoridad se atreve a actuar con firmeza, el Director técnico de los remontes de la estación de esquí de Großarl en Pongau dimitió el pasado 6 de febrero. La renuncia del directivo ha causado bastante revuelo tanto en la región de Salzburgo (Austria) como en la del Tirol del Sur (Italia) donde este problema lo viven con bastante asiduidad.
De hecho uno de los médicos cirujanos de la localidad austriaca de Pongau, donde está la estación, que además ejercía de voluntario en operaciones de rescate, también ha decidido renunciar a su labor después de que segun él se vieran pocos resultados para que las autoridades políticas atajen el problema, según aseguró este fin de semana en la prensa local,
El problema es que el alcohol es una fuerte entrada de ingresos para los establecimientos que hay en las estaciones. Algunos situados en cotas más bajas, se mantienen abiertos hasta las 20h o incluso las 21h. Los propietarios de algunos de estos locales tienen máquinas que bajan a sus clientes más borrachos. Pero reconocen que no pueden asumir la responsabilidad de cada uno de sus invitados. Así que muchos vuelven a coger sus esquís y bajan directamente.
La Policía del Estado de Salzburgo por su parte tampoco está muy por la labor de apretar más a estos locales. Afirma que en la región tan solo se registran unos 500 accidentes de esquiadores por temporada, y que de esos tan solo el 2% es por personas bajo la influencia del alcohol. En cambio si están tratando de usar medidas preventivas.
El Ayuntamiento de Pongau afirma que la situación antes era peor, pero que desde que se han implementado medidas como por ejemplo no pisar las pistas por donde bajan los borrachos hasta ya pasada la media noche, los accidentes han bajado.
El personal de las estaciones no está tan de acuerdo. Un maquinista recuerda al diario Krone austriaco, que hace unas noches uno de estos esquiadores en estado de embriaguez, quería subirse a una pisapistas en marcha. El hombre bajó a advertirle que no debía hacerlo y del peligro que corría, y el esquiador le atacó con los bastones de esqui. Aunque en el video no se aprecia, el conductor acaba encima del esquiador, quien le pide disculpas.
Ante la posibilidad de imponer una tasa máxima de alcohol en sangre a los esquiadores como el 0'5 que se exige a los conductores en carretera, la policía se ha mostrado contraria a una medida así por que esto debería ser el Estado quien dictaminara algo así, y además estaría el asunto de quien debería controlar y como. Si fuera la policía quien implantara controles en pistas, entonces habría que incrementar los efectivos de personal y según afirmaron fuentes policiales al diario digital nachrichten.at, "Ya estamos ocupados con los robos de esquís".
En definitiva, nadie se pone de acuerdo en si el problema es tan grande como para tener que hacer una Ley federal sobre el consumo de alcohol en pistas, y en caso necesario, quien pagará las labores de control de esta nueva regulación. De momento el servicio de rescate de montaña de Salzburgo ha estado informando a los esquiadores de los peligros de emborracharse en las estaciones de esquí, especialmente al cierre de remontes. Maria Riedler, portavoz de esta entidad afirmaba este fin de semana que,