Veréis mucha fotos del camino, pero no me puedo resistir a compartir un poquito de los espectaculares paisajes por los que ha discurrido nuestro trayecto. Como ya conté, en este viaje hay mucho mas traslado y por diferentes puntos que merecen ser mencionados y mostrados. Nada como estar allí y vivirlo, pero al menos espero poder acercaros un poco a las sensaciones que hemos disfrutado.
En cuanto a las estaciones, trataré de dar de nuevo una pequeña visión de ellas, mas de lo percibido que una ficha técnica de cada una, para esto tenemos Nevasport.
Día 07, viernes 2 de marzo de este año de 2018 que plácidamente transcurre.
Amanece en el parking de Disentis3000, Sta Catrina Bergbahnen, que constituye el solar donde nos hemos emplazado.
Buen día, por fin nos saluda un sol que, lejos de congelar el ánimo, eleva el espíritu.
Pertrechado pertinentemente, nos dirigimos a cambiar por un forfait de tres días nuestra invitación de Alp2500. Como será tónica en sucesivas veces, se intercambian consultas y comprueban registros, no han debido oir hablar de esta historia. Con todo en regla y nuestro acceso en el bolsillo, subimos en la cabina que pende sobre nuestra vivienda, dispuestos a conocer un nuevo monte acondicionado para el esquí.
Disentis 3000 es una estación que tiende a pequeña. En unos lados dice que 60km., en otros 30.
La impresión es que esta última cifra se aproxima mas a lo que hemos visto. Con dos sectores diferenciados, uno enlaza remontes hasta la máxima altura, casi tresmil metros desde los 1200 de la base del funicular, desnivel que se puede hacer entero pista tras pista, y el otro en un valle adjunto, al que se accede por pistas cómodas para todos.
Tiene zonas para todos los niveles, y quizá la única complicada es la pista negra que baja hasta abajo del todo, mas por estrecha y muy larga que por sus pocos puntos de mucha pendiente.
En el resto pistas azules y rojas para repetir y disfrutar mucho y laderas entre pistas y alrededores para los que gustan de los espacios menos organizados. Eso si, en el momento de nuestra visita, y en opinión del frikirraider, exhibían zonas de evidente peligro. La verdad es que los disfrutamos mucho sin salirnos de las balizas.
Existe un abono conjunto con las vecinas Sedrun y Andermatt, que conforman una zona esquiable, según publicitan, de 180km., y que quieren unir con remontes y pistas, ahora se comunican por tren con el famoso Glacier express, proyecto de un millonario egipcio propietario de estas dos últimas, y que se encuentra en estado embrionario
Sedrun, desde Disentis.
El Glacier Express, a su paso por el valle.
Muchos cursos de fuerapistas, incluso hay un FF solo para una subida hasta lo mas alto a la 08:15, y luego tu mismo el resto del día. El nuestro fue discurriendo por todas la zonas, disfrutando del sol mientras duró, que luego se fue cubriendo, y repitiendo todo lo que nos gustó, que fue la inmensa mayoría.
Nos damos a lo del esquí hasta la hora de comer, y bajamos de vuelta, cansados satisfechos y hambrientos. Esto último se soluciona preparando unas alitas a la “lo-que haya-para-adobar” que resultan francamente simpáticas y comestibles.
Esperando la plancha.
La plancha.
Transcurre la tarde paseando por el pueblo a la caza del WiFi, lo que conseguimos en un simpático bar adyacente al hostel del lugar, con mucha animación (naturalmente y por lo que se escucha, la mayoría no son suizos) buena música y una conexión francamente buena.
Al mismo tiempo, caen unas weissbier por este lado, el de enfrente se conforma con su eterno redbull, lo que causa aun mas animación.
Esta es la zona de Suiza en que se habla romanche, una lengua romance con giros e influencias de todo tipo, que es el cuarto de los idiomas oficiales de la Confederación Helvética, aunque vemos que mayoritariamente podemos entendernos en inglés, lo que mas se escucha en torno es alemán y algo de italiano. Finalmente, lo único que aprendo de romanche es que “buenas noches” se dice “buena noch”. Esto, tras varias weissbier, happy hour incluida.
Curioso cartel con el “Menú del Día” en romanche. Como se ve, fácilmente comprensible.
Volvemos a casa.
Pis, mucho, y a la cama. Caigo como leño, claro. El otro, pese a sus dosis de supuesto estimulante, también.
Día 08, sábado 3 de marzo del año, repetidamente nombrado, de 2018.
Y vuelve a amanecer en el mismo lugar.
Nos repetimos el día anterior, casi calcado pero mas rápido, dado que ya conocemos la zona, y decidimos que es bastante.
Yo también estaba.
Y aquí.
Dejamos el tercer día para otra ocasión, comprobamos la máquina para la salida, todo en su sitio y asegurado, y ponemos rumbo a Austria, destino Kössen.
Como se puede notar, el tono y clima del viaje ya son otros. Conseguimos descongelar de manera natural, repostar aguas limpias y deshacernos de la grises y negras, y finalmente, tras alguna que otra chapucilla, las penas pasadas han quedado en simple anécdota.
Así que a partir de aquí, el relato se hace mucho mas convencional y aburrido, aviso por si alguien henchido de morbo quiere abandonar la lectura. No encontrará mas lloros ni lamentaciones.
Salimos de Suiza, atravesamos Liechtenstein y nos adentramos en Austria.
No hemos caído en que es sábado, y nos encontramos el cambio de turno de las estaciones del Arlberg y valle del Inn. El mayor atasco, en la subida al túnel del Arlberg.
A pie de autopista, la estación de Sonnenkopf.
Superados los momentos difíciles, el trayecto discurre plácidamente hasta llegar a las proximidades del destino, en que debemos hacer parada técnica y aprovechamos para hacer la merienda-comida-cena del día, de nuevo en el afamado restaurador americano de comida rápida que no voy nombrar de nuevo, y que, eso si, provee de conexión inalámbrica de bastante calidad, por el aquel de ahorrar datos propios.
Pasando por Oberaudorf vemos sus pistas iluminadas y estamos a punto de caer en la tentación, pero finalmente continuamos hasta Kóssen.
Pequeña explicación: La invitación que tenemos nos da derecho a tres días a elegir en las estaciones que se unen bajo el epígrafe de “5Berge”, y que comprende la citada Oberaudorf, nuestro destino Hochkössen, y, además, Wendelstein, Kampenwand y Hochfelln, grupo de cinco pequeñas estaciones en la frontera germano-austríaca, unas en un país y otras en el otro. Nos hemos decidido por Hochkössen por ser la de mayor tamaño en planos y parecernos que nos va a dar mas juego, ya que no vamos a aprovechar los tres días, por necesidades del guión.
Estuvimos a punto de cambiar dicho guión y dedicar un rato a Oberaudorf.
Llegamos a Kössen y vemos, por primera vez, y hasta el momento de escribir estas lineas, un cartel en que se especifica que no se puede pernoctar en el parking de la estación en ningún tipo de vehículo, habilitado o no para ello, pero con mención a los camping-car, categoría en que nos autoenglobamos. Ello debido a la legislación del Tirol. Nos dirigimos, obedientes, a un vecino camping ( vecino del pueblo, cercano a la estación) donde todo está cerrado, por lo que, de vuelta a las proximidades de taquillas y remonte principal, vemos una zona de aparcamiento no englobada en la de la estación, pero a cincuenta metros escasos de ella, donde ya pernocta otro vehículo similar, y decidimos hacer panda con ellos e instalarnos allí. Sin problemas, dormimos esperando conocer mañana esta pequeña estación.
Día 09, domingo 4 de marzo de 2018.
De nuevo amanece, que no es poco. Y con un día esplendoroso de luz y color que anima a los deportistas a aprovechar sus bondades. Montones de personas han pensado lo mismo.
Nosotros lo hacemos también, y nos dirigimos al con sabido trámite de canjear nuestras invitaciones. Y nos ponemos a la abundante cola de la cabina principal del dominio.
Hochkössen es una estación pequeñita, toda en torno a una colina que se eleva desde 650 metros en la base hasta una cota máxima de 1750m.
La encontramos con abundante nieve en todo su desnivel. Unos 22km. de pistas, algunas sin pisar, y variedad de niveles. Pistas divertidas, muchas entre árboles, variadas en su recorrido y asequible a todos los niveles. Una zona de iniciación en la parte baja, servida por varios teleskis, y una cabina que sube hasta la cota de 1500m.
Desde la que un par de sillas y perchas te llevan a la cota máxima. Los remontes mas bien antiguos, pero rápidos y eficaces en general. Unas vistas impresionantes desde casi todas partes, y la evidencia de que los Alpes acaban allí, en su vertiente norte, cuando se ve la planicie del Danubio al fondo.
Nos gusta el lugar, vamos haciendo una pista tras otra, hasta conocer todas y repetir las partes que mas nos gustan, y damos por rematada la jornada con unas würst para hacer fuerzas para el camino que viene.
Mencionar el altísimo nivel de esquí que se percibe en el público asistente, además de una media de edad digamos que mas bien madura. Familias y gente en la mejor edad conforman la mayor parte, significativa ausencia de juventud y de snowboarders.Tras la comida, emprendemos de nuevo viaje. Esta vez nuestras ruedas se encaminan hacia Turracher Höhe.
Alrededor de 200 kilómetros de camino en un día precioso, que nos llevan a través de las planicies de Alemania, dejando atrás los Alpes, y, rodeando Bertchesgaden, de nuevo a Austria y los montes.
Pasamos junto a Salzburgo y directamente al sur hasta internarnos en el Turrach Pass.
Viajar a través de Austria es una sucesión de paisajes espectaculares, castillos y zonas de esquí.
Todos ellos de todas las medidas, pequeño, mediano, grande.
Vamos llegando a destino.
Turracher Höhe. En su punto mas alto, unos 1800m. se sitúa la estación.
Hay un par de zonas de chalets de madera, en el mas puro estilo alpino, y a lo largo de la carretera, hoteles y algún edificio de apartamentos con poca altura y bien integrado en la zona. Un pequeño lago y mas zonas residenciales entremezcladas con bosque. Esto debe tener también mucha vida estival.
Siguiendo las costumbres que hemos ido adquiriendo, nos instalamos al otro lado de la oficina y remonte principal y nos regalamos un ratito de apreski “light” (esto no es Ischgl) que incluye alguna “weizen” y la fauna local bailando la macarena.
Mañana a esquiar, que esto hace muy buena pinta.
Día 10, lunes 5 de marzo del presente año de 2018.
Se levanta un día mixto, entre nubes y claros, pero parece que con buenas condiciones para esquiar. Y la impresión se confirma. Excelente nieve, preciosas pistas, no demasiada gente y una estación ya mas grande y con muchos recursos. Nos disponemos a exprimir los dos días de invitación que llevamos.
Turracher Höhe, en lo alto del paso alpino que le da nombre, se extiende por la laderas que forman la frontera entre Estiria y Carintia, abrazando el Turrachsee, y algo mas arriba de la localidad de Turrach que da nombre al paso. Tiene algo mas de 80km. de pistas de variados niveles, divididos en dos sectores, este y oeste,por la carretera. En su mayoría discurren entre árboles. Desde la zona principal, a 1800m. se sube a la cota máxima de 2205m.en una silla rápida y moderna, y desde allí se tiene acceso a todo el sector oeste, donde también hay algún remonte mas. Remontes casi todos muy nuevos, con calefacción y capota.
Una pequeña zona frente el lago, enlazadas por un par de teleskis y un telemix, con varias pistas mas, y el sector este, cuya conexión con el otro lado no es demasiado cómoda, por un lado exigencia de remar un tramo entre las casa, por el otro, un curioso “remonte” el Seetaxi, consistente en un ATV con una barra detrás a la que se agarran los esquiadores y cruza el lago, por supuesto helado.
El sector este baja hasta los 1400m.. Hay un pequeño parking y sucesivos remontes que suben hasta algo mas de la altura del paso. Pistas impresionantes, anchas, pendientes variadas, algunas exigentes, pero en general muy divertidas y bonitas. Toda esta zona entre árboles. Muchas zonas y actividades orientadas a los mas pequeños, en general una estación bonita, dedicada al público familiar pero con características para satisfacer a todos.
De nuevo, gran día de esquí. Recorremos casi todo, en todos sus colores, y nos retiramos cansados y satisfechos. A media jornada empezó a nevar, pero siguió estando todo perfecto, y da esperanzas de nieve fresca para mañana.
Hacemos un ratito de socialización con el ambiente local, algo de comida que no sea de nuestra despensa, y alguna interacción con el personal para solucionar un despiste que nos ha llevado a quedarnos sin agua. Por suerte, la buena disposición de la hostelería local nos permite enmendarlo rápidamente.
De nuevo, un día sin mas problemas. Supongo que a estas alturas, ya estáis aburridos de que no nos pase nada, no se congele nada, no se rompa nada. Pero esto es lo que hay. Puro disfrute del esquí, la carretera, y el mundo que nos rodea.
Por cierto, que no he contado que Salva se ha hecho cargo del timón casi desde el minuto cero, y no lo suelta ni a tiros. Parece que pasa muchos sustos si conduzco yo. Razón no le falta, a veces soy un poco despistado, pero la cosa no es para tanto, digo.
Recogemos. Dormimos.
Día 11, martes 6 de marzo, año 2018.
Hoy se ha levantado el día menos bueno de lo esperado.
Ha estado nevando la tarde y la noche, finito pero constante, y ha dejado unos centímetros de nieve nueva que el frikiesquiador se dispone a disfrutar como se merece.
Pero para el turistaesquiador, aparecen otros inconvenientes que obstaculizan la jornada deseada. Las nubes han bajado, la visibilidad es intermitentemente escasa, según zonas, y la luz, plana y difusa, no deja ver el relieve, mayor inconveniente que este que lo es tiene a la hora de esquiar.
Como curiosidad, eso rojo que se ve a la izquierda de la pisapistas, es ¡¡Otra pisapistas!!
Tras un rato muy incómodo, probando en varias zonas, decido retirarme a preparar el vehículo para continuar viaje mientras la otra mitad del dúo goza la nieve como cochino en lodazal.
Cuando llega con esa sonrisa de oreja a oreja que indica plena satisfacción, arrancamos camino de nuestra siguiente parada, la mas lejana del viaje: Kranjska Gora, Eslovenia.
Esto lo contaremos en el tercer trozo.
SL2, ratón.