Hoy el día amaneció muy bueno, un poco de aire, pero a lo largo de la mañana paró y nos dejó un día soleado y muy buena temperatura.
La nieve, al principio de la mañana estaba dura, pero como los demás días, a lo largo de la mañana se transformó y estaba muy suelta y daba gusto esquiar.
Como hoy era el penúltimo día, me apetecía darle un poco más caña a la rodilla, y decidimos ir para la zona de la laguna. Ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en estos días, pues esa zona es espectacular, además de las vistas, lastima que el telesilla estaba cerrado por el viento y tuvimos que subir en el arrastre, pues desde allí se disfrutan mejores vistas. La nieve estaba espectacular, el cambio de una zona a otra es muy grande, estaba que daba gusto esquiarla, además no había casi nadie, nos cruzamos con 3 ó 4 grupos de esquiadores que, como nosotros, prefirieron disfrutar de la calma, la paz y la buena nieve.
Pero, como no solo con las palabras se ven las cosas, aquí os dejo unas fotos de esa maravilla de zona.
Además hoy, no sé si sería por el encanto del lugar, o por que se acerca el día de nuestra vuelta, me sentía pletórico y con muchas ganas de darle un poco más duro, arriesgar un poco más y ver cuanto le podía sacar a mi rodilla, y, la verdad no me defraudó, he disfrutado mucho, con muy buenas sensaciones y sin apenas molestias, pero me ha dejado hacer muchas más cositas y disfrutar de esas pistas y de más desnivel, además de sentirme mucho más seguro encima de los esquís.
Hoy, lo mismo que ayer, el profe no tenía clase, parece que la gente se le pone mala y decidimos aprovechar y pasar un buen rato con kitarin, darle un poco de rienda suelta a su ilusión y ganas y nos le llevamos a esquiar con nosotros.
Creo que le vino muy bien, pues iba haciendo su cuña, giros y se lo pasó en grande. En estas fotos con el profe se le ve que poco a poco va pillando su centro de gravedad y equilibrio. Ya iba el solito siguiéndonos y no quería que se le sujetase. ¡Que grande el tío! Venga, va, se nota que es amor de padre, pero como es mi reportaje me permito la licencia de babear por todos lados.
Además estuve esquiando con el a mi lado. Ha sido una satisfacción muy grande ir por primera vez al lado de mi hijo y disfrutar de sus sensaciones, caras e incluso de sus comentarios acerca de como se sentía.
En definitiva, otro día más disfrutando y pasándolo genial. Estas vacaciones serán inolvidables para mi por muchos y diferentes motivos. Espero que os guste, y mañana seguiré dándoos la brasa con más fotos y experiencias.
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