Hola a tós y tóas otra vé, sus voy a seguí contando las peripesias dolosmísticas de la Mega ante de que se morvide tó con los estreses de los madrile y la madre que los parió, que no he jesho na má que shegá de la pá y tranquilidá de la montaña y yastóy atacá como la martirio.
Nos habíamo quedao en cómo terminamo er primé día de esquiatrises tirolesas, con er estomagonsio sheno hastarriba con la sena que la abuela balbona nos presparó nos tiramo parriba y a roncá a pata suerta hasta que laputaelisa de betoben le dio por berreá en er móvi a las 7 de la mañana. Coño ya con los doslomita de las narise, que no pueden abrí los remontes como tór mundo a las 9, no, te los abren a las osho, y pa ponerte medio desente, desashuná y bajá a tiempo, pos en pie al alba. Ea, la sena con las gallina y televanta con er gallo. Etto será mu sano pero le pueden í dando.
Er marío de la mega reassionó ar ostavo puntapié en er quinto espasio intercostá (que se que é donde má le duele), se levantó como robotisao y sin abrí losojos se puso un carsetín sudao de esquiá en la cabesa. Már vamo, me dije shon. A ette paso no salimo en tol dia.
Cuando má o meno nos habíamo convertido en persona jumana otra vé, desidimo bajá a desanyuná con los otro dó compañero de fatiga. La Carol nos informo de que había quedao con la gente de Val Gardenia en que nos veiamos en la Marmolada. Toma ya la tía, como si se conosiera aquesho, va y queda “en la Marmolada”, así, der tirón. Como no teníamo ni putaidea de donde ettaba aquesho, é má, no teniamo ni puta idea de qué era aquesho, nos pusimo a mirá en er mapa, y cuando no dimos cuenta de la situasión, la histeria recorrió er campamento base de la barbona. La Marmolada estaba en el quinto pimiento tirando pa la izquierda, y nosotro habiamo quedao a la onse de la mañana. Frau Kartoffen llegó corriendo ar escushá nuestros lamentos pero la Carol la tranquilisó a esha y ar resto de comensale, tos alemane tipo armario de cuatro puerta y unos cuantos italianos pijishos que sabían sobresaltao con nuestros lamentos.
Nos pusimo en er plano a diseñá er mejón camino pa shegá ar punto dencuentro, y nos encontramo con er problema doslomístico de los cruses de pueblos. Er mejón camino y má ráspido era por er guevo que estaba al otro lao der pueblo, pero que no podiamo shegá sin pegalnos una caminata der morirse toa. Así que empesamo a buscá una forma de shegá ar guevo sin tené que pateá, y lancontramo. O ar meno, eso pensábamo.
Totá, que shán despiertos y bien despejaos grasias ar lassante con sabó a café de la abuela balbona, pusimo rumbo a las cumbres. Na má salí a la cashe, vimo la siguiente presiosidá:
Y me diréi, ¿cómo se shama la montaña en sí mimma? Pos no se, la verdá, estaba ashín tós los días y no nos presentó nadie. Vamo, é la de siempre, la que se vé de tós sitios en Corvara... joé qué malamente que estoy quedando, si yo no sé pa qué voy a la naturalesa si no retengo ná.
Na má que subí er remonte der Col Alt (ette macuerdo polque había que cogelo tós los días a la salida y a la shegada, que sino....), mirá qué peaso de paisaje que se veía, con su mar de nube y todo
Osviamente, la amenasa der megacopo había desaparesido de nuettras vidas y nos dispusimo a disfrutá dundia cargado de sol y emosione.
Con la Carol comandando er grupo, nos dispusimo a encontrá er famoso atajo que nos llevara al guebo der boé. Y a la primera bajada, la Mega sintió una revelasión bajo sus pies, fue como cuando en mátrix le enshufan a la trínity en la cabesa er programa del licóstero y aprende a pilotarlo ar segundo, pos lo mimmo sintió la mega pero con er esquí. De pronto dije “ostiasenvinagre, que sé esquiá”. ¿Y a qué era debido semejante cambio? Pos ni má ni meno que a lo famosos cantos de la Carol, que nos había jesho shevá los esquises a mi marío y a mí a que le jisieran eso de los cantos, y qué jiliposhas de nosotros, seis años, seis!! escurriéndonos como condenao por esas montañas de dio, sin sabé que los esquises tienen una cosa que se shama cantos. Madre mía que alegría, podé bajá pol la parte esa blancurria y tiesa de la pitta que sescurría como susmueltos, con toa tranquilidá, sinturita vá, sinturita viene, shiumm shiumm, sin descoñarse ni despendolalse y sin gritá de pavó. E que no tiene presio éto, vamo, a partí dahora le afilo los cantos tós los dias hatta que se me queden los esquises como dó cushillos jamonero de tanto rebañarlos.
En etto que miro a mi marío y con la sola mirá él entendió mis pensamientos, shón le dije con las pettañas “¿tú siente lo mimmo que shon?” y él me respondió con la orejas “joé, y tanto, no vea como agarra etto!!”. Caguentó, en ettas condisione querria shon vorvé a enfrentarme con La Fás de Vardiserens, que pudo con nosotra dó y nos jiso de bajá toa la montaña dando vuerta como dó cocretas. Shá vorveré a por ti, shá.
Er caso é que ensimimmado con er nuevo descubrismiento, íbamo tós tan alegre y despreocupao que cuando quisimo dalno cuenta estabamo dando vuerta en sírculos cogiendo una y otra vé las mimmas sillas y bajando las mimmas pistas, y no conseguiamo salí daquesha sona. Vamo, que pa evitá pegalnos la pateá, nos estuvimo hora y media tós perdíos pol la sona de la branchia sin tené cohone de encontrá er camino corresto. Mientra tanto, er paisaje era tan potitooooo
Finasmente la guia der grupo sorientó y encontró er camino hacia Arabba. En bajando hassia esa estassión, la Mega pudo comprobá de nuevo las carensia arquitestónica de la sona. Había que de bajá una proselosa pendiente y enfilá pa la isquierda cogiendo velosidá, polque ar fondo se vislumbraba er comienso de un telesquí, que como shan ettabamo acostumbrao, no ettaba donde debía, sino setesiento metro má pashá. Er caso é que menfilé topabajo a chusmarichús, giré a la isquierda tó ensiscao y de pronto y sin avisá ¡¡pataplóff!! ¡¡Una carretera!! Ashín, en medio de la pitta, una casrretera de semento de la que pasan coshes!!! Casi mescoñoviva intentando de pará pa no atravesá er semento con los esquises resién enserao, ea, y me tuve que quitá los casharro de los pie y pasá andando como si fuera la gran via. Toma sha, y se quedan tan fresco los tios. Osea, que en la facurtá darquitestura de por allí, mu malamente tiene que andá er profesorao polque de consestos topográsficos andan jodíos, pero de puentes shá ni te cuento. Se ve que Venesia, que está pol la sona, acabó con las essistensias de puentes, y los demás, a joerse. Pos menos canales, coño ya, y un poco má de comodidá en las cumbre, que una viene a la meca der esquí y parese que sa ido de písnis a la m-30, tor dia crusando semento.
Y una vé crusada la casrretera, ¿qué sus había disho? Pos que los telesquis estaban mú lejos, y seguro que no ladivinas, ¿verdad? Pos si, cuestarriba. Hay que jodelse, eso má que esquí arpino paresía er pentatlón ese, nos fartaba er arco y las fleshas.
Una vé conseguió de shegá a los limites de ArtaBadía, empesamo a bajá jasia Arabba. Como siempre, lo paisaje seguían siendo alusinante y las pittas increíbiles, que lo mimmo que te digo una cosa te digo la otra, no te vasha tú a creé que a mí é que me gutta de criticá por criticá, que ná má lejo de la realidá.
La siguiente afotisho é der pueblo de Arabba, casi shegando
Los nelvios estaban a fló de pié, polque etábamos a punto de descubrí er misterio de la pitta de gravedá sero, que lo mimmo sescurre pa un lao que pal otro. Según er mapa, una pitta asul atraviesa er pueblo dedde er finá de las pittas que se ve en la afoto hatta er difisio coló ladrisho der fondo, que é er guevo.
Ea, pos como siempre, la imaginasión de la Mega le había jugao una mala pasada. La puñetera pitta no é sino un camino plano, que atraviesa dó carretera, y transitado por mile de esquiatrises en ambas diressione, esquíses ar hombro y a pata. ¿Arguien se esperaba argo má sofisticado? Joé, pos sí que é ingenua la Mega, que sesperaba argo de úrtima tesnología, no se, una teletrasportasión como dió manda, un superimán gigante, un shorro de gás empujatrís, pero no, tóparriba a pata y a joerse otra vé. Y no solo eso, sino que la puñetera arfombrita que había pa ayudá a subí er último tramo ettaba estropeá. La Mega no quería ni mirá a su marío, que le gustan estos eventos menos que a esha mimma, prefirió dejá que la tempestá siguiera su curso.
A tó esto eran shá casi la 1 der mediodia, y habíamo quedao a las 11 en er punto de reunión. Toma shán puntualidá ibésrica. Er grupo de ValGardenia ni idea de por donde andaba polque no respondían ar guarki, asín que no dispusimo a í lo má velosmente posible hasia la Marmolada. Por er caminisho nos sacamo arguna foto como etta.
Cuando shegamo a la Mangachapela esa, tras una presiona e interminabla bajadita por una asul en la cuá la Mega hasta jiso unos jirishos de calsvin klein, nos metimo en ese peaso de autobú corgante, y ante nuettra sorpresa, no había uno ni dó, sino tré de esos ingenios, uno detrá de otro, hatta una artura de casi 3500 metro. Er grupo shegó arriba con las pielnas destrosás, y pol er camino la Carol localisó a los de la Gardenia, que sha habían subido y estaban bajando la pitta.
Ar shegá arriba destrosao entre er cansansio de la subida en los tres superguevos y la farta de orsígeno, nos encontramos con unas vistas tal que así:
Ante semejante maravisha, nos quedamo tós mirando er paisaje con las piernas flojas como er monchito, y con musho susto en er cuerpo de vé la peaso de bajada, polque claro, habíamo subido musho pero musho musho, y tó lo que sube, pos baja, y ashín delante de nosotro ettaba la pitta, tóa esha en su inmensidá, esperándono con sus nieves abiertas de pá en pá. No sus perdai la cara dacojone de mi marío ante de lansarse ar abbimmo.
En medio de la bajada, la jefa Caro contastó con er grupo de la Gardenia y nos encontramos tós ashín en medio entre el jorgorio, risas y cashondeo generalisao. Deste encuentro no tengo tettimonio grásfico, no se qué le pasó a lamega paparachi, que se perdió er evento. En fin, no se puede está a tóas. Sí tengo fotisho der paisaje durante la bajada, mirá que potito.
Abajo der tó, na má subí en la siguiente silla, nos encontramo de sheno en er recorrido de la grande guerra, y pa muestra, un cañón
Ya con más relax por haber encontrao ar grupo, seguimo er dia tranquilamente con chansas y jorgorios, y jasiendo fotishos como esta.
A la shegada der guevo que volvía a Arabba, er grupo de la Gardenia se despidió polque se iba pol otro camino pa shegá a sus partamentos. Nusotro tuvimo que volvé a pegalnos la dishosa pateá pol medio der pueblo, y subí como las locas pa nuestra estasión, que íbamo con lahora pegá arculo. Nos encaramamo tó lo ráspido que pudimo a la pista der boé, y nos dio tiempo a jasé argunas instantánea de esa presiosidá de pitta
Finasmente, con er tiempo jutto, shegamo a las sillas que nos subian de nuevo pa la balbona, y pudimo descansá nuestros trabajaos cuerpesitos urbanos. Aquesha tarde tocó siesta y cuando la abuela balbona nos despertó pa sená, nos pusimos hastalmuelle de comé y luego nos vajamo ar pús der pueblo, a degustá unos mojitos que habíamos visto er dia anterió y que nos quedamo con la ganas. Orsérvese la cara der marío de la mega, que habla pol si sola.
Ar dia siguiente, despué de la palisa que no habíamos pegao con la puñeta de la marmolada, desidimo quedalno serquita de casa en ArtaBadía, y vé las pistillas de por ashín serca, y jasé er tour de las cafeterías. Asín que como hay poco que reseñá, sus pongo solo las fotos y argún comentario y sigo mañana con más cosishas.
Este é er plan en que mayolmente estabamos ese dia. Silla, cafe, pitta, silla, servesa, pitta, silla, cafe, pitta...
Algunas pistas presiosas de la sona camino de San Casiano
Los paisajes, como siempre, alusinantes
Varias fotillos de la sona próssima a San Casiano, y La Villa
Comienso de la pitta de la Gran Risa, que la dejamo pal último dia
Más fotos de la sona de La Villa
Una de nuestras múrtiples paradas tésnicas
Comida en Colfosco, en un bar con una terrasa tremenda y una vista de tol valle espestacula der tó.
Aquí vimo a éte mushasho que no tenía otra cosa que jasé que tennerno en vilo a la hora de comé, que estaba ashín jasiendo sus cosa como un canario en una jaula, y shón viéndolo con er rabisho der ojo y sufriendo comunamadre pol si sescoñaba. Hay que tené való pa subirse ashín, vamo...
Vitta de Corvara desde la terrasa donde comimo. Una presiosodá, como tós los paisaje de por aquí. Meno má que los paisaje no los jisieron los arquitestos italianos....
Y por hoy ná má. Dejo pa mañana las aventura y desventura deste grupo sin par en nuestra búsqueda insasiable de los Alpes de la Susi, nuestro encuentro con er forero Sésar, y la odisea der funiculá de SantaCristina, que é una historia mú potita y pa tós los púsblicos.
Guenas noshessssss!!
