Subiendo por la carretera que va a Grandvalira, y poco después de pasar el Parador Canaro, se ha podido ver durante más de 50 años, las pilonas naranjas de un viejo telesquí justo en una de las curvas. Ese remonte se acaba de desmontar por iniciativa de Ski Andorra, que lidera una iniciativa destinada a retirar los remontes más antiguos y abandonados en las montañas.
De esta manera Andorra está dando un paso más hacia la preservación del medio ambiente y la fauna gracias a la iniciativa de retirar remontes en desuso por parte de Ski Andorra. El país se suma a otros como Francia que ya llevan años con estas acciones. El objetivo: mejorar la seguridad y estética del paisaje, proteger la seguridad de la fauna y preservar el medio ambiente.
El telesquí retirado ha sido el del Valle de Incles y era el único que faltaba en todo el país. Se trataba de un aparato de 4 pilonas que no ofrecía servicio desde hacía años y es una situación que representa una mejora en el impacto ambiental: la eliminación de equipos obsoletos reduce considerablemente las emisiones de carbono y promueve la conservación de la biodiversidad en la región.
El telesquí del Valle de Incles, el primer telesquí del Valle de Incles
Con más de 50 años de presencia en el Valle de Incles, este remonte fue el primero instalado en el valle y pertenecía a la familia Sanclimens, de la casa Jan del Sastre. Representaba un medio de transporte en las montañas durante el invierno y ha sido testigo del desarrollo histórico de la región. La familia logró de esta forma dejar una huella propia en el paisaje y en la memoria de los habitantes locales durante muchos años, ya que fue un icono local.
En la Vall d’Incles llegaron a funcionar tres remontes. Además del Ski Parador Canaro en 1968, único que ha llegado a nuestros días, y junto a este aparato, otro particular montó el del Roc Sant Miquel. Un poco más arriba a principios de los '70, el Telesquí de Incles.
Años más tarde, en 1975, se puso en marcha el telesquí Peretol, en las Bordes d’Envalira, como complemento al hotel del mismo nombre. Aunque ya no quedan vestigios de ese remonte, la zona sogue siendo esquiable después de que Grandvalira se la quedara en 2009 para incorporarla en su área esquiable.
Respeto medioambiental
Con la visión de promover la sostenibilidad y gracias a la ayuda del "Home del Sac", la entidad se encargó de todo el proceso de retirada de todas las piezas del telesquí. El remonte se transportó a un centro de reciclaje, donde se procesaron de forma adecuada todas las piezas. Una iniciativa que ha puesto de manifiesto la importancia de la responsabilidad ambiental y la colaboración como motores del cambio hacia un futuro más sostenible.
Perspectivas futuras
Con la retirada de este telesquí histórico, Ski Andorra apuesta por adoptar medidas para preservar el entorno natural y lidera el camino hacia una industria del esquí más sostenible y consciente con el medio ambiente. La despedida de este telesquí no sólo cierra un capítulo de la historia, sino que también abre sus puertas a un futuro más limpio y ecológico.