Hoy en día tan solo unos pocos se atreven a inventar sin antes haber hecho un estudio de mercado sobre si ese producto va a tener salida. Antes era al revés: primero se inventaba y luego se le trataba de buscar salida. Y las estaciones igual. Primero aparecían zonas donde la gente esquiaba, y allí se desarrollaron mas tarde las pistas comerciales.
Hoy no se construye una estación sino se ha hecho un estudio de mercado. Pero hubo alguien hace muchos años que se adelantó a su tiempo: William Averell Harriman.
Este hombre era el Presidente de la Union Pacific Railroad, y en 1935, viendo el éxito comercial que habían tenido los Juegos Olímpicos de Lake Placid 1932, quiso construir su propia estación de esquí. En lugar de desarrollar un lugar donde ya se esquiaba, encargó la búsqueda del lugar perfecto, que debía ser accesible a través de sus ferrocarriles, y además, encargó un invento: el telesilla.
El primer telesilla del mundo fue diseñado e inventado por Jim Curran
Cuenta la historia que el encargo se lo hizo al Conde Felix Schaffgotsch, que se pasó meses buscando el lugar ideal, y cuando ya estaba a punto de regresar a casa para darle las malas noticias a Averell Harriman, alguien le habló de la región Ketchum, en Idaho. Aplazó su regreso para visitar aquel lugar, y quedó prendado del sitio, que según él, combinaba los Alpes europeos con el estilo de gran Resort norteamericano.
El Conde y William Averell se mostraron entusiasmados, y rápidamente compraron mas de 1.700 hectáreas: había nacido Sun Valley. El invierno de 1936, y en tan solo siete meses de construcción, lograron abrir el que según sus fundadores sería un centro turístico digno de su entorno, digno y majestuoso. En 1951 ya habían pasado los mejores actores de Hollywood, entre ellos Clark Gable, Errol Flyng, Bing Crosby o Gary Cooper. Hoy es la séptima mejor estación de Norteamérica, según el Ski magazine.
Hasta la década de los '30 y '40 el transporte hasta la cima de las montañas no era nada cómodo. Se habían tratado de adaptar literalmente, autobuses colgados de cables o coches guiados por vías, pero eran caros, peligrosos y costosos de mantener. Así que en 1935, antes de abrir patentó la idea (en Estados Unidos se pueden patentar ideas) "Transporte aéreo para llevar esquiadores desde el fondo del valle hasta la cima de las montañas cubiertas de nieve para que puedan bajar esquiando de nuevo", con el número de patente U.S. Patent 2.152.235.
Una vez tuvo la patente, y seguro de que nadie le podía quitar la idea a mitad de desarrollo, puso a trabajar en el proyecto a un ingeniero de la Union Pacífic Railroad llamado Jim Curran, que rápidamente pensó en los transportadores de plátanos por cable, que se usaban en Honduras para llevarlos hasta los barcos, y que el había visto tiempo atrás. La cuestión era tan 'simple' como sustituir los ganchos de las bananas por sillas... (sic) Y sobre esa idea se pusieron a trabajar.
En Omaha, Nebraska, construyeron el centro de desarrollo y sobretodo dieron respuesta a una gran pregunta ¿a que velocidad debía ir esa silla para que cargara cómodamente a un esquiador sin atropellarlo? Bien, para dar con la respuesta fijaron una silla a un camión, que avanzaba lentamente hacia Howard Worthing, el diseñador de la silla monoplaza. Entre 6 y 8 km/h vieron que se podía hacer la operación sin problemas (hoy un telesilla va a casi 20km/h).
El invento encargado por Sun Valley funcionaba y con el se pudo inaugurar a estación en 1936.
Salvad a la silla de Curran!
Hoy en día por sorprendente que parezca, esa primera silla de una plaza todavía se mantiene en pie. Bueno, con los cables atados con nudos, algunas pilonas apoyadas en postes de madera, y las sillas con un gran deterioro por culpa de las termitas. Está en el Bosque Nacional de Los Angeles, en la zona sur de esta ciudad norteamericana y en una antigua estación de esquí llamada Kratka Ridge.
Lamentablemente en 2001 un incendió destruyó parte de la instalación. Sun Valley se la vendió en 1951. Hoy un grupo de entusiastas tratan de recuperar aquella pieza de la historia mundial del esquí, fijándose en el logro de la estación de Mad River Glen en Vermont. Allí los 1.700 accionistas (es la única estación de Estados Unidos en régimen de cooperativa) accedieron a sufragar los 1,7 millones de dólares que costaba recuperar su silla de una plaza.
En 2008 se logró volver a poner en funcionamiento, y hoy quien quiera puede volver a subirse en un trozo de la historia del esquí.
Queda otra silla de una plaza en Estados Unidos. Está en la estación de Mount Eyak, Alaska. En 2006 el Servicio Forestal de los Estados Unidos obligó al desmantelamiento y reforestación de la estación de Kratka Ridge y la de Waterman, pero dos hermanos, los surferos Rick y Brien Metcalf, las compraron y con eso evitaron una destrucción segura del telesilla. Todo el mundo sabe que la compra fue mas un impulso emotivo que por el beneficio que le puedan sacar a esas dos estaciones, que es nulo. Los dos hermanos se criaron esquiando en esas montañas y visitaban ambas estaciones regularmente antes de dedicarse a surfear las olas de la costa de Los Angeles.
El 16 de Febrero de 2008 a las 10:30h, pusieron en marcha los remontes tras varios años parados. Actualmente los dos propietarios centran sus recursos en seguir manteniendo abierta Mount Waterman, y cuando llegue el momento de Kratka Ridge, no se podrán permitir el lujo de restaurar ese telesilla. Es mucho más barato comprar uno nuevo que restaurar uno antiguo, que además tiene poca capacidad de transporte y costará matenerlo.
Por eso se está buscando la fórmula de Mad River Glenn, de manera que mucha gente pueda unirse para restaurarlo y recuperar esa muy importante parte de la historia del esquí, pero algo de esta magnitud necesita de toda la comunidad de esquiadores de California Sur.
Por cierto, que el primer telesilla de dos plazas del mundo fue instalado en la también cerrada estación de Berthoud Pass, en Colorado, pero eso es ya otra historia...