Lo ha demostrado ya en el primer super-G de la temporada y lejos queda ya el fatídico 24 de agosto de 2001 cuando su vida estuvo a punto de cambiar dramáticamente.
Al final, su fortaleza y el buen hacer de los especialistas médicos lograron salvar su pierna derecha. Volvió a las pistas este año y logró un bronce en el Mundial para, a los pocos días, volver a entrar en un quirófano para que se le retirase un clavo de 36 centímetros.
“Ahora lo que quiero es empezar una nueva carrera y olvidar cómo esquiaba antes del accidente. Porque mi pierna derecha ya no tendrá la misma sensibilidad, sobre todo en las superficies deslizantes. Mis nervios no reaccionan del mismo modo y no sé si voy sobre los cantos o con el esquí plano. Debo entrenarme mucho y olvidar mis antiguas sensaciones”, ha explicado este antiguo albañil que acabó dando clases de esquí antes de saltar al primer plano internacional.
Tras obtener su victoria número 18 en un super-G y la 43 en su palmarés de Copa del Mundo, Hermann Maier aseguró encontrarse “muy, muy feliz. Ha sido un gran resultado el que he logrado. En todo momento me sentí bien ; pude concentrarme mejor que en el descenso de la víspera (en el que acabó noveno) al mejorar la visibilidad. En el descenso hay más espacio entre puertas y en el super-G éstas llegan más rápido, lo que deja menos tiempo para reflexionar. Creo, además, que soy capaz de ganar en potencia”.
En el super-G no dejó resquicio a la duda o la especulación. Con el dorsal 26 completó los 3.136 metros del trazado a 110 km/h. para cruzar la meta con un tiempo de 1'36”69. Lejos quedaron sus compatriotas Michael Walchhofer (1'36”95), vencedor del descenso del sábado, y Stephan Eberharter (1'37”24), campeón del mundo.
Tras su victoria del domingo Maier se ha puesto líder de la general de super-G y tercero en la general absoluta, en la que manda el estadounidense Bode Miller por delante del austríaco Michael Walchhofer. Su victoria del domingo fue un regalo adelantado para 'Herminator' una semana antes de soplar 31 velas.
Pese a que la temporada está recién estrenada, Maier ya se ha atrevido a pronosticar que “este año la batalla será dura. Si logro tener un buen estado de forma pueden ocurrir muchas cosas. Pero no voy a plantearme, en absoluto, ganar la Copa del Mundo. Lo que quiero es mejorar gradualmente. Y sólo entonces contemplar la posiblidad de volver a ganarla”Michael Walchhofer y Benjamin Raich, “que pueden ganar igual un eslalon que un gigante y ya han demostrado su talento en un super-G”
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