Por aquel entonces, los telesillas de dos plazas nos obligaban a realizar largas colas, pero poco a poco, las cosas fueron cambiando y las modernas sillas de cuatro plazas primero, y las de seis después, nos ayudaron a disfrutar de más horas de esquí, esperando la llegada de los telecabinas y la unión de estaciones.
Hoy por hoy, el dominio esquiable de Grandvalira (el mayor de todo el Pirineo y del sur de Europa), nos permite unir pistas y descubrir paisajes de una belleza incomparable, disfrutando de pistas balizadas y señalizadas aptas para todos los niveles. Grandvalira ofrece al esquiador la posibilidad de disfrutar de un auténtico festival de esquínon stop, aprovechando al máximo los 210 km de pistas perfectamente cuidadas que podremos encontrar este invierno.
Conectar todos los sectores en un día es posible, pero deberemos organizar muy bien los tiempos, recordando de dónde salimos para poder regresar antes de que cierren los remontes. El itinerario que os propongo es apto para todo tipo de esquiador que tenga un nivel medio, no hace falta ser ningún experto ni un apasionado del Freeride para poder esquiar desde el sector de Canillo hasta el de Pas de la Casa.
Podríamos empezar tomando como referencia el sector de Canillo que es el que encontramos justo antes de El Tarter y después de Encamp, subiendo en el telecabina de Canillo hasta el Forn.
Una vez hayamos llegado hasta el Forn en telecabina, nos calzaremos los esquís y seguiremos subiendo con el telesilla Portella hasta la Portella (2.465m) conectando con el telesilla Els Clots, pasando junto al Pic d´Encampadana (2.491m).
Al bajar del telesilla Els Clots subiremos con el teleskí Llosada hasta la Tosa de la Llosada (2.560m), donde la cota más alta del sector El Tarter nos ofrece no solo una fantástica vista panorámica, sino uno de los aseos más elegantes y originales de todo el Pirineo (una idea de Conrad Blanch, exdirector general de Soldeu-El Tarter). Merece la pena pasar por el aseo, totalmente acristalado y con música clásica, es todo un ejemplo de originalidad y buen gusto. Si vais a pasar más días en el dominio de Grandvalira, os recomiendo descubrir con calma y tiempo las pistas de la Riba Escorxada y disfrutar de un excelente arroz en la Arrosseria, o bajar hasta el Pla de Espiolets y comer en La Cabana.
Desde la Tosa de la Llosada bajaremos por la pista azul Obaga hasta conectar con el telesilla Solanelles, que nos permitirá disfrutar de un magnífico descenso desde el Coll de les Solanelles (2.458m) a través de las pistas Riu Solanelles (roja) y Solanella (azul), excelentes las dos. Llegaremos hasta la salida del telesilla Pla de les Pedres de Grau Roig (frontera entre los sectores de Soldeu y Grau-Roig) y subiremos con otro telesilla hasta Cortals, desde cuya estación superior bajaremos unos metros buscando la pequeña pista azul Enllaç, muy práctica, hasta conectar con la roja Enradort, que baja hasta el Cubil (2.295m). Nos encontramos en un sector con pistas muy rápidas y divertidas. Con buen tiempo y nieve polvo, la sensación de placer sobre las tablas es indescriptible.
Nos adentramos en el sector de Grau-Roig. Subiremos con el telesilla Llac del Cubil hasta encontrar la pista roja Camí de Pessons, llegando a través de un simpático camino hasta el refugio-restaurante de Pessons (2.307m) donde podemos avituallarnos. La magia que rodea el entorno natural donde nos encontramos suele invitar a muchos esquiadores a tomar el sol, descansar y realizar una larga pausa…En nuestro caso, deberemos controlar el reloj, sin excesivas prisas, pero teniendo en cuenta que debemos seguir nuestro camino hacia Pas de la Casa, y que luego hay que volver.
Desde Pessons bajaremos por la pista Tortuga (azul) y llegaremos a la base de Grau-Roig, con su parking enorme y varios remontes que conectan con Pas de la Casa. Nosotros subiremos con el telesilla de seis plazas Pic Blanc, muy práctico y rápido, conectando con el pequeño teleskí del Pic Blanc, que sube hasta la cota más alta de la estación (2.639m). La panorámica, con buen tiempo, es realmente espectacular. Francia y Andorra se dan la mano a nuestros pies.
El sector de Pas de la Casa nos da la bienvenida ya partir de aquí, bajaremos el Coll Blanc (2.528m) y seguiremos bajando directos hasta el núcleo de Pas de la Casa, ya sea por la negra Jordi Anglès (que conecta con la azul Isards) o por la Directa I hasta Font Negre (2.140m). En Pas de la Casa tenemos mil y una opciones para tomar algo y reponer fuerzas.
Ya sea desde Pas de la Casa o desde el Coll Blanc si venimos de Costa Rodona, el retorno hasta Canillo va a suponer otra gran aventura, pues descubriremos nuevas pistas y una visión panorámica distinta. Si subimos desde Pas de la Casa, podemos subir con el telesilla de seis plazas Font Negre, que nos deja en el Coll Blanc en poco tiempo.
El espectacular restaurante-bar panorámico del Coll Blanc KSB puede resultar una buena alternativa para comer, pues la oferta gastronómica es realmente interesante. Desde el Coll Blanc (2.528m) bajaremos por una roja sensacional, la Pala Nova, cortando a medio camino a través de otra roja, la Gençana, que conecta con la Menera (roja) hasta Grau Roig.
Desde Grau Roig, subiremos con el telesilla de cuatro plazas del Cubil y bajaremos hacia el Sur por la roja Serrat Pinós, preciosa, larga y si hace frío, con una nieve excepcional. Cortaremos por debajo del telesilla Pla de les Pedres de Grau Roig y subiremos con el telesilla Pla de les Pedres de Soldeu hasta el Coll de Solanelles (2.458m).
En el collado bajaremos por la roja Pardal, conectaremos con la azul Obaga y buscaremos el telesilla de cuatro plazas Assaladors, que nos subirá a la Tosa de la Llosada (2.560m), desde donde parte una azul preciosa, muy panorámica (Oreneta), que nos deja justo en la salida del telesilla de cuatro Els Clots, pasando por encima del área dedicada al Freeride.
Una vez llegamos a la Portella (2.465m), podemos bajar por una negra sensacional (Gaig) o por una azul mucho más tranquila (Rossinyol), muy larga, de esas pistas que con un buen manto nivoso, el disfrute está asegurado. Una vez llegamos al Forn, (2.000m) en el sector de Canillo, bajaremos con el telecabina hasta el parking donde dejamos nuestro vehículo (1.500m).
Al llegar a Canillo recomiendo acercarnos hasta El Tarter y dejarnos seducir por la magia de l´Abarset, cuya cocina es excelente y con una propuesta musical al acabar la jornada de esquí que se ha convertido en una tradición para quienes disfrutan de una jornada de esquí en Grandvalira. Actualmente, el dominio esquiable ofrece la friolera de 128 pistas, con una amplia oferta paralela de ocio y restauración, siendo un escenario habitual de competiciones internacionales de primer nivel.