Como no podía ser menos, las estaciones de esquí, no se salvan de la crisis. Las españolas, salvo el caso de Baqueira, que cuenta con un publico francés en aumento, y otro, el español, de alto poder adquisitivo, además de contar con una administración privada, con un endeudamiento sostenido y buena gestión, esta capeando el temporal, frente a las demás con una situación sencillamente crítica, mayormente las públicas, que constituyen el 80% del total de las estaciones españolas y que les cuesta hasta mantenerse.
Hay que tener en cuenta el factor de mantenimiento del empleo rural que las estaciones de esquí poseen, aproximadamente, 10 empleos directos por kilómetro de pista, y 40 indirectos. 60.000 personas empleadas, durante la temporada, es una industria turística que amortigua el efecto estacional del veraneo, y mantiene a veces valles enteros, como el caso de Aran, Benasque, Jaca y un largo etc., además, 23.000 plazas hoteleras en las estaciones, y cerca de 2000 en el área de influencia (Esquí 2012, Atudem). Así, dejar una estación cerrada, por causas económicas, como se vislumbra en Candanchú, es de una gravedad económica grande, dejando de lado otros aspectos deportivos y turísticos, no menos importantes.
Volviendo al tema, las deudas atenazan la explotación de las estaciones. Como cualquier infraestructura costosa, y los remontes lo son, estos se han pagado a crédito, igual que las autopistas de peaje, los aeropuertos, los AVES…, con el inconveniente del tiempo muerto de los remontes, que exigen mantenimiento, y personal especializado. Pero quiero centrarme en Candanchú, estación pionera, con un magnifico espacio esquiable, que se ha mantenido en manos privadas hasta la fecha, junto con Astún, las únicas que no han sido gestionadas por Aramon, y que se encuentra ahora en la situación pre concursal, .Si Candanchú fuera de Aramon, a tenor de su apalancamiento financiero, su deuda sería cuatro veces superior. Hoy la deuda del grupo Aramon es quince veces mas que la de Candanchú, y no pasa nada… luego la gestión , no habrá sido tan mala , al menos bastante mejor que la de Aramon, lo que ocurre es que en el grupo, el dinero lo ponemos los contribuyentes y en Candanchú son los accionistas, y como dijo cierta ministra del anterior gobierno , “el dinero publico no es de nadie“ (sic).
Acusar y demonizar como se viene haciendo a Eduardo Roldan de la situación de Candanchú , es como poco injusto, pues como primer accionista es el mas perjudicado, y sus acciones no las tiene por gracia de Dios, el ha puesto su dinero para ello y mantenido junto con el resto de los accionistas la estación abierta, sin ayudas del contribuyente . Para los aficionados españoles, para los profesores, empleados etc., el porvenir de una estación de esquí como Candanchú, es importante, y si esto no se remedia, no será la única que se va a ver en serias dificultades.
Que nieve, que la nieve todo lo arregla y si las empresas que gestionan las estaciones saben apretarse el cinturón, no solo subir los forfaits, por que entre otras cosas, son un 20 % mas caras que la de los Alpes franceses, seguiremos aportando nuestro trabajo en el blanco elemento para salir antes de la crisis.
Candanchú, Aramon, y las demás...
