Un día lluvioso, con temperaturas bastante altas. Desaconsejado para cualquier actividad al aire libre. Así estaba el parking de Candanchú.

La nieve en la zonas bajas ya desapareció hace muchas semanas.

Comencé a subir por Pista Grande, buscando la zona del Tobazo. ¿Y ese coche en el parking? Ah, sí, es el mío!


Llegando a la parada intermedia de la silla del Tobazo, así se veía la urbanización de Candanchú.

Unos pocos metros más y ya pude ponerme los esquís

Para ese momento ya estaba casi completamente calado, cuando dejó de llover y por momentos hasta parecía que quería dejarse ver el sol!

Abajo, Candanchú. Arriba a la derecha, la Raca de Astún.

Aquí no había nieve, así que tuve que hacer unos pocos metros a pie.

La primera parte de la conexión Tobazo-Tuca, prácticamente sin nada de nieve.

Pero ya acercándome a la zona de la Tuca, nieve en cantidad.

Con la salida de la silla Rey Juan Carlos a la vista, pude quitar pieles para bajar hasta allí esquiando.

Un breve descanso y una buena hidratación y otra vez a la carga. La zona tiene nieve en cantidad.

Llegando a la zona de Marmotas, pude ver por primera vez mi objetivo!


Y en ese momento... ¡magia, comenzó a nevar! Una nieve muy húmeda y que picaba en la cara, pero nieve al fin.

Una vez llegué a la Tuca, comencé con los preparativos del gran momento del día


La presentación de la mascota oficial de la candidatura de

Con la tarea cumplida, opté por bajar en la silla, que me pareció lo más cómodo en ese momento.

Claro, un detalle sin importancia era que me había dejado el FF en casa, así que tocó bajar esquiando.

La nieve fue una grata sorpresa. A pesar de ser muy húmeda, no enganchaba los esquís y se deslizaba muy bien sobre ella.

Bajando la Pista del Paso, que tenia muy poquita nieve, dejé en las suelas de los esquís unas buenas firmas de piedras

Un poco más abajo de la parada intermedia de Tortiellas, la nieve se acabó, así que tocó terminar el paseo con los esquís a la mochila. También comenzó a llover con mayor intensidad, haciendo más incómodo todo.
Así se veía la Zapatilla desde la salida de Tortiellas.

Los sarrios en esta época campan a sus anchas en la estación. Fue un honor compartir laderas con ellos durante unos minutos


De vuelta a Pista Grande, al parking a quitarse toda la ropa mojada, y para casa.

Una excursión de unas cuatro horas muy tranquilas, ideal para pasar un domingo de lluvia lejos de las aglomeraciones
