Según un estudio de Compagnie des Alpes, el mayor operador de estaciones de esquí de Europa, las máquinas pisapistas son las causantes del 90% de la huella de carbono de los complejos invernales. Tampoco es que hayan muchas circulando. Se calcula que un centro de gran tamaño puede tener entre 10 a 14 de este tipo de vehículos. Pero todo aporta para reducir la contaminación.
Hace un par de años Compagnie des Alpes se propuso reducir a prácticamente cero la huella de carbono de sus 10 estaciones de esquí. Entre ellas están algunas como La Plagne, Les Arcs, Tignes, Val‑d'Isère, Méribel, Les Ménuires, etc. Para ellos 'buscó CO2' por todos los rincones. Los encontró en sus buses lanzadera e internos, así que ya los está sustituyendo por otros eléctricos. Al mismo tiempo está instalando placas fotovoltaicas en edificios y sistemas de geotermia para las calderas.
Y poco más, teniendo en cuenta que el transporte interno por pistas ya se hace mediante sistemas eléctricos, que es como funcionan los remontes. Pero fijándose más encontró CO2 en las máquinas pisapistas. Monstruos devora-combustible, capaces de consumir hasta 30 litros de gasoil por hora. Así que su siguiente paso fue ir a por ellas.
Aunque Prinoth lanzó en 2021 la Husky eMotion 100% eléctrica, de momento solo trabaja en trazados de esquí nórdico, generalmente planos. Sin embargo en Francia existe un fabricante que está desarrollando pisapistas totalmente eléctricas capaces de mover nieve en pistas de esquí alpino, con mucho más desnivel. Una hazaña heroica teniendo en cuenta que no solo se trata de vehículos que pesan toneladas, sino que además deben mover miles de kilos de nieve cada noche.
La potencia de cada una de estas máquinas tiene que ser enorme. Y sus baterías, por tanto, estar a la altura no solo para poder empujar, sino para poder ser equipadas con los últimos avances tecnológicos, que incluyen entre otros, sonar para detectar la altura de la nieve (y decidir si hacer la pasada o no) o GPS con el que se sabe por donde se ha pisado exactamente. Avances que desde luego, han ayudado a reducir el consumo.
La empresa que trata de desarrollar la 'Tesla de las máquinas pisapistas' se llama CM Dupont y hereda las instalaciones de la antigua Aztec, una empresa creada hace unos pocos años para competir con la Pisten Bully de Kassbohrer y la LeitWolf de Prinoth. Pero aunque lograron lanzar al mercado un modelo, el Alpine, las cosas no fueron muy bien, así que se vendieron los activos en 2016.
Los nuevos dueños sabían que si querían hacerse un hueco en el mercado, debían hacer como los chinos con la automoción: meterse en el motor eléctrico, teniendo en cuenta que el de combustión ya era un sector muy maduro y controlado por las otras dos marcas.
El desarrollo de algo así no es nada barato. Pero por suerte llegó Compagnie des Alpes que apostó por ellos casi a ciegas. Le compró 10 máquinas sin haber lanzado ningún modelo eléctrico al mercado. El año pasado se pusieron en marcha varias de ellas en las estaciones de esquí de Serre Chevalier, la Plagne y Tignes, donde han sido examinadas y analizadas en profundidad en un estado real de trabajo.
La autonomía de estas máquinas es de 5 a 6 horas, dependiendo del estado de la nieve, aunque según explica la empresa, los maquinistas suelen trabajar unas 3 horas y media para volver a la base a descansar. Momento que se aprovecha para recargar la máquina. Luego salen otras 3 horas y media a pisar, lo que da una efectividad real de 7 horas, que es lo habitual en estas tareas.
CM Dupon calcula que en un año se evita la emisión de 80 toneladas de CO2, o 500 toneladas durante su ciclo de vida (cifra que incluye la fabricación de baterías). Compagnie des Alpes elegirá motores, eléctricos de batería, de hidrógeno o híbridos, en función del uso que se vaya a dar, con el fin de encontrar la mejor solución para la transición de sus 130 máquinas pisanieves de aquí a 2030.
De todas maneras si quieren hacerse un hueco en el mercado deberán no quedarse dormidos, ya que Leitner ya está colocando su eMOTION Husky en estaciones de esquí en Noruega, Suecia, Francia e Italia. Eso si, de momento para trazados de esquí nórdico, aunque trabajan para sacar un modelo capaz de remontar las pistas del alpino.
El primer cliente de esta pisapistas fue irónicamente el ayuntamiento de una capital de país. Oslo se quedó una para trabajar en su trampolín de saltos de Holmenkollen. Para 2025 quiere haber sustituido todos estos vehículos para el resto de pistas municipales repartidas por la ciudad y su área metropolitana.
El rendimiento de la Prinoth eMOTION HUSKY también es de tres horas por carga, pero en los descansos se recarga hasta el 80% permitiendo volver a trabajar rápidamente. Su rendimiento dicen que es incluso superior a la tradicional de diésel. Otra opción, lanzada en 2019 es la Pisten Bully 100 E de Kassbohrer, pero su potencia es todavía la mitad de una convencional de diesel
De toda maneras las pisapistas son vehículos muy caros. Solo las grandes estaciones de esquí se pueden permitir el lujo de cambiarlas cada ciertos años, el resto las aguantan durante décadas. Por eso, aunque llegue un momento que hayan máquinas de este tipo totalmente eléctricas, tardaremos años en ver que sean mayoría en las montañas.

Una CM Dupont eléctrica en La Plagne