Pero para mantener estas zonas hay un elemento contaminante: la máquina pisapistas. Desde luego que la polución que puede hacer la flota de vehículos de este tipo en una estación de esquí es ridícula con la que provoca los centenares o miles de coches que suben hasta los aparcamientos situados a pie de pistas. Por suerte tanto unos como otros tienen los días contados, haciendo del esquí una actividad todavía más respetuosa con el medio ambiente.
Al cada vez mayor desarrollo de los coches eléctricos, con prácticamente todas las marcas del planeta con un modelo o varios de este tipo, se están sumando los vehículos industriales: autobuses, furgonetas, camiones y ahora también, máquinas pisapistas.
En 2012 la alemana Kasböhrer presentó su PistenBully 600 E +, una máquina pisa pistas con motor eléctrico, pero que necesitaba también de la ayuda de otro de combustión. Si bien es cierto que algo de contaminación se reducía, asi como de consumo, la realidad es que no se llegaba al mítico Zero Emissions.
Pues bien, en la pasada Interalpin 2019, una Feria dirigida exclusivamente a los profesionales del mundo de las estaciones de esquí, la marca alemana ha presentado el nuevo PistenBully 100E. El nombre indica que no estamos ante una potente modelo 600, pero es un buen comienzo que indica que desde que presentaran en 2012 la PistenBully 600 E + han seguido investigando.
La PistenBully 100 E tiene una batería con una capacidad de energía de 126 kWh y un voltaje nominal de 400V. El 75% de la carga se logra en 5 horas y el 100% restante si se espera hasta las 6,5 horas. La máquina se ha estado probando este invierno con resultados satisfactorios. Solo hay un pero.... con el 100% de la carga se puede trabajar entre 2,5 a 3 horas según la compañía, un tiempo muy insufciente para un turno de noche. No obstante es un paso muy prometedor que cuando logre un mínimo de autonomía de 8 horas permitirá además que las estaciones con instalaciones de energías renovables, se puedan ahorrar el coste de combustible de estos vehículos, que actualmente gastan unos 20 litros cada 2 ó 3 horas.
Con unas estaciones de esquí pasándose a las energías renovables tanto para calentar sus edificios como incluso mover sus remontes con placas solares, las máquinas pisapistas son el último escollo para que sean 100% verdes.
Con el nuevo PistenBully 100 E, Kassbohrer celebra sus 50 años de vida. En este algo más de medio siglo ha fabricado la friolera de 20.000 vehículos, logrando exportar sus máquinas a estaciones de esquí de los cinco continentes.

