Desde este verano es posible esquiar en Lindvallen (Sällen, Suecia) gracias a una pista de esquí con una base de césped artificial fabricado con un bioplástico conocido como ácido poliláctico (PLA). Es biodegradable y compuesto de de plantas de caña de azúcar con el objetivo de no crear impacto medioambiental en ese pequeño trozo de la montaña situada dentro de la estación de esquí.
La pequeña localidad de Sällen, con apenas 700 habitantes, se ha convertido en el hub del turismo de los deportes de nieve en Suecia, y ahora busca emular el éxito del invierno y replicarlo en el verano.
En 2019 se inauguró allí el Scandinavian Mountains Airport destinado básicamente a esquiadores que tienen como destino alguna de la docena de estaciones que hay en la zona a ambos lados de las fronteras de Suecia y Noruega.
El aeropuerto fue construido por Skistar, empresa propietaria de varias estaciones de esquí en Suecia y Noruega, cuatro de ellas en Sällen. Y es en la de Lindvallen donde se ha estrenado este año la pista de esquí con césped artificial, además de un snowpark diseñado por uno de los grandes freestylers, el sueco Jesper Tjäder, quién es embajador y asesor de Skitar.
La pista de esquí de verano de Lindvallen abrió este pasado viernes 30 de junio, y tiene una superficie de unos 7.000 m2 a la que se acceder a su punto más alto mediante un telesquí y una cinta. El cliente objetivo es aquel que quiere recibir clases de esquí y snowboard. La estación ofrece la actividad tanto en grupo como para lecciones individuales.
El material a usar es el mismo que en invierno, aunque la estación recomienda que en caso de traerse el propio, sea alguno ya viejo, porque la superficie no es como la de invierno y al deslizarse provoca más abrasion que la nieve. La recomendación por tanto es similar a la del atuendo, recomendando ir con pantalones largos aunque sea verano.
Dinamarca estrenó a finales de 2021 en Copenhague, la pista de esquí artificial CopenHill. La particularidad es que está situada en el exterior de una incineradora de basuras. Se puede hacer una bajada de unos 300 metros desde la azotea a la parte más baja, y se accede por un ascensor interno y un telesquí.
El éxito de CopenHill, llevó a Skistar a hacer lo mismo en Hammarbybacken, una pequeña estación de esquí que tiene a las afueras de Estocolmo, la capital de Suecia (donde hay varias de estas colinas). El año pasado se estrenó una pista de esqui con césped artificial.
Así que la de Sällen es la tercera opción de Escandinavia y se suma a otras iniciativas como la de Koaponik (Serbia) donde tienen una de las pistas de Neveplast más largas del mundo, con cerca de 800 metros de recorrido.
En verano, Skistar convierte sus estaciones de Sällen en todo un parque de atracciones donde la bicicleta de montaña es la clara protagonista, pero donde también encontramos un alpine coasters (montaña rusa), parques de aventura y desde este verano esquí sobre hierba artificial.