La estación de esquí más grande de los Estados Unidos y de Norteamérica es Powder Mountain. Con 8.464 acres esquiables, supera los 7.300 de Park City Ski Area, e incluso los 5.800 de Big Sky que durante mucho tiempo fue considerada la de mas extensión de aquella parte del planeta.
Un grupo de cuatro empresarios ligados a compañías tecnológicas de Sillico Valley compró Powder Mountain en 2013 con el sueño de crear un espacio permanente de las Summit Series, unas charlas y conferencias organizadas para quién pudiese pagar el alto precio de ir a alguna de ellas. Al principio lograron que varios gurús, políticos y empresarios de éxito asistieran a ellas, ya fuera como ponentes o como oyente. Sin embargo, en la década transcurrida desde entonces, descubrieron que gestionar una estación de esquí y desarrollar una comunidad de montaña requiere mucho más tiempo y dinero de lo que esperaban.
Así que hace dos semanas, Elliott Bisnow, miembro del comité de dirección del Summit Mountain Holding Group, se dirigió con una propuesta al cofundador y miembro del consejo de administración de Netflix, Reed Hastings (quién ya tiene una casa en la montaña): Comprar acciones de Powder Mountain y tener un puesto en su consejo de administración de la montaña. También que se involucrara activamente en el futuro desarrollo de a estación de esquí.
Hastings, con una fortuna actualmente de 3.500 millones de dólares, no ha hecho público cuanto ha pagado por las acciones, ni cuantas ha obtenido, pero sí que tendrá uno de los cinco votos de un consejo de administración donde Greg Mauro, impulsor inicial de proyecto, sigue teniendo la mayoría accionarial.
Aunque Powder Mountain y sus 154 pistas en casi 8.500 acres de terreno, es la estación de esquí más grande de toda Norteamérica, tiene limitada su venta de forfaits a un máximo de 1.500 al día. Esta cifra, combinada con los 3.000 esquiadores con pase de temporada, suponía una media de tres acres por esquiador según los responsables del complejo invernal.
Snow-cat y esquí nocturno entre las ofertas de Powder Mt.
No se trata por tanto de una estación de esquí privada como la de Yellowstone Club, donde solo pueden esquiar aquellos que sean miembros del club, y para ello deben tener una mansión en el valle. En Powder Mt puede esquiar aquel que quiera pagar el forfait....o pueda. Porque actualmente hay una lista de espera de más de 6.000 personas que quieren hacerse con uno, pero no hay cupos disponibles.
Los actuales poseedores de un forfait de temporada son los primeros con derecho a comprar el del siguiente invierno. Esto hace que apenas se liberen una docena de plazas cada año. Parece que la junta quiere cambiar esto. Prometen mantener los 3 acres por esquiador, pero a cambio ampliarán el dominio esquiable e incluso montarán un nuevo telesilla este verano.
De momento a los residentes de las poblaciones de Eden, Huntsville y Wolf Creek, que no han podido esquiar en su cercana estación durante estos 10 años, se les ha prometido que se les permitirá comprar un pase de temporada para este invierno. Antes de que fuera comprada hace 10 años, podían disfrutar de sus pistas sin problemas.
Para el año que viene han llegado a un acuerdo con su vecina Monument, una montaña donde no hay remontes y solo se ofrecen paseos en snow-cat de forma limitada y senderos en raquetas. Son más de 12.000 acres, lo que puede dar lugar a una monstruosa area esquiable de más de 20.000 acres, es decir unas 8.000 hectáreas, cuatro veces el tamaño de Baqueira Beret.
De todas maneras para que todo esto sea viable, necesitan como en casi todas las estaciones de esquí del mundo, un desarrollo inmobiliario que lo apoye. Aunque el propietario anterior de Powder Mt. tenia autorización para construir 2.300 viviendas, además de hoteles y apartamentos compartidos, los nuevos dueños de la estación no quieren más de 500 casas. Y que todas sean de arquitectura singular. Es decir, grandes mansiones para millonarios.
Sin embargo de momento solo se han podido construir 65 de estas mansiones por problemas con las financieras que debían ayudar al desarrollo inmobiliario. Se acusan mutuamente de no cumplir con los acuerdos.
Esta situación y que tampoco es que esté siendo un gran éxito sus charlas y coloquios de las Summit Series, está haciendo que los dueños de Powder Mt. estén preparando un cambio en sus estatutos para permitir que llegue más gente y sea asequible para más perfiles de esquiadores.
El fin de un sueño
Powder Mountain era una estación de esquí en decadencia en 2013 cuando fue adquirida por los cuatro veinteañeros fundadores de Summit Series, una conferencia hedonista a la que solo se puede acceder por invitación y destinada a empresarios, inversores de capital riesgo y famosos. Los eventos de Summit Series son conocidos por las charlas de personalidades como Jeff Bezos y Bill Clinton; las actuaciones de The Roots y otras estrellas; las épicas fiestas de baile y las comidas preparadas por chefs famosos; y los seminarios de inmersión sobre sueños lúcidos u hongos psicodélicos.
Los fundadores de Summit Series -Elliott Bisnow, Brett Leve, Jeff Rosenthal y Jeremy Schwartz- suscitaron una atención mediática sin precedentes cuando, hace diez años, recaudaron 40 millones de dólares de grandes inversionists para comprar Powder Mountain.
Se asociaron con un capitalista de riesgo llamado Greg Mauro y su socio Robb Hutter, y trazaron la visión de lo que debía ser una sede durante todo el año para las conferencias Summit Series y una ciudad elegante para gente que compartía su lema: "No hagas planes pequeños". Summit "iba a ser un lugar donde se incubarían grandes ideas filantrópicas que cambiarían el mundo".
En una parcela de casi 2.000 hectáreas, el grupo planeaba construir 500 viviendas unifamiliares con acceso directo a las pistas de esquí y un pueblo de cuatro acres con espacios de trabajo, restaurantes y hoteles de lujo. Se habló de construir una escuela Montessori, una universidad alternativa, invernaderos de alta tecnología y sistemas de reciclaje de aguas residuales que permitirían a la comunidad de montaña ser autosuficiente.
Aunque el proyecto atrajo a cientos de inversores y compradores, entre ellos ejecutivos de empresas, estrellas del deporte y fundadores, la mayor parte de lo prometido no se ha materializado. Una década después de la compra de la montaña, se han construido menos de 70 de las 500 viviendas unifamiliares prometidas y el pueblo sólo existe en los planos de los arquitectos: No hay restaurantes, hoteles ni tiendas. Los puestos de trabajo y el desarrollo económico que los promotores de fuera de la ciudad prometieron a los funcionarios del condado al presentar su plan tampoco se han materializado.
¿Qué ha fallado?
Construir una comunidad a 3.000 metros de altitud a la que sólo se puede acceder por una de las carreteras más empinadas de los Estados Unidos no es tarea fácil, y la pandemia de COVID y los problemas de la cadena de suministro no ayudaron.
Para empeorar las cosas, los promotores del complejo chocaron con algunos miembros de la comunidad local de Eden (Utah), mayoritariamente mormona. Pero varias fuentes dijeron a Fortune que las enconadas luchas de poder entre Bisnow y Mauro explicaban la mayor parte de los retrasos.
Hastings no parece compartir las utópicas ambiciones de los promotores originales de crear una animada estación de esquí para personas con conciencia social. En enero, declaró a Fortune que a él y a su mujer les encanta el aislamiento de la montaña y su ambiente "pionero", y que ahora ve Powder Mt. como un proyecto inmobiliario tradicional
"sin pretensiones de la ética de Summit de 'vamos a cambiar el mundo con nuestras interacciones'.
En algún momento, se trataba de salvar el mundo. Y creo que ahora es: tener una increíble montaña de esquí que no esté masificada donde se pueda conseguir nieve polvo para varios días".