Mala suerte la de los organizadores de la Speed Opening Zermatt-Cervinio. El debut en la Copa del Mundo de esquí alpino de las que debían ser las primeras carreras entre dos países de la historia de la World Ski Cup deberá esperar a otro año por culpa de las condiciones meteorológicas. Las temperaturas son demasiado suaves como para que la pista de la Gran Becca pueda acoger con garantía a los y las mejores velocistas.
Si a finales de la semana pasada la FIS tuvo que tomar la decisión de cancelar las dos pruebas de Descenso masculinas previstas para este 29 y 30 de octubre, hoy ha tenido que anular por las misma razones las dos carreras femeninas previstas para el 5 y 6 de noviembre.
La situación no ha cambiado. Hay nieve suficiente en toda la pista de la Gran Becca para organizar los Descenso, pero en los últimos metros del tramo final, ya en zona italiana, está siendo imposible crear una capa de nieve suficiente.
Para colmo, se ha puesto a llover en la cota 3.000, lo que ha hecho que la nieve se vuelva demasiado blanda y acabe por desaparecer la que había ya en la zona de meta.
Europa lleva sufriendo los efectos de La Niña por tercer año consecutivo, lo que está haciendo que las temperaturas se mantengan suaves por encima de lo habitual. Por si esto no fuera suficiente, una potentísima borrasca situada en el océano Atlántico que está trayendo muchas lluvias a la zona oeste del continente, arrastra al mismo tiempo en su giro, vientos de origen sahariano impulsándolos hacia la costa este, afectando también a los Alpes.
La situación de momento no parece que vaya a cambiar mucho a corto plazo, hasta el punto que se teme también por el Slalom Paralelo que la estación de esquí de Lech-Zürs debe preparar el fin de semana del 12 y 23 de noviembre.