Ante este panorama, las estaciones de Aramón y la de Candanchú decidieron aplazar su inicio de temporada previsto para el día 23 de diciembre, ya que solo con los esquiadores de Huesca se hacía complicado mantener las instalaciones. Astún por su parte decidió arriesgar y mantuvo su apertura con el objetivo de aglutinar a todos los esquiadores de la provincia de Huesca.
Pero la apertura ha creado un efecto llamada de esquiadores de otras provincias, especialmente de Navarra y el País Vasco (e incluso algún francés), muchos de ellos con segunda residencia en Huesca. La Policía Nacional ha pillado a 30 de ellos en lo que llevamos de fin de semana, según ha informado fuentes del departamento de Presidencia del Gobierno de Aragón y ha recogido el Heraldo, quien ha añadido que las multas por incumplir las restricciones perimetrales y el toque de queda van desde los 300 euros a los 60.000.
La Policía advierte que los controles seguirán este domingo y probablemente los días festivos de Navidad. De hecho las primeras multas de impusieron el día 24, cuando se sancionó a tres a esquiadores de Zaragoza y otro de Navarra.
Cabe recordar que para cambiar de provincia o entrar a la Comunidad autónoma es necesario presentar una declaración responsable con los datos de la persona a la que se va a visitar, ya que, de lo contrario, el viaje no está justificado.