Tampoco parece nadie caer en la cuenta de los deportistas catalanes que se preparan para participar en su próxima cita olímpica. En Río de Janeiro 2016 el 26% del grueso de atletas que envió España eran de Cataluña. Es decir, un total de 81 de los 306 que representaron la bandera española por los 36 de Madrid. La Comunidad Valenciana y Andalucía, fueron con 24 cada uno, y el País Vasco con 21. La pretensión de independencia de una parte de la sociedad catalana acabaría con los sueños de una extensa proporción de esos 81 atletas y de otros muchos. Cataluña no sería admitida en unos Juegos Olímpicos hasta que no fuese reconocida como país por la comunidad internacional. Esto dice la Carta Olímpica.
Es cierto que en su artículo 29 prevé el procedimiento de reconocimiento de nuevos Comités Olímpicos nacionales (CON), pero establece que «un CON solo puede reconocer una única federación deportiva nacional por cada deporte regido por una Federación Internacional». Y expone en su apartado 30: «La expresión país significa un Estado independiente reconocido por la comunidad internacional».
De todas maneras el diario El Mundo publicaba el otro día, que el Consejo Superior de Deportes (CSD) ha mostrado su disposición a acoger a todos los deportistas catalanes que se lo pidiesen y que, con la DUI (declaración unilateral de independencia), viesen que podrían quedarse sin federación territorial. Eso sí, tendrían que inscribirse como españoles en su federación correspondiente, la de esquí, patinaje, natación, triatlón, ciclismo, etc... Los catalanes partidarios de la independencia no podrían ser seleccionados con España.
La declaración independentista prevé la posibilidad de una doble nacionalidad para todo aquel que quiera, tal como se hace con otros países, pero esto depende de si España aceptara este acuerdo con la nueva República de Cataluña. Si no lo aprobase, los catalanes serían ciudadanos extranjeros.
También se quedarían sin ayudas del Plan ADO para los deportistas olímpicos que no quisiesen participar bajo la bandera española. Y tampoco podrían usar los Centros de Alto Rendimiento. En los CAR se preparan la mayoría de los deportistas de alto nivel. Gran parte de ellos no pagan nada por usar sus instalaciones. Las Federaciones, con una parte de su presupuesto proveniente del Estado, abonan su estancia en estos centros vitales para obtener resultados y que ya no estarían a disposición de los atletas catalanes. Catalunya tiene uno de estas instalaciones, el CAR-Sant Cugat. Hay otro en Madrid, otro en Sierra Nevada y otro en León, además de otros cinco especializados en deportes concretos, nunguno de ellos en Catalunya.
Un ejemplo de deportista que podría seguir participandoes la nadadora Mireia Belmonte, nacida en Badalona, pero con ficha del UCAM Fuensanta de Murcia donde hace sus entrenamientos. Mireia tendría ficha con un club español, por tanto asume como propia la reglamentación de la Federación Española de Natación. Según fuentes del Consejo Superior de Deportes, podría ser seleccionada por los equipos españoles para participar en Mundiales o Juegos Olímpicos.
En el caso de los deportes de nieve la RFEDI no ha nombrado todavía el equipo de deportistas que quiere enviar a PyeongChang 2018 el próximo mes de Febrero, pero se da por seguro que irá la catalana Queralt Castellet, con ciertas opciones de medalla. En el hipotético caso de que Catalunya lograse mantenerse independiente por esas fechas, la snowboarder debería elegir bajo que bandera compite. A ella le acompañará la selección de SBX con el vasco Lucas Eguibar a la cabeza, y con serias opciones de medalla. En esquí la barcelonesa Julia Bargalló es la mejor posicionada, y también debería elegir.
Cataluña sí puede competir como independiente desde hace cinco años con 21 selecciones propias. Una sentencia del Tribunal Constitucional recoge que tiene competencia en modalidades medio desconocidas, como el beach tenis, dardos, raquetas de nieve, fútbol australiano, baile deportivo, futvoley, bike trial, korfball, fistball o patinaje. Advierte el Tribunal Constitucional que