Algunas estaciones tuvieron que cerrar varios días en el mes de Enero, y además disuadían a los esquiadores de proximidad a acercarse a las pistas. Los accesos desde Tolousse, una de las ciudades que más alimentan las estaciones del Pirineo francés, tuvo problemas regulares desde el 5 de enero al 15 de febrero.
Así y todo, estaciones como la de N'PY han vendido un 76% mas de días de esquí en Navidad que el mismo periodo del año pasado, aunque la llegada de las fuertes nevadas, redujo ese espectacular aumento a 'solo' el 11% a finales de enero, por lo que sus responsables no se mostraban del todo satisfechos. Entre una cosa y otra, se espera que el volumen de ingresos se cierre un 15% superior al año pasado, que teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas, es un buen dato.
Y todo esto dentro de un invierno en el que el Pirineo ha recibo una de las mayores nevadas que se recuerdan, con 10 metros caídos solamente entre finales de enero y principios de febrero. En Cauterets por ejemplo, se medían 4,75 metros el primer mes del año, lo que la dejaba como la estación con mas espesor de Europa. Y ya en el segundo mes, se quedaba en algo mas de 5 metros, superando a cualquier centro invernal del planeta, incluso a la californiana Mammoth y sus vertederos de nieve.
Pero contrariamente a lo que se puede pensar, tantísima nieve no es bueno para las estaciones. Para empezar está el riesgo de aludes sobre los accesos. Hay que sacar mucho mas las máquinas, gastar dinero en gasolina y a veces cortar accesos. Y por otra parte está el riesgo en pistas. Peyragudes se ha gastado este invierno 20.000 euros en una tonelada de explosivos anti-aludes.
Con todo, la red de estaciones de N'PY, que cuenta con 8 complejos invernales, superará los 42 millones de facturación del año pasado, lo que se quiera o no, ya es un buen dato.