Un quinto lugar, una descalificación y una carrera que no completó es la magra cosecha de Miller en los alpes italianos. Favorito al podio en cinco pruebas, Miller ha llamado más la atención por sus actividades fuera de competencias, en los bares y discotecas de Sestriere, la sede del esquí alpino de las olimpiadas invernales. De noche, a Miller se la ha fotografiado en compañía de una modelo de la revista Playboy.
Miller, actual campeón mundial y ganador de dos medallas de plata en los Juegos de Salt Lake City'04, no dio la cara tras su decepcionante actuación del sábado en el supergigante. En cambio, el noruego Kjetil Andre Aamodt, un veterano de 34 años, se llevó la victoria, 14 años después de haber ganado el supergigante de los Juegos de Albertville.
Tras hacer un promedio de un minuto en su bajada, Miller perdió el equilibrio en una curva y chocó contra una puerta. Apoyándose solamente con el esquí derecho, el norteamericano logró acrobáticamente mantenerse de pie, pero sus aspiraciones de medalla se habían evaporado. "Simplemente no ha podido completar una carrera que sea buena", reconoció Phil McNichol, el entrenador del equipo estadounidense de esquí alpino.
McNichol también tuvo que excusarle por las crecientes preguntas sobre si Miller le dedica demasiado a la vida nocturna. Horas después de que fuese descalificado de la combinada, prueba ganada inesperadamente por su compatriota Teg Ligety, a Miller lo pillaron con un trago de tequila en una mano y con una cerveza en la otra. "En eso no me meto", replicó McNichol. "Bode es un chico grande".
En virtud de sus buenos resultados, los dirigentes estadounidenses se hicieron de la vista gorda ante el comportamiento desenfadado del referente de su equipo. El problema ha estado en que Miller, que tiene 28 años, es un verdadero enigma, uno que se la pasa diciendo que conquistar título es lo de menos y que detesta la fama. Tras su quinto puesto en el descenso, Miller dijo que "yo tengo mis propios estándares para medir mis resultados, y desde esa perspectiva, esquié a mi gusto".
Miller todavía tiene un par de ocasiones para rescatar algo de su viaje a Turín, con el eslalon gigante del lunes y el eslalon del sábado. A juzgar por resultados previos, el eslalon gigante se presta como su mejor posibilidad para subir a los más alto del podio.