La nueva infraestructura, que el gobierno andorrano espera que obtenga el respaldo de las autoridades catalanas, tendría una longitud de unos diez kilómetros y enlazaría las pistas de esquí de Grau Roig con la población de Meranges, en la comarca de la Cerdanya. El paso subterráneo discurriría entre las cotas 1.900 y 2.000 de altitud, por lo que sería una de las galerías situadas a mayor altitud de Europa.
Según Comes, de los diez kilómetros de túnel, «más de la mitad estarían en territorio español» y se precisaría de la construcción de unos accesos para cada una de las bocas. «En territorio español -ha precisado el subdirector andorrano- habría entre 8 y 10 kilómetros de nueva carretera a cielo abierto, mientras que en la parte andorrana, serían unos dos kilómetros».
De construirse este gran túnel, se convertiría en la principal puerta de entrada a Andorra, ya que se situaría en la vertical del túnel del Cadí. La carretera N-145, que conecta La Seu d´Urgell con el Principado, pasaría a ser la segunda puerta de entrada.
Por otra parte, el plan sectorial de nuevas infraestructuras viarias del gobierno andorrano, ideado para los próximos 42 años, prevé la construcción en este periodo de 65 nuevos kilómetros de carreteras en el país, de los cuales más de un tercio serían a través de nuevos túneles, según ha avanzado Comes. Uno de los nuevos túneles es el de Dos Valires, que ya se ha empezado a construir y que conecta las parroquias de Encamp y La Massana.
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