En 365 días parte de los 2.500 atletas y 9.600 periodistas estarán en Turín para participar e informar sobre las competencias de patinaje artístico, patinaje de velocidad, curling y hockey sobre hielo.
El resto de deportistas se alojará en los Alpes, a unos 100 kilómetros al norte de Turín, para competir o para informar en las competencias de esquí nórdico y libre, biatlón, bob, luge y skeleton.
El anuncio tradicional que dará Rogge marcará el comienzo de la cuenta regresiva para los organizadores locales de cara a los Juegos, que se disputarán entre el 10 y el 26 de febrero de 2006.
La mayoría de las instalaciones están terminadas, y las competencias de patinaje artístico y bob que tienen el fin de poner a prueba las pistas transcurren sin problemas, y algunas hasta atraen grandes cantidades de espectadores. Pero los organizadores también tuvieron que atenerse a la cancelación de las carreras de luge el pasado fin de semana tras que varios corredores fueran hospitalizados en la pista de Cesena, que durante el verano será modificada en su trazado.
Además, el alojamiento en las sedes en la montaña continúa siendo un problema, más allá de los progresos en el asunto.
El comité organizador de los Juegos, el Toroc, también sigue enfrentado problemas de presupuesto, y se reunirá con el Gobierno en Roma a finales de esta semana para discutir acerca de un déficit de 180 millones de euros (unos 216 millones de dólares) dentro del presupuesto global de 1.170 millones de euros (unos 1.400 millones de dólares). El jefe del Toroc, Valentino Castellani, recientemente desestimó los titulares negativos de la prensa escrita y aseguró: "Estamos orgullosos de lo que logramos y estamos dentro de lo programado".
"Creo que los Juegos de Turín serán un gran éxito, pero la organización debe apurarse. Ya no hay más tiempo que perder", presionó Rogge.
El belga se reunió dos veces con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, después de que las críticas de su gobierno a la gestión de Castellani casi llevan a la renuncia del ex alcalde de Turín. Castellani se quedó pero tuvo que agachar la cabeza ante la presencia de Mario Pescante, miembro del Comité Olímpico Italiano y del Gobierno italiano, que tiene un cargo de supervisor general en el Toroc.
Inicialmente, los organizadores locales esperaban sacar mayor provecho de las compañías estatales, pero ni siquiera Fiat o Alitalia pudieron intervenir como se esperaba. Turín es la casa de Fiat, cuyos fundadores, la poderosa familia Agnelli, también creó el complejo alpino de Sestriere, que alojará la mayoría de los eventos de esquí alpino.
Los organizadores están usando los Juegos de Invierno como una vía para transformar una ciudad norteña, puramente industrial, en una ciudad con una imagen moderna.