En Cerler, se alcanzó una ocupación del 100% antes del mediodía. En Formigal, a las once de la mañana, ya no quedaban sitios para aparcar a pie de pistas. Precisamente, esta estación, junto con las de Astún y Panticosa, fue la que más sintió la avalancha de ayer después de que el sábado tuvieran que cerrar por motivos climatológicos. Sin embargo, para Candanchú el mejor día fue el sábado puesto que al cerrarse las pistas de Astún, Formigal y Panticosa, muchos esquiadores optaron por desplazarse hasta estas instalaciones. Tanta afluencia de gente provocó atascos y retenciones en las vías de acceso.
Las pistas turolenses no tuvieron tanta suerte porque las altas temperaturas apenas permiten que se forme nieve. En Valdelinares, tan sólo se abrió ayer al público una de las ocho pistas disponibles y el número de esquiadores que pudo practicar deporte apenas alcanzó la cifra de 300. Peor lo tuvieron en Javalambre, donde no pudo esquiarse y los visitantes tuvieron que conformarse con pasear y jugar con la poca nieve que había. No obstante, las zonas de los alrededores se llenaron de visitantes. En Camarera de la Sierra no quedaba ni una sola plaza.
Los empresarios se mostraron satisfechos, sobre todo, teniendo en cuenta que el tiempo meteorológico parece no acompañar al sector en lo que va de temporada. Hoteles, casas rurales, restaurantes y comercios en general vieron colmadas sus expectativas y sus cajas registradoras.
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