
Hace justo dos años, el 16 de octubre de 2021, se confirmaba la reapertura de Puigmal 2900 una vez revisado el telesilla Combe des Rameux. La revisión duró todo el verano, y es que una instalación cerrada desde hacía 8 años requiere trabajos exhaustivos. Pero después de trabajos intensos, lo consiguieron. Y eso que no faltaron los imprevistos, de todo tipo, incluso con intentos de robo de material.
Por último, el capital reunido por la cooperativa de los 168 socios, el organismo jurídico y operativo que ha permitido impulsar la reapertura de la estación bajo un régimen de concesión del Ayuntamiento de Er, fue de más de 900.000 euros. Prácticamente alcanzando el millón de euros.

Con este capital consiguieron realizar la citada revisión del telesilla del sector de Les Planes, uno de los ejes centrales de la estación. Solo la revisión sumó una factura de 300.000 euros. También se logró poner en marcha la zona de debutantes y algunos de los edificios de servicios en Pla de Cotzé. Y todavía guardaron cierto capital para nóminas. Y también para el pago de algunas deudas. El dinero, cuando está bien administrado, puede dar para mucho.
Y así fue como para el invierno de 2021-22 Puigmal confirmaba en noviembre la reapertura de puertas de cara a diciembre de 2022. La fecha de apertura se fijó en el día de Navidad, el 25 de diciembre de 2021.
Toda esta secuencia de hechos los recuerda muy bien Éric Matzner-Løber, uno de los fundadores de la cooperativa que gestiona la estación de Puigmal, portavoz autorizado y al que le hemos pedido cuál es la situación ahora mismo en Puigmal.

Matzner-Løber, profesor de matemáticas y estadística en la Universidad de Rennes, describe un panorama muy difícil pero con ciertas esperanzas. Y recurre a la memoria para analizar la situación actual, imprescindible para entender lo que está sucediendo hoy.
Recuerda el problema añadido que supuso la inesperada avería del telesilla recién revisado no este invierno, sino el pasado, el de la reapertura (temporada 21-22).

El socio portavoz explica que "a las puertas del día de Navidad, cuando tocaba poner en marcha la estación, el telesilla recién revisado volvió a averiarse". "Nos hizo mucho daño como imagen, y todo el efecto mediático que debía crearse con la novedad de la reapertura, al final se quedó en una imagen de estación poco profesional. Y además nos impidió hacer caja en uno de los períodos de facturación más importantes", se lamenta el profesor universitario.
Pero, pese a los problemas, dejando atrás el efecto inmediato de la mala imagen, finalmente llegó el 9 de enero y se reabrió el telesilla. Pero en esas fechas la campaña de Navidad ya estaba perdida. Cero ingresos y de nuevo más gastos. En marzo de 2022 la estación despedía la temporada, con todas las esperanzas puestas en la siguiente, la 2022-23.

La 22-23, un mal inicio
Y llegó la nueva temporada, que se anunciaba con novedades y cierta alegría, pero con perspectivas de éxito más contenidas. Entre ellas, destacaban la reapertura de dos restaurantes y la puesta en marcha de los teleesquís Credells y las pistas a las que dan acceso.
Pero la nieve llegó tarde, ya entrado el mes de enero, con poca cantidad y desapareció pronto, a principios de marzo. De nuevo, cero ingresos por la campaña de Navidad, la más importante junto a febrero en una estación de esquí francesa.
“Perdimos mucho dinero la temporada pasada”, asegura Eric, que admite que todo eso los ha dejado en una situación más que delicada. Pero de nuevo, pese al poco capital restante, en verano la actividad no ha parado en la estación.

“Este verano los técnicos se han centrado en el mantenimiento del telesilla, de los telesquís, y en la red de nieve. Su trabajo ha sido impresionante. Podremos ofrecer más remontes, más garantía de nieve y más servicios, pero hoy ya no nos queda dinero para ir más allá”, explica con entusiasmo contagioso, pero que al mismo tiempo señala y reprocha que las administraciones no les están ayudando.
En ese sentido, Eric quiere dejar constancia de que han buscado el apoyo institucional, pero que este no ha llegado. A principios de este verano informaron al Departamento y a la Región que Puigmal 2900 es un proyecto de territorio que merece apoyo institucional y que la situación económica ya estaba cercana a la quiebra. Pero se lamenta de que la gestión no ha servido de nada.
“Ni el Ayuntamiento, ni el Departamento, ni la Región nos ayudan. Han puesto dinero en otras estaciones del Departamento, pero a nosotros nada” que destaca que, para más inconvenientes, este verano “el Ayuntamiento ha invertido en una nueva carretera que entiendo que no hacía falta, y cuando la inversión hubiera sido más provechosa para dar garantías de apertura a Puigmal 2900 ya sus 18 trabajadores”.

Entre 150.000 y 200.000 euros para garantizar la reapertura
La dirección de la estación se encuentra hoy en la cuerda floja. Y con el cronómetro en la cuenta atrás, porque ya solo queda mes y medio para el inicio de la temporada.
Para garantizar la reapertura Eric confirma que necesitan entre 150.000 y 200.000 euros. Si logran reunirlos, una parte servirán para pagar unas deudas contraídas con el equivalente francés de la seguridad social. Un gasto imprescindible para poder arrancar de nuevo.
También están esperando una sentencia judicial que creen que será favorable por los daños y perjuicios de la avería de hace dos inviernos en el telesilla. Pero la justicia es lenta y la sentencia, con la posible indemnización, no se sabe cuándo podría llegar.
Y mientras tanto, los días pasan y en el momento actual, en fecha del sábado 14 de octubre, cuando hablamos con Eric, ya solamente quedan dos alternativas: necesitan que los socios vuelvan a poner capital, posibilidad que prácticamente ha quedado descartada, o bien encontrar un nuevo socio inversor que esté dispuesto a aportar este capital.
Eric tiene confianza en que un grupo hostelero que conoce la estación haga la apuesta, pero razona que “no lo harán si no les damos garantías de que dentro de un año no podemos encontrarnos de nuevo con el mismo problema. Y esto es difícil saber si no tenemos una buena temporada 2023-24”.

Si no abrimos será un fracaso del proyecto
Llegados a mediados de octubre, el fantasma del cierre vuelve a aparecer amenazante por la estación. Cada día que pasa lo hace con mayor insistencia.
Con el objetivo final, y único, de salvar el proyecto, el portavoz explica que no tienen ningún problema en retirarse si a cambio un nuevo inversor les garantiza la continuidad de Puigmal 2900.
“El proyecto tiene que continuar. Esto sería lo que daría sentido a lo que hemos hecho hasta el día de hoy, y estamos dispuestos a entregar todas las acciones a coste cero, aunque sea por un euro. A cambio, pedimos que el nuevo inversor asuma llevar adelante la estación” destaca con cierto tono de entusiasmo y confianza. “Pero si no reunimos el capital en el mes y medio que queda, tendremos que cerrar. Será un fracaso nuestro, de la cooperativa, pero también para el territorio, para Er y para el mundo del esquí y la montaña”, concluye.
Una nueva cuenta atrás para el futuro de Puigmal 2900 ya ha comenzado. ¿Alguien puede ayudarles?

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