El otro día prometí un artículo para hablar del minimalismo en el cambio por flexión. Esta forma de cambiar los cantos tiene muchos nombres (por abajo, absorción, cross under, compacto…) y es tan antiguo como el esquí. Me gusta llamarle cambio por flexión, y no de otra manera confusa, por su claridad: se cambia cuando se flexionan ambas rodillas, sin más. Desde hace años es utilizado por coreanos y japoneses, y muy difundido en las redes por compañeros comprometidos como los de Projected Productions o Rookie Academy. Para analizarlo vamos a usar de nuevo un video de Richard Berger, ya que ha sido el maestro de todos aquellos.
En el cambio por flexión, en vez de extender la pierna que está flexionada al final del viraje, flexionamos la que está extendida. Es así de sencillo. Como vemos en las figuras 1 y 2, de ambas maneras conseguirnos que el cuerpo quede simétrico y los cantos planos en la nieve para cambiarlos con facilidad. En el cambio por extensión el centro de gravedad sube mientras, en el cambio por flexión, el centro de gravedad recorre menos espacio y viaja, más o menos, a la misma altura del suelo.
Al no haber apenas movimiento vertical obtenemos varios beneficios:
- El centro de masas recorre menos espacio
- No hay que "oponerse" tanto a la fuerza de la gravedad
- El cambio de cantos es más rápido debido a las dos razones anteriores
- El canteo y la presión, por tanto, se pueden aplicar antes
De ahí que suela llamarlo una técnica minimalista ya que, con una cantidad mínima de movimientos obtenemos una gran utilidad.
En las siguientes figuras observamos cómo, en un cambio por extensión (primera figura) el centro de masas tiene que recorrer más distancia que en un cambio por flexión (figura segunda). Ello hace que, con extensión de ambas piernas, el cambio de cantos resulte más lento y, además, haya que vencer la fuerza de la gravedad lo que resulta algo menos eficiente bajo este punto de vista (ojo, la extensión tiene otras muchas ventajas, pero en este artículo nos centramos en el gesto opuesto y su "economía de esfuerzo").
Como decía, el problema es que, para llegar a este nivel técnico, hay que practicar, desarrollar la habilidad de recuperarse y, por supuesto, estar en forma para resistir las fuerzas externas en esa posición flexionada al cambiar (el movimiento no es solo lateral, sino combinado en el plano frontal y en el transverso, lo que requiere fuerza en la musculatura estabilizadora del tronco y, por supuesto, las piernas). Si la técnica no es buena, como corremos el riesgo de quedar retrasados, en cuanto la pendiente aumente perderemos el control con facilidad, con todos sus inconvenientes inmediatos y, a largo plazo, si nos habituamos a una posición retrasada, con riesgo para la salud de nuestras articulaciones.
En los años anteriores hemos dado muchas pistas sobre cómo gestionar este tipo de cambios y los mecanismos de recuperación para hacerlo de manera equilibrada y eficiente, así que no insisto más por hoy. Hasta la semana que viene.
¡Buenas huellas!
Carolo, enero de 2022
Vídeos extraídos de Richi Berger Skiworld.