Sí, la pregunta vuele a las pistas ¿Cómo puedo llevar los pies más juntos? ¿Cómo puedo evitar que se me separen las piernas tanto?... Circulan por ahí infinidad de recetas que tal vez funcionen, pero la solución definitiva es evidente y además relativamente fácil: estar bien apoyados en el esquí exterior.
Si estoy en el esquí exterior la pierna interior vendrá a reunirse naturalmente con la otra, pues es su postura natural. Es así de sencillo, y por eso la gente que esquía con las piernas paralelas y naturales pinta tan bien. Observemos a partir de ahora cómo, cada vez que no puedo mantener los pies más juntos, es en la mayoría de las ocasiones porque el exterior no está bien apoyado.
En esta progresión de un viraje con stem a paralelo, observamos como los maestros de HIGH1 de Corea del Sur muestran una posición de piernas más juntas que están adoptando casi todas las escuelas desde hace años. Contrariamente a lo que se ha dicho en las pasadas décadas, esquiar con las piernas algo más juntas e independientes es completamente válido: generalmente resulta más funcional, facilita el equilibrio natural y la movilidad. La excepción sería la competición de alpino, pero este modelo está pasando de las escuelas de esquí debido a lo poco realista que resulta para la inmensa mayoría de los practicantes.
En esta foto en un fuera de pista muy inclinado observamos cómo, a pesar de estar las piernas juntas de forma natural, los pies y las rodillas están separados y funcionan independientemente, adaptándose al terreno sin interferirse. Las piernas visualmente están juntas pero no bloqueadas, trabajando separadamente. Como hemos argumentado en otros artículos, esto permite gestionar mejor las fuerzas externas.
Si, por el contrario, el esquí del valle no tiene suficiente apoyo, resbalará por la ladera - hará lo que se denomina un stem al valle - separándose hasta encontrar un agarre firme, formando entonces esa famosa A o X que nos gusta tan poco. Atención, que hay que distinguir entre la leve disposición de a A o de X en las piernas por genética, y la que se produce por ese mal apoyo que estamos describiendo. Si es genética no tiene la más mínima importancia y será inútil tratar de eliminarla pero, al menos, estando bien apoyados en el exterior, la separación entre ambos pies será mínima y funcional.
Y ¿Cómo conseguir un buen apoyo en el exterior? Sabemos por otros artículos que hay muchas formas y ejercicios para lograrlo: todos los relacionados con la angulación de cadera, todos en los que levantamos el esquí interior y nos apoyamos completamente en el externo, los ejercicios de cambio de huella y los de clavado de bastón, entre otros. Pero por hoy ya es suficiente. Buena semana y
¡Buenas huellas!
Carolo © 2015
N. del A.: Debido al tono general de los comentarios en el blog y las redes sociales añado éste. Nótese que el artículo no dice que HAYA que llevar los pies juntos, sino "CÓMO" llevarlos "más" juntos. El matiz es importante. Cada uno es libre de esquiar como prefiera y decidir si suma o resta habilidades a su repertorio. Nada más lejos de la intencion del autor que caer en el mismo dogmatismo que lleva más de dos décadas intentando cuestionar ¡Feliz invierno!