En las revistas y las webs siempre se habla de lo buenos que son los riders, de lo bien que ripan y de los magníficos viajes que se marcan. Sinceramente me parece que muchas veces nos olvidamos de lo que tiene que ser un buen día de esquí, la simplicidad de un gran día de polvo con tus amigos. Por eso hemos subido este mini repo sobre una esquiada con los colegas. Lo que en nuestras opinión debería ser nuestro deporte: sin grandes kickers, sin pretensiones y con una gran sonrisa en los labios.
Por Scareface
Son las 07h30 de la mañana y el despertador suena. Estoy en la cama y me pregunto porque me tengo que despertar tan pronto. Poco a poco voy saliendo del sueño y recuerdo que he quedado para salir a esquiar en Arcalis, en Vallnord. Se me despejan las ideas, salgo de la cama y me preparo el desayuno con la típica torpeza matinal. Miro por la ventana y las nubes presagian un día nublado. Pero sé perfectamente que lleva varios días nevando y que todavía no hay afluencia en las estaciones. Así que termino de prepararme, mientras mis amigos cargan los esquís.
Nos subimos a la furgo Leo Tarrat, Yolanda Gonzalez y yo. El viaje hasta la estación es siempre un buen momento para recordar viejas esquiadas y aventuras. Mientras nos acercamos a Arcalis, vemos como la carretera aún nevada nos augura un gran día de polvo y me empieza a subir la excitación. Por fin llegamos al parking y nos damos cuenta que estamos prácticamente solos en la estación….¡esto parece que mejora por minutos!
Nos preparamos, sacamos los forfaits y subimos al telesilla. El día está nublado y la visibilidad algo justa. Tampoco es un día totalmente blanco, pero no va muy lejos. Sin embargo, la estación esta petada de nieve y todas están las palas por bajar. Como es el primer día de polvazo y que estamos prácticamente solos, propongo hacer una primera bajada de calentamiento por la pista. Pero soy un mentiroso y siempre hago lo mismo, digo que calentemos y en el primer cambio de rasante me desvío al fuera pista.
Empezamos por un bosque amplio y con pendiente. La nieve es profunda y las piernas me empiezan a quemar. Llego a bajo de la pala con las rodillas temblando. La primera bajada de la temporada nunca es todo lo fantástica que habíamos imaginado, hay que volver a encontrarse con los esquís y los apoyos. Pero que me quiten lo bailado…
Nos miramos con Leo y volvemos a subir por el Telesilla. Por lastima, la mitad de los remontes están cerrados. Puesto que estamos a 2 de diciembre y que las maquinas tienen aún mucho trabajo que hacer para preparar toda la estación. Pero nos queda terreno de sobras para esquiar.
Mientras subimos por segunda vez el Telesilla, vemos como se abre un claro en Portelles y Creussans aparece ante nuestros ojos bajo un sol radiante. Oufff, la visión de Creussans totalmente virgen e iluminada por el sol de la mañana nos anima un montón. Pero decidimos seguir haciendo una cuantas palas de nieve polvo antes de ponernos las pieles. La verdad es que poco nos vamos reencontrando con las espátulas y los apoyos son cada vez mejores. Realmente estamos disfrutando como locos y encadenamos los descensos.
Es medio día y decidimos que ya hemos rayado bastante esta zona. Por lo que ya es hora que saquemos las pieles y nos adentremos un poco más en la montaña. Mientras subimos por el telesilla para acceder a la zona, nos encontramos con Pere Albaladejo. ¡No podíamos tener más suerte! Pere es el padre de los riders andorranos Noah y Joel. Pero sobre todo es un gran personaje del mundo del esquí en Andorra. Todo el mundo lo conoce por su carácter jovial y amable. Pere Albaladejo nos cuenta que lleva el restaurante de la Coma y que nos pasemos a comer después de esquiar. La verdad es que ya conozco el restaurante que está especializado en quesos y carnes. Realmente la comida es excepcional con un ambiente muy calido.
Así que nos ponemos la pieles y nos dirigimos al Port del Rat sabiendo que nos espera una comida de lujo después de la bajada. El acceso al Port del Rat es más bien un paseo y disfrutamos plenamente del momento recreándonos con el paisaje. La subida es suave y la nieve cada vez más profunda. Los esquís equipados con las pieles rompen el polvo y nos adentramos en un terrenos totalmente virgen. Mientras vamos abriendo huella, llegamos al cuello y nos paramos para decidir de la bajada. Tenemos un amplia variedad de líneas. Pero priorizamos la seguridad, decidiendo bajar por un amplio couloir en él que marcarnos giros amplios y rápidos.
¡¡¡Que Bueno, que bajada y bien sienta al cuerpo!!! Ya estamos a bajo y hemos gozado de un gran día de freeride. Hemos bajado multitud de palas, nos hemos puesto las pieles y adentrado en la montaña. Realmente es un día perfecto. Pero aún nos queda ir a comer, por lo que nos dirigimos al restaurante de la Coma a encontrarnos con Pere. Tenemos la suerte de que el restaurante esta tranquilo por ser principio de temporada. Pere nos muestra los cambios del local y nos ofrece una mesa para que disfrutemos de la comida. Nos sirve las mejores especialidades de la casa, además de una grata conversación y calorosa acogida. Realmente hemos triunfado, salimos del restaurante después de un buen día de freeride y una excelente comida. Hacemos una bajadita más de polvo hasta el coche y nos vamos con la sonrisa puesta.
¡Realmente no sé que más pedir, simplemente un gran día de esquí con unos amigos!
Más info en : www.vallnord.com
Reservas en el restaurante de la Coma: 00376 850 099 y cheeseartcoma@gmail.com