Cuando das clase a personas adultas, muchas veces te transmiten (o tú mismo percibes) que un gran limitador para disfrutar de los días de esquí es el cansancio. Ya sea por falta de acondicionamiento físico, o por otras razones, muchos esquiadores no aprovechan toda la jornada de esquí, por qué, literalmente, las piernas no dan más de sí.
Hoy en día muchas pistas de esquí están masificadas, y a partir de mediodía la nieve empieza a estar 'machacada' (baches, placas de hielo, piedras...) si a esto le sumamos que no hay muchos Kms de pistas abiertos, y, por tanto, los esquiadores se acumulan en los ejes principales, el riesgo de tener accidentes incrementa mucho cuando nuestras piernas no están 'frescas' y no responden de forma 'ágil'.
Cómo en otras ocasiones hemos hablado ya de la importancia de la preparación física en un esquiador, y por cambiar un poco el enfoque, esta vez voy a daros 6 consejos muy 'fáciles y simples' que pueden ayudaros a resistir mejor esas laaaaargas jornadas sobre los esquís.
¿Qué podemos hacer para cansarnos menos y alargar las jornadas de esquí?
¡Veamos 6 consejos!
- Mejorar nuestra técnica. Obviamente, mi primer consejo es que mejoréis vuestro nivel y técnica de esquí. Con una mejor técnica conseguiremos mayor fluidez y mayor eficiencia en nuestros movimientos. Seremos capaces de conseguir ‘más’ con menos esfuerzo: esquiaremos mejor posicionados, y evitaremos movimientos y esfuerzos innecesarios. Esquiando centrados y bien posicionados sobre los esquís, nuestra musculatura trabajará de forma más natural y más eficiente, además estaremos mejor colocados para resistir las fuerzas que se generan sobre nosotros al esquiar, lo que nos ayudará a minimizar el coste en 'esfuerzo' que esto nos supone.
- Mejorar nuestra predisposición ‘mental’. Otro factor clave para cansarnos menos es conseguir esquiar ‘relajados’, tranquilos, sin tensión ni nerviosismo. Una mayor confianza en nosotros mismos (en nuestras capacidades técnicas) y un mayor nivel de relajación al afrontar cada bajada evitará que estemos tensos y nos cansemos mucho más de lo necesario.
- Mejorar nuestra alimentación e hidratación. Parece una tonteria pero no lo es. Según comamos y nos hidratemos mejor y de manera más continuada, conseguiremos que no nos falte energía durante nuestra jornada de esquí y seamos capaces de evitar ‘bajones’ y ‘pájaras’. Esto implica, por ejemplo, desayunar alimentos que contengan carbohidratos de absorción lenta, cómo por ejemplo las frutas, los lácteos y los cereales integrales, y, por supuesto, hidratarnos regularmente.
- Descansar en intervalos regulares. ¿Queremos esquiar todo el día hasta las 17h? Entonces planteemos que deberemos realizar varias paradas durante la jornada, a intervalos más o menos regulares. En estas, además, podremos aprovechar para comer e hidratarnos. Esto cobra especial relevancia si esquiamos en estaciones/zonas con telesquís, ya que, a diferencia de los telesillas, en el trayecto de los mismos no descansamos.
- Moderar la velocidad. Cuanto mayor es la velocidad a la que esquiamos, mayores son las fuerzas a las que nos vemos sometidos durante las curvas, y, por tanto, mayor el esfuerzo que debemos hacer para resistirlas/gestionarlas. De la misma manera, movimientos muy agresivos y explosivos provocan reacciones similares en nuestros esquís, que deberemos gestionar. Si queremos esquiar todo el día sin acabar 'destrozados', igual vale la pena plantear un esquí más suave y a una velocidad menor que nos implique un menor desgaste.
- Moderar la dificultad de las pistas/descensos. Obviamente, el esfuerzo (mental y físico) que requiere descender pistas más difíciles o en que la nieve está ‘peor’ (disculpad la expresión) es mucho mayor que el que requiere esquiar en pistas fáciles con la nieve perfectamente planchada. Si queremos llegar a las 17h con fuerzas, igual también debemos moderar la dificultad de pistas en que esquiamos, o, como mínimo, la cantidad de pistas difíciles que descendemos en un mismo día. De la misma manera, evitar pistas con aglomeraciones de esquiadores nos ayudará también, ya que podremos realizar bajadas más 'cómodas' y relajadas, sin tener que estar ajustando nuestra trayectoria a cada momento para esquivar personas (o evitar colisiones).
En resumen, si queremos afrontar una larga jornada de esquí de forma segura y minimizando riesgos, vale la pena que lo hagamos 'con cabeza'.
“Aprender, enseñar, divulgar.”
Sam Suarez
Técnico deportivo superior de esquí alpino
Formador de profesores de esquí @FESNEU
Entrenador competición @LMCE