Tiene fama, o al menos eso es lo que siempre he oído de ese lugar, de ser plana, aburrida pequeña, mal conectada, y un largo etcétera de calificativos que siempre me han hecho dejar esta zona de lado. Y cómo los dos teníamos esa misma sensación, pusimos proa hacia ella, en lugar de lo previsto.
Una llegada a media mañana, tras dormir en el área de Carezza y viajar hasta Siusi. Aparcamiento hasta arriba, y pocas criticas favorables en las habituales apps de lugares autocaravaneros. Pero aparcamos casi sin problemas, con total colaboración de los “aparcadores” de la estación. Eso sí, la pernocta no está permitida, pero con eso contamos.
Nos vestimos de torero y nos vamos a descubrir el lugar. Una laaaarga cabina nos sube hasta la zona esquiable y allí encontramos lo esperado y tantas veces comentado. Una meseta ondulada, con gran cantidad de pistas azules y rojas asequibles que nos lanzamos a conocer.
Recorremos de lado a lado la estación y descubrimos que tiene, además de lo ya muy nombrado, unos cuantos rincones muy entretenidos. Y curiosamente, no muy llenos de gente, como si lo están las pistas centrales.
Pero lo que quizá llama más la atención en esta estación es la enorme cantidad de gente que no esquía.
Hay caminos peatonales que la recorren entera, todos marcados, con su señalización para paseantes y esquiadores, indicando cruces y zonas reservadas a unos y otros. Y también a trineos. Incluso en algún lugar todos comparten trazada.
Pistas hay para todos los gustos, muchas, la mayoría, perfectas para iniciarse y progresar, unas cuantas mas animadas, para gente algo más avezada, y que se dejan repetir con gusto.
Espectacular, divertida, exigente, la que baja hasta Ortisei, que es también un punto de entrada a la estación, con un telecabina desde el mismo pueblo. Y con un curioso cartel en la entrada que indica “Pista para esquiadores avanzados. Por la mañana, estaba en perfecto estado”. Esto, cuando ya son casi las dos, mosquea, pero fue una gozada esa bajada.
Eso sí, a pesar de una mayoría de remonte rápidos y bastante modernos en general, incluyendo un telemix (pensando en caminantes) que distribuyen bien a la gente, hay una zona, precisamente la que conecta con la llegada de Ortisei en la que se encadenan unas cuantas sillas muy antiguas de a dos que frenan un poco y hay que conocer para no verse atascado a última hora. Incluyendo una auténtica “silla del amor”, larga, lenta y con asiento de tabla como no recordaba desde Kósovo.
Pero la zona de Florian tiene unas cuantas pistas divertidas y animadas, y desde allí se puede conectar con la zona de Monte Panna en Skibus, lo que te pone en la Sella Ronda. Mencionar también las pistas en zona de Puflastch, sobre la llegada de la cabina de Siusi, con unas cuantas pistas también interesantes.
Dejamos el esquí relativamente pronto, la gente y las temperaturas, que también son altas ahora por estos pagos, hacen mella en la nieve y nos retiramos prudentemente, para en un segundo día apurar todos los rincones que nos hemos dejado, y, eso si, empezando tempranito.
Encontramos una simpática área para autocaravanas, con un sistema que deberían investigar en más sitios. Es un restaurante en Castelrotto, a apenas diez minutos de Siusi y el acceso a la estación, llana, organizada, con sus puestos marcados, y que cobra a precio razonable, quince euros. Pero cuando pagas la estancia, te da un bono de diez euros a gastar en el restaurante, que naturalmente aprovechamos para dedicarnos una cenita muy agradable. Me parece una estupenda forma de hacer clientes, porque seguramente todo el que pare aprovechará y hará gasto en el local. Pizzeria Sporthutte, Castelrotto, para quien pueda estar interesado.
Emprendemos marcha tempranito para ese segundo día, y a las ocho y media ya estamos aparcados perfectamente de nuevo junto a la cabina de Siusi. Esta vez encontramos la nieve en mejor estado, aun algo dura pero muy divertida, y vamos repitiendo y disfrutando lo que esquiamos ayer y las zonas que fuimos dejando para hoy.
Hemos acertado bastante en el recorrido, en cuanto a zonas de insolación, de manera que hemos encontrado casi todo perfecto a lo largo del día. Poco a poco, la mañana va llenando las pistas de gente.
Mucho cursillo, mucho aprendiz (todos lo fuimos, algunos lo seguimos siendo) y las pistas mas adecuadas a la iniciación y progresión se van poniendo cada vez menos cómodas. Está llegando febrero, debe haber ya vacaciones invernales en gran parte de Europa y se nota. Empieza la temida temporada alta.
Terminamos en la zona de Laurin, donde tienen montado un impresionante SnowPark, con zonas para todos los niveles.
Así que, habiendo disfrutado, y mucho, nos damos un último homenaje gastronómico en forma de codillo a la brasa, y hacemos concilio para pensar en el siguiente paso en el camino. Que va a ser Bresanone/Brixen, concretamente el área de Rio Pusteria.
No hay demasiado más que contar, pero si reflexionar sobre lo que me he encontrado y el sentido que veo a esta área de esquí. Lejos de todos los comentarios y prejuicios que hasta ahora me habían alejado de aquí, creo que tiene unas interesantes posibilidades, siempre desde un punto de vista personal, y teniendo en cuenta que está dónde está, y que probablemente ninguno de los que por este lugar habitamos prepará un viaje hasta Dolomitas para quedarse aquí. O solo aquí.
Pero pienso, porque lo leo en muchas ocasiones, en aquellos que quieren hacer un viaje familiar, pero no todos esquían, aunque si les guste el senderismo, o los paseos por la nieve. O quienes preguntan por un lugar por aquí con pistas más sencillas para los menos avanzados de la familia. Y con un pueblo con vida para poder dar una vuelta, o estar mientras el resto del grupo esquía. Y esta zona tiene entrada directa desde Ortisei, en Valgardena, con acceso a toda la Sella Ronda, con Skibus a lo largo del valle, incluso con conexión con Monte Panna. O los dos pueblos por los que hemos pasado, tanto Siusi como Castelrotto sin ser grandes, tienen de todo, también bus a los remontes. Incluso, dependiendo de planes, se puede sacar solo FF de Valgardena en lugar del Dolomiti Superski, y se tiene una enorme área esquiable con algunos de los puntos más significados de Sella Ronda dentro de él.
Aun justificando esa fama mencionada al principio, porque es cierto que es poco emocionante, no creo que sea en absoluto un lugar a dejar de lado para muchas circunstancias. Desde luego, tengo algunos elementos cercanos que disfrutarán un montón aquí.
Eso sí, está lejos de casa.
SL2, ratón.