Desde que empecé a hacer esquí de travesía, hará unos 8 años, he hecho alguna esquiada en Mayo. Este año, con los fantásticos días en los Alpes Italianos (Report aquí) a mitad de abril, la verdad que cuando volví a los Pirineos no me apetecía nada ir a esquiar. Tenía mucho trabajo que hacer, las montañas desde casa se veían peladas, y pensé que, por una vez, estaba bien acabar la temporada esquiando buena nieve en vez de seguir hasta que la montaña está más verde que blanca. Así que mayo lo vi pasar sin salir a la montaña más allá de una espectacular salida de campo con la universidad. Durante mayo, bastantes nevadas en la divisoria con Francia, y la nieve que me llamaba, como quien no quiere la cosa. Y yo que la ignoraba. La nieve, y la montaña.
De forma paralela, un colega de por aquí llevaba desde mitad de mayo diciéndome de ir a hacer un Aneto, un Verdaguer, una Forcanada, incluso un Monteixo llegó a plantear. Yo le iba diciendo que la meteo no acompañana, que el trabajo, que no sé qué.... Que no, que yo este año no hago esas pateadas para cuatro curvas. Y eso que la verdad era que las últimas salidas siempre me habían dejado buen sabor de boca (Espot 2018,Maladetas 2019, Son 2020, Galibier 2021, Mont Roig 2022)
No sé por qué, quería que este año no hiciera falta...
¿A quién intentaba engañar?
Conocí una chica que estaba aquí una temporada que sí tenía ganas de montaña, y me pareció buena excusa enseñarle nuestro pequeño paraíso para salir a hacer alguna excursión. Sol por la mañana, chubascos por las tardes. La tónica de estas semanas. Un par de mañanas aprovechamos pues:
¿Y esa cosa blanca? ¿Y ese Pic d'Amitges con su cara Norte? ¿La canal del Bassiero, igual? ¿Vamos al Aneto? ¿Al Circ de Colomers? ¿Cómo estarán las canales clásicas del Pallars, Mont Roig y Certascan? Con solo pisar un poco de nieve me había vuelto loco, saltando y gritando por la montaña y cambiando en menos de cinco minutos de opinión, de decir que no durante dos semanas a mandar fotos y hacer planes esa misma tarde. Intento hacer un grupo para organizarnos. Parece que algunos están motivados, hablemos pues...
Mientras, otra excursión. En els Tres Estanys, algo de nieve. Me hubiera gustado ir a ver el Mont Roig, pero no nos da tiempo.
Aprovecho por lo menos para ir a ver el collado divisorio con Cardós... Envío foto al grupo.
"Certascan, bé de neu"
Inconscientemente, ya me he decidido. Voy diciendo que si Amitges, que está más cerca. Que si Mont Roig, que es más técnica. Pero no, la nieve nos espera en Certascan.
La canal Este de Certascan es un enorme y precioso tubo justo en el contacto entre granodioritas variscas y pizarras cambroordovicianas. Baja desde el collado que hay entre el pic de Certascan Sud y Nord hasta el lago de Certascan, con orientación Este pero buenas paredes al sur que la protegen de la radiación solar más directa. Es un clásico del Pallars, una bajada de casi 600 metros de desnivel esquiable hasta... pues muchos años hasta julio. ¿El problema? El acceso a Certascan se realiza desde la presa de Montalto, a escasos 1400 metros de altitud, por lo que tocará un porteo muy largo.
El domingo veo que Elo, el colega que me intentaba motivar para ir a esquiar, había salido de fiesta y no estaba ni tan solo en el Pallars. El lunes, día que había propuesto, entiendo que no iremos a esquiar. Tampoco acompañaba la meteo, para variar. Casualmente, me recoge haciendo autoestop el guarda de Certascan. Me dice que el otro día uno hizo la canal, nieve hasta el refugio, me dice. Decidido pues.
Le digo a Elo que jueves seguramente no llueva. Con la dinámica que llevamos, supongo que ausencia de lluvia=sol. Primer error de una larga serie...
Quedamos para salir a las 3 de la madrugada. Mi idea es llegar prontito arriba, para tener posibilidades de nieve algo firme. Miércoles apenas llueve, por lo que me las prometo felices. Con la mochila preparada, me meto en la cama a las 6 de la tarde, con una alarma a las 01:45, y me duermo.
Despierto de un sueño. No es oscuro. 21:30. Mierda. Intento volver a dormir. No hay manera. Ir al baño, beber algo, girar la almohada, nada. Meditación, me relajo. Hasta autohipnosis me hago, mi cuerpo duerme pero yo sigo completamente despierto. Tampoco ha funcionado. Vuelvo a mirar la hora. 22:45. Joder... Un rato más, y consigo dormirme.
Despierto. 03:56. ¿Qué cojones? De tan bien que dormía ni me he enterado de la alarma. Veo un mensaje de Elo a las 02:27. Lo llamo. Contesta al instante.
-Tú, que me he quedado dormido, no he escuchado la alarma
-Tranquilo. ¿Qué hacemos?
-Vamos, ya total...
-Venga, me preparo y voy
La mochila preparada, desayuno y cojo algo más de comida, por si las moscas. Voy a por los esquís de travesía. ¿Dónde cojones los guardé? Después de un par de vueltas por la casa los encuentro. Mierda, la cera de verano.
Rápido a rascar. Mensaje de Elo:
-Salgo en breves.
Joder, date prisa. Pulir cera, pulir cera. Acabo el primer esquí.
Otro mensaje. Habrá llegado...
-Ya he salido.
Vamos, me da tiempo de rascar el otro esquí.
Justo antes de las 5 salimos dirección Tavascan en la furgoneta de Elo. Dos horas más tarde de lo planeado. Mal.
Llegamos hasta la presa de Montalto. Hace un par de años que no vengo por aquí, y no recuerdo exactamente dónde está el párquing. Seguimos demasiado y toca dar marcha atrás. Un golpe. Un árbol. Joder, vaya suerte. "Aún no me he acostumbrado a no tener retrovisor central..."
Venga, va.
-¿Por casualidad tienes destornillador?
-Qué va, siempre llevo pero hoy no. Para el rato que esquiamos no creía que me fuera a hacer falta...
Le hace falta para desmontar las fijaciones de la splitboard, y se lo ha dejado. En teoría sin también se puede, pero cuesta más. Forzamos y conseguimos sacar una. La otra cuesta más. Se atasca. Una patada. Salta una pieza de la split, pero no la que toca. Joder, vaya suerte.
Le doy un cuchillo que encuentro en su furgo, parece que funciona. Pero ahora necesitamos una llave Allen para la pieza que ha saltado...
Empezamos a andar.
-MIERDA- grito. -El destornillador. Tengo las fijaciones de los esquís aflojados al mínimo! - Joder, vaya suerte.
Pasan unos minutos.
-Oye, ¿he cogido el cuchillo ese?
-Claro, tío.
-¿Seguro?
Elo se vuelve a la furgoneta. Vuelve al cabo de diez minutos, cuchillo en mano. Menos mal. También ha encontrado la botella de agua que no sabía dónde había dejado. Bien, pero ¿dónde la ponemos? Me da pereza abrir la mochila para cambiarlo todo para meter otra botella de agua, y al final la medio ponemos detrás de la suya, donde el casco. Venga, en marcha.
El cielo, que estaba despejado y con los primeros rayos de sol en las cimas, empieza a cubrirse. ¿Qué está pasando?
Da igual, ya estamos aquí.
-Oye, ¿tú has visto alguna borda? Se supone que el camino empieza al lado de la borda, pero no he visto ninguna aún. Además, me suena que hay un cartel indicando el camino, y tampoco lo he visto....
Miro el mapa y, efectivamente, nos hemos pasado 500 metros. Volvemos atrás, qué le vamos a hacer. Efectivamente, una enorme roca con pintura indica "Certascan". Entre los árboles, una pequeña borda. ¿Cómo nos hemos pasado de largo?
Ahora sí, empezamos a subir.
Elo en la cabana de Llurri, justo saliendo de un bonito bosque que mezclaba pino, abeto, roble y los jodidos avellanos en los que se atascan los esquís. El cielo, más bien gris.
Paradita para beber.
-Elo, el piolet te ha rasgado parte de la funda del casco... Ostias, y la botella de agua entera.
-Ya decía yo que tenía el culo mojado...
-Joder, vaya suerte 😂
Subimos, y la cosa no mejora.
Llegamos al refugio con una densa niebla.
-Creo que me hubiera gustado más esta excursión con sol, pero la verdad que el laguito con la niebla le da un toque...
No vemos a nadie, pero el refugio parece abierto. Voy ajustando mis fijaciones con el cuchillo. Al cabo de un rato aparece una chica francesa, muy simpática, que acaba de empezar a trabajar hace 4 días. El jefe no está. Nos encuentra una llave Allen y hablamos con ella para quedarnos a comer luego.
-¿A qué hora vais a llegar?
-Depende de las piernas. Con la suerte que estamos teniendo hoy, espero que no demasiado tarde...
Ponemos ya botas, pieles, todo. Hay algún nevero al lado del refugio, pero la nieve no es continua. Andamos cinco minutos y, a orillas del lago, calzamos esquís y tabla.
Al fondo, la divisoria se ve bien cargada. Nos las prometemos felices.
Que haya nieve no significa que esta sea 100% continua...
Toca decidir si subimos por la misma canal o si lo intentamos por la ruta de verano. Le digo a Elo que, debido a que la subida transcurre por un pequeño valle, que creo que las orientaciones norte tendrán nieve hasta la subida final, que parece que también tiene bastante. Nos encontramos una pareja que viene de Guerosos y van a Broate. Con esta nieve, ¡qué valientes! Nos dicen que hasta el collado hay bastante nieve.
Intentamos pues. Atrás, el lago. Delante, el collado.
Toca descalzar de nuevo para cruzar un barranco. Más adelante, otra vez para empezar la pala final, que ya sí tiene bastante nieve.
Elo sufre la subida con la splitboard, mientras yo me voy riendo y disfrutando de la idea de que, efectivamente, vamos a esquiar en Junio. Ni llegaremos a la hora que quería, ni la nieve estará bien, ni hace buen tiempo. Pero estamos aquí, y ya para lo que queda, lo vamos a conseguir.
Llegamos al collado, 2600 y viento. El pico metido en las nubes. Además, en esta semana de lluvias más templadas se ha ido un montón de nieve. Toca portear de nuevo. Mientras mi compañero sigue por la cresta, yo consigo rascar unas zetas por un manto de nieve muy escaso y muy húmedo. Esto so las nieves de mayo, y se nota que no están asentadas como la nieve vieja de antes del collado...
El cresteo final no tiene nieve, esquís a la mochila de nuevo. La roca es bastante descompuesta y se hace bastante incómodo con botas de esquí. No obstante, hacemos cima, ¡al fin!
Se ve la entrada de la canal, y el trozo de cresta que nos falta para llegar.
Empezamos la cresta final. La primera bajada, bastante bien. Un primer collado, y notamos ya cerca la canal que hemos venido a hacer.
Estany Blanc, semicongelado.
Una subidita, nos asomamos... uy, por aquí mejor que no... A ver por abajo....
Algún paso expuesto más tarde, finalmente llegamos a la canal. Niebla. No se ve un carajo. Vamos preparando las cosas, total, ya que estamos aquí...
La pieza "arreglada" vuelve a saltar. Joder, vaya suerte. Nos lo tomamos con filosofía. A lo lejos, a veces, se ve el lago entre las nubes...
Se vuelve a tapar. ¿Esperamos? Da igual, bajamos el primer trozo y abajo ya mejorará...
Esquiamos! Surfeamos! Un 8 de junio en el Pallars Sobirà. Enlazamos curva tras curva en una nieve bastante pesada, pero esquiamos al fin y al cabo. Qué bonita bajada. Gritamos, paramos, reímos y seguimos. Un trozo más llano, con un enorme ventisquero que se deja surfear cual ola. Un cambio de rasante. Algunas grietas de tracción en la cara norte, glups. Menos mal que no llueve....
La segunda parte, ya sin niebla y con el lago al fondo, es un espectáculo:
-Me siento como si estuviera bajando al mar en Noruega, tú!
-Bajamos hasta el agua entonces, ¿no?
Y ahora,... ¿Qué?
Estamos en una lengua de nieve de diez metros suspendida encima de un lago del cuál no se ve el fondo. Rodeados de roca y peña lisa, la verdad que la salida no es obvia. Había leído algo sobre salir antes de la canal, pero la verdad, con lo bonito que es bajar hasta el agua, no te vas a salir antes, ¿verdad?
Nada, escalamos un poco por una canal herbosa y salimos. Hay un camino marcado, ¡Bien!. Lo seguimos.
Uy, ¿por aquí tenemos que pasar?
La roca lisa no es la mejor para ir con botas de esquí, también lisas. Lentamente vamos siguiendo un "camino" que, si no fuera por la pintura verde que lo marca, no sería reconocible como tal.
Llega un punto donde estamos cruzando unas peñas por arriba cuando veo la pintura verde mucho más abajo. Delante, otra roca lisa, que parece que acaba con una buena caída. Mejor bajamos, ¿no?
Ya nuestra motivación son los macarrones que nos preparan en el horno del refugio. Pasito a pasito, llegamos a la cuerda fija de la reseña. A menudo me hacen gracia las cadenas, cables y cuerdas que a veces hay en caminos sin peligro alguno. En este caso, doy gracias a la persona que la haya montado, pues sin ella igual estaríamos en el lago...
Después de este paso, solo nos queda cruzar el río (que no resulta tampoco tarea fácil) para llegar al camino de verano. ¡Al fin!
Llegamos al refugio y nos sentamos a comer. Hay hambre, por lo que no hay foto, pero estaba muy rico 😊
Estamos un rato más de charla, mirando mapas y lo que se hace en los refugios de montaña. Una ilustrativa postal con la fauna local:
Ya son las 15:15 cuando empezamos a bajar. Y yo que pensaba que sería una actividad de medio día...
Nos quedan por delante 800 metros de bajada con esquís y botas en la mochila. Casi nada...
Xino xano, que se dice, vamos bajando. Con la poca nieve que se ve por aquí, cualquiera diría que hemos disfrutado de casi 600 metros de desnivel esquiando...
Llegando abajo, el Pla de Boavi se abre ante nosotros.
-Oye tú, que lo hemos conseguido.
-En la vida, las cosas que valen la pena, nunca serán fáciles.
-¿Qué dices? ¡Parece eso de un grupo de esos valencianos de pop!
-Jaja, venga. Ya casi lo hemos conseguido...
Otra esquiada en junio. Joder, vaya suerte.
Un saludo, y ¡hasta la temporada que viene!
