De travesía por los alpes italianos

Bolzano es una ciudad pequeña, muy manejable en bicicleta y con un montón de autobuses para moverte. Los estudiantes tienen una tarifa plana que les permite coger todos los métodos de transporte público por 150 euros al año, si no me equivoco. Incluye el tren por todo el SüdTirol, por lo que todos lo tienen.

El día 18 mi hermano tiene clase, y yo me lo paso también estudiando en la universidad. Sin yo enterarme mucho ya se ha planeado la primera salida de mi estancia, a Valle Aurina (Ahrntal en [i]tedesco[/i], que en este valle no se lleva mucho el italiano). Por la tarde cogemos una serie de trenes para ir a Brunico, donde vive uno de los compañeros de clase de mi hermano. Vamos un buen grupo: un catalán, un italiano de Vicenza, los gemelos de Val di Fassa, el chico de Brunico, mi hermano y yo. Nos quedamos a dormir entre sofás y el suelo, y nos levantamos pronto para ir a Valle Aurina.



Día 19: Día gris, con algún claro que tampoco deja ver más allá de las montañas de enfrente. Empezamos a 1600 con muy poco porteo. Me comentan que por esta zona, al lado de la Cadena Principal Alpina, nieva más que en las dolomitas. No hay mucha nieve, pero de sobras para esquiar. Mucha media ladera incómoda para entrar al "valle del Viento" que por suerte hoy está en calma. El objetivo en realidad era el Unterer Rötspitze, pero yo y el chico de Vicenza, que ha aprendido a esquiar este invierno, no estamos muy finos y nos quedamos en el refugio, donde charlamos y aprovecho para enseñarle cuatro conceptos de nivologia. El grupo sigue hasta unos 2950 metros y vuelve a bajar, tardando nada y menos.

En parte me he quedado en el refugio para ahorrar fuerzas, pues subiendo había alguna bajada que me interesaba intentar. Convenzo a los gemelos y a mi hermano y vamos para allá, mientras los demás bajan por donde hemos subido. Después de un primer paso incómodo, avanzamos bien, aunque sin ver un pimiento, por un relieve ondulado, hasta una espalda de la montaña. Bonito sitio:



Y bonita bajada:



Nieve polvo del fin de semana, la bajada resulta mucho más disfrutona de lo esperado. Bajamos al llano:



Y de vuelta a Brunico. Hacemos una operación muy curiosa entre coches y trenes para poder llegar a una supuesta fiesta en Trento... Que resulta tener una cola que nos hace tirar hacia un bar conocido por sus extraños brebajes. Y extraños fueron, cada uno peor que el anterior. Al final, una ronda de cervezas para limpiar el paladar, y a coger el último tren a Bolzano.



Día 20: Reposo y estudio.

Día 21: Mi hermano me había dicho que le había prometido a un compañero de clase que le rescataría la bota de montaña, perdida en un mirador mientras comía. Con cuerdas y demás trastos cogemos el primer Funivia del Colle del día, aparentemente el primero del mundo y también incluido en la tarjeta de transporte de los estudiantes, aunque debido a que se han olvidado de abrir la puerta tenemos que entrar por la salida...

Bonito bosque encima de la ciudad, y rescatando la bota (bastó con un rápel de 15-20 metros) incluso despejó la niebla. Parece que ha nevado, y nos las prometemos felices para el día siguiente:



Día 22: Hoy hace sol, y vamos a las Dolomitas. ¡Al fin! Con los gemelos y el catalán hablamos por whatsapp para decidir la ruta. Nos llama la canal NW de Torre Innerkofler, un potente descenso de 400 metros de desnivel con pendientes que llegan a los 50º. Sin haber encontrado mucha más información que una foto frontal y un vídeo del año pasado, decidimos dar una vuelta, y si parece que vale la pena, se intenta, y si no, igualmente disfrutamos de un precioso día.

Cogemos el primer bus para ir al pueblo de los gemelos, y de allí salimos en coche al Passo Sella, donde empezamos a 2175 metros con los esquís a los pies


Los primeros metros los hacemos rápido por las pistas recientemente cerradas. Subimos por una cresta suave hasta un paso a 2550 metros para cambiar de vertiente. La idea es aprovechar por la mañana para pasar por estas zonas, pues la previsión de es de subida de temperaturas y purgas de nieve húmeda. Un espectáculo pasar por debajo de estos paredones.



En nada estamos a la base de la canal. Se notan las rocas cerca, menos mal de la nevada del día anterior. Caen las primeras bolas, pero se ve corta y decidimos subir.



Espectacular paraje, aunque los cambios de temperatura entre sol y sombra hacen muy pesada la subida, enganchándose la nieve que da (dis)gusto.



¡Menudo sitio! Esto sí son las Dolomitas



Expectantes llegamos al collado. ¡Sorpresa! La nieve de ayer ha caído directamente sobre rocas los primeros metros de la canal. Ya me avisaron que había sido un mal invierno....



Tampoco nos vamos a quejar...



A pesar de algún tiburón muy bien escondido, nieve polvo de escándalo, menuda puerta de entrada al Gruppo del Sassolungo



Abajo, y teniendo en cuenta la poca nieve que había en esta canal, dejamos de lado la Torre Innerkofler y su espectacular cicatriz...



...Para aprovechar una traza ya marcada de un grupo que se lo está pasando bomba con uno de los mejores días de la temporada en las Dolomitas. La verdad que el sitio no es para menos...



De vez en cuando cae nieve de los picos con mucho ruído y una gran nube de polvo. No nos encontramos en pendientes ni orientaciones en las que nos preocupen las avalanchas, pero hay que tener en cuenta lo que tienes por encima.



Nos dirigimos hacia una canal oeste después de un buen cacho orientado a norte, pero las purgas que caen desde arriba y el estado en el que está después del paso del grupo anterior nos hace darnos media vuelta sin llegar a ver el otro lado. Buena nieve polvo durante unos 300 metros y nos paramos a comer. El grupo decide subir a por un trozo más de polvo, mientras yo decido de nuevo quedarme sentado. Se nota que este invierno he hecho poca travesía y nada de bici...



Bajamos hasta el Rifugio Vicenza, con nieve muy húmeda por debajo de 2400. Aquí, vuelta a subir hacia la Forcella del Sassolungo. Paraje verdaderamente sobrecogedor.






La belleza es abrumadora, increíble.



Mientras a 2700 metros es invierno, en el valle es primavera:



Y.... al otro lado del cuello, también



Bajada con mucho cuidado para no coger demasiados tiburones por nieve entre podrida y crosta, pero se llega al coche. De hecho, mi hermano y uno de los gemelos deciden alargar otros 400 metros la bajada en dirección Canazei. Otra cosa no, pero el estado de las pistas es simplemente espectacular. Cómo se nota el trabajo de los cañones por esta zona! Alfombras aún una semana después del cierre.

Sea como sea, el segundo día ha sido todo un éxito.



Día 23: Reposo y estudio.

Día 24: Mi hermano propone la Canale dei Bureloni, una buena canal con 500 metros de desnivel, más otros 500 de salida, y pendientes que llegan de vez en cuando a los 50 grados, 55 arriba del todo. Está situada en el grupo de Pale di San Martino.

El único pequeño inconveniente es que el día anterior estuvo lloviendo, y el 24 amanece lloviendo en la ciudad, nevando en cotas bastante altas. Confianza ciega en las previsiones, que indican que a partir del mediodía empieza a clarear. Como un compañero tenía cosas por la mañana, salimos bastante tarde de Bolzano, pasando a recoger a los gemelos antes de dirigirnos a Passo Rolle, a 1965 metros. Empezamos a andar sobre la 1. Primero, subidita por las pistas para calentar.



Bonitas las montañas estas, incluso con la nube aún metida:



Nieve húmeda, de momento, hasta 2200. Una bajada hasta 1900 por nieve húmeda, con woompfs bajo los pies y las primeras dudas.



Hablamos sobre la nieve. Si no cambia a mejor, no subimos la canal. Trato hecho. Canal a la vista.



Subimos hasta 2400, empieza a cambiar. Volvemos a hablar de la nieve. Parece que hay placas de viento. Una cizalla de mano: pinta bien, por ahora.



Cayó una avalancha el día anterior a lo largo de toda la canal. En las zonas donde ha pasado, ni rastro de inestabilidad. En los laterales, acumulaciones de viento que parecen susceptibles a desencadenarse. Cuidado pues, pero mientras sigamos la traza de la avalancha, vamos bien.



90 cm de nieve polvo no hacen nada fácil avanzar por la canal. Nos lo tomamos con filosofía. Vamos subiendo, vamos rotando, y a ver dónde llegamos. ¿Hasta qué hora queréis andar? Hasta las 6, perfecto.

Las manos empiezan a coger frío. En la zona alta de la canal sopla viento, se hace tarde. Igual ni hace falta seguir hasta las 6. A las 17:45 empezamos a ponernos los esquís. Estaremos a unos 2950 metros, con nieve hasta las pelotas, y empieza a salir el sol. ¿Qué más se puede pedir?



La canal tampoco pinta mal, la verdad...



Empiezo yo. Unas curvas, muy buena nieve. Con calma hago el primer resalte por la izquierda, sin problema. Me aparto un poco para no quedarme en la linia de máxima pendiente. Error, cede una pequeña placa de 3x4 con un corte de unos 30 cm. La nieve de esta pasada noche. Aviso arriba: en el centro bien, pero no hay que dejarse seducir por la nieve polvo de los laterales. Está peligroso, chicos.

Baja el primer compañero, bien. No se mueve nada más. Baja el segundo, uno de los gemelos. Igual les he avisado en catalán, pues hace una curva en el trozo de placa que no había caído y esta se va también. Poca nieve movilizada, no hay problema, pero vamos a tomarnos en serio esto de quedarnos en la traza de la avalancha del día anterior, por favor.



Nos reagrupamos al lado de una línea de rocas, un poco apartado del centro pero sin acumulaciones de viento. Baja mi hermano. Decide no hacer caso de las advertencias anteriores, y baja rápido. Las curvas y la nieve, espectaculares, pero no es el momento. Se aparta unos metros del centro de la canal y cede una placa de 15x30 metros, 50 cm de cicatriz. Gracias a la inercia que lleva y a un buen pataleo consigue salir antes de que la avalancha lo arrastre por las rocas. Menos mal, pero la bronca se la lleva igual.



Bajamos, ahora sí, despacio y de uno en uno, de un punto seguro al siguiente. Justo el día anterior habíamos discutido sobre la gestión del riesgo en la montaña. Él opinaba que yo era demasiado extremo, viendo el peor escenario posible con demasiada facilidad. Yo le decía que él subestimaba los riesgos . Él me decía que le parecía más arriesgado hacer las actividades que hago en solitario que salir en grupo un día con mayor peligro de avalanchas. No nos poníamos de acuerdo, pero esta vez me dio la razón. Yo le dije que iba a tomarme más en serio los pequeños accidentes que pueden tener consecuencias graves en solitario, y él que no iba a tomar más riesgos innecesarios para aprovechar más una bajada. De los errores se aprende, menudo error este...

Sea como sea, después del susto la bajada fue orgásmica. La nieve debajo de la placa seguía siendo polvo, y la luz era mágica. Seguimos sin tomar riesgos innecesarios, no hace falta. Estas curvas son para disfrutarlas.



Nieve espectacular con las luces de la tarde



Ya sólo falta la vuelta. Despejado ahora, menuda vuelta



Vezzana y Cimon della Pala, buenos montañotes...



Llegamos al collado con las últimas luces...



Esta vez la montaña te ha dado otra oportunidad, aprovéchala...





Último vistazo atrás, espectáculo:



Y ya llegando al coche después de la bajada por la pista, el Cimone della Pala se muestra vestido de gala:





Sabor agridulce este día. Tenía muy claro que si las condiciones no acompañaban me daba media vuelta, pero las ganas superaron la cabeza en el caso de mi hermano. Estoy convencido que se podría haber bajado toda la canal por la traza de subida sin más problemas que las primeras pequeñas placas, que eran ya más de lo que tendría que haber pasado. Al final no pasó nada, y la bajada fue sencillamente espectacular. Tampoco el depósito de la avalancha era muy grande, en parte por la fuerte pendiente que había, y no creo que se hubiera quedado enterrado, pero no puedo dejar de pensar que se cometieron errores ese día, y eso siempre te hace reflexionar. ¿Hasta qué punto vale la pena esto que hacemos?

Día 25: Nos despertamos pensando que iba a llover. Hace un sol espectacular. Mi hermano decide llevarme a un valle que ha frecuentado este invierno, el Sarntal. Nada complicado, cogemos un bus y vamos los dos.



Porteo a 1500, nada de nieve por aquí.



Avanzamos por el bosque y logramos calzar esquís a unos 1700



Después de una primera parte algo incómoda, con bolas de avalanchas viejas, mucho árbol y bastante piedra, y un trozo por una canal subiendo a pata, llegamos a una preciosa ladera justo por debajo de los 2000 metros.



Avanzamos bien, con frecuentes cambios de tiempo. Nos nieva dos veces, otras nos hace sol, otras se vuelve a meter la nube... tiempo primaveral 100%. Vamos a por el pico Muttanella. Por aquí la cota de nieve estuvo un pelín más alta, y no me preocupa el peligro de avalanchas. Mejor, no me apetece.

Este valle, por su acceso algo complicado, es de lo más salvaje que he visto estos días. Me recuerda a la Vall Ferrera.


El último tramo lo hacemos sin esquís, que la pendiente se pone algo más tiesa. Otra vez una placa de viento. No llega a 20 cm, es pequeña, no hay ningún tipo de exposición. Sigamos pues, hasta la cima.



La bajada por la cara norte queda descartada. 60 grados, mucha roca, entradas difíciles de encontrar, y la nube que entra y que sale. No hace falta complicarse la vida, bajemos por donde hemos subido y luego hacemos el cambio de valle.





Bajamos por una zona entretenida, con una canal que en algún momento se estrecha. Una pena que el domingo padeció los efectos de la lluvia y está llena de bolas heladas. Esquí supervivencia hasta que vuelve a abrir, y ya rienda suelta hasta unos 1900. A partir de aquí, bajamos con cuidado entre rocas y árboles hasta encontrar de nuevo la traza de subida. Abajo, en el valle, es primavera. Si nos damos prisa, podemos coger el siguiente bus...



Un saludo