Espot Esquí y Port Ainé se encuentran en el Pallars Sobirà. En línea recta apenas quedan separadas por 15 kilómetros, pero a pesar de ello cada una tiene una historia, una geografía, una tipología de cliente, un entorno paisajístico e incluso un tipo de nieve tan diferente que les permite, a cada una de ellas, tener una identidad singular. En definitiva, apenas comparten unos pocos rasgos en común, la una con la otra. Tan cercanas, y tan diferentes.
Quien las conoce y se ha deslizado por ambas estaciones las entiende como estaciones realmente diferentes. Y en mi opinión no por ello complementarias, que también podría tener su lógica. Entonces... ¿Qué es lo que tienen que las hace tan diferentes la una con la otra? ¿Y seguro que no son complementarias?
Y es que normalmente, a quien gusta Espot Esquí, no le convence Port Ainé. Y viceversa. Hay excepciones, claro, y siempre habrá quien dirá que, en caso de supuesta necesidad de quedarse con una o con la otra, tendría dudas para escoger. A ambas les encuentran sus atractivos y alicientes. Y paradójicamente, todos tienen razón. Sobre gustos sobre estaciones de esquí y formas de entender el esquí nadie tiene la exclusiva, en eso estaremos todos de acuerdo.
Sí, obviamente me podréis decir que todas las estaciones tienen su identidad, singular, diferente, única e incomparable, aunque puedan tener bien cerca otra estación, como podrían ser el caso de Astún y Candanchú, apenas distantes por 4 kilómetros en línea recta. O Navacerrada y Valdesquí. Pero lo que las hace diferentes también es porque las hace complementarias. En Port Ainé y en Espot esa norma no escrita entiendo que no se cumple.
El caso es que entre Espot Esquí y Port Ainé, las diferencias se remontan ya a su historia. Vamos a repasar punto por punto los orígenes de cada una de ellas y como ya desde esos entonces, la historia las ha condicionado en su desarrollo hasta nuestros días.
Dos historias muy diferentes
Espot Esquí es a día de hoy la estación histórica, la decana de la comarca, sobre todo si tenemos en cuenta que la que realmente fue la primera en abrir, Llessui, que lo hizo un año antes de abrirse Espot, también fue la primera en cerrar. Y cerró el mismo año de la apertura de Port Ainé. Curiosidades de la historia.
El caso es que Espot se puso en marcha en la temporada 1967-1968 con el nombre de Superespot, siendo una promoción de la empresa PURISA (Promoción de Urbanismo e Inversiones SA). En la primera fase se construyó el Hotel Or Blanc en la cota 1.500, el telesilla Els Estanyets, el telesquí del Bosc y un telesquí para debutantes a la llegada del telesilla.
El proyecto iba acompañado de una urbanización a pie de pistas con una zona de viviendas unifamiliares, zona hotelera y otros servicios. Detrás del proyecto había dos impulsores principales: los publicistas Víctor Sagí Vallmitjana y Jaume Domènech.
Por contra, la historia de Port Ainé es más reciente. Fue inaugurada el 11 de enero de 1987 gracias a un segundo premio de la Lotería del Niño. El fundador y máximo impulsor de la estación, Josep Mesegué, había comprado 110 décimos en Barcelona. Era enero de 1985 y el premio dejó 880 millones de pesetas entre varios vecinos de la zona, quienes compraron buena parte de esos décimos.
Dos años después abrió la estación, al frente de la cual el mismo Josep Mesegué con la ayuda financiera de muchos de quienes fueron agraciados por la Lotería. El proyecto, con un claro espíritu emprendedor y a la vez un punto arriesgado en su partida, prometía convertirse en una buena aventura empresarial.
Una orografía muy diferente
Aunque sobre papel y en datos pueden ser parecidas, sobre el terreno las dos estaciones son muy diferentes, por lo que la instalación de remontes y las pistas a las que dan acceso no tienen nada que ver. Únicamente tienen una cosa en común: las dos se sirven de dos remontes centrales para unir la cota baja con el alta.
Así, mientras Espot es a primera vista una estación de orientación vertical, con dos montañas sucesivas unidas por un pequeño llano y con pendientes orientadas a noreste, Port Ainé es una estación “mitad cebolla”, o lo que es lo mismo, un eje central alrededor del cual se diseñaron unas pistas "concéntricas" que unen la totalidad del dominio esquiable. Es lo que se conoce como la imaginaria "media olla" de Port Ainé, de orientación claramente a norte a la falda del pico del Orri.
Pie de pistas y accesos muy diferentes
Lo mismo sucede en cuanto a su pie de pistas y los accesos. En el caso de Espot, a pie del telesilla de la cota más baja de la estación, cuenta desde el primer día de apertura con un pequeño núcleo urbanizado, en el cual destaca el hotel Or blanc. Y muy cerca encontramos el segundo pie de pista, el pueblo de Espot (a 3,5 km, 1.220 m y 350 habitantes), un auténtico pueblecito de arquitectura de montaña con sus servicios básicos.
Por contra, en el caso de Port Ainé, no fue hasta el año 2000 que pudo materializar un pequeño pie de pistas con algo más que servicios básicos. Ese año se inauguró el gran hotel Cota 2000. Así pues, el pie de pistas real de Port Ainé sigue siendo el pueblo de Rialp (a 20,5 km, 725 m y 665 habitantes).
En resumen, la identificación y vinculación de las dos pequeñas poblaciones con sus respectivas estaciones son también diferentes, y lo es por la historia que han vivido sus vecinos y por la cercanía/lejanía de los remontes con su día a día. En Espot la estación la sienten muy suya, consecuencia del paso de los años. En Rialp también, pero quizás no con tanta intensidad.
Paisajes diferentes y señales de identidad propias
Otra de las cuestiones que sorprenden de las dos estaciones es que, a pesar de encontrarse en la misma comarca y rodeada de bosques de pino negro, el paisaje de su entorno es muy diferente.
Espot Esquí se sitúa colindante del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. A sus espaldas, las cimas y lagos del Parque están muy cerca, pero no se ven. Enfrente a las pistas y en un horizonte cercano destacan los tres miles de la Pica d’Estats (3.143 m) o el Pic de Sotllo (3.072 m).
Dentro lo que es la estación, y como detalles de identidad, destaca la pista la Rampa, en la zona baja, y las 3 pistas en paralelo de su parte alta, bautizadas como la Dos, la Tres y l’Estadi. Detrás de estas tres, emerge la Pala d’Eixe, el pico de 2.657 metros alrededor del cual, por su vertiente noreste, se desarrolla en buena parte la estación.
En Port Ainé, por contra, parece que las cimas que la rodean sean algo más redondeadas y menos agrestes. La seña de identidad más evidente es el par de antenas de telecomunicaciones que coronan el Pic de l’Orri (2.430 m), bien visibles desde prácticamente cualquier rincón de la estación. La estación se encuentra dentro del Parc Natural de l'Alt Pirineu, de creación más reciente que el Parc Nacional y por ello menos conocido.
La nieve, la reina de Port Aine
La nieve en las dos estaciones también es diferente. Port Ainé tiene la merecida fama de ser de mayor calidad que su vecina Espot. En este caso, la orografía en forma de olla de la estación, y el clima quizás algo más seco, hacen que Port Ainé gane a Espot la batalla de la calidad de la nieve.
En los años 90, un nivólogo estadounidense que analizó los granos de nieve en las cercanías del Riu sec, una zona de posible ampliación de la estación, aseguró que se trataba de un grano muy parecido al de las Montañas Rocosas de su país. Incluso afirmó que ni siquiera lo había localizado en los Alpes.
Dos lemas muy diferentes
La historia de ambas estaciones y su visión quizás diferentes de los objetivos finales de una y otra, también ha dejado huella en sus lemas de promoción. Para algunos esto puede ser un detalle menor, pero a mí me parecieron muy originales y atrevidos en su día. Así, en Port Ainé optaron por el "Port Ainé et farà estimar la neu", lema original en catalán y que, traducido castellano, viene a explicar que Port Ainé te hará amar la nieve. En mi modesta, y por supuesto discutible opinión, ha sido uno de los mejores que nunca he visto.
Pero en Espot no se quedaron lejos de apostar por un lema sin complejos. Quizás por su cercanía al bello Parque Nacional de Aigüestortes i estany de Sant Maurici, su primer mensaje marquetiniano fue el de "Espot, Paraíso blanco". Se podía intuir que detrás había dos publicistas que apostaban fuerte por posicionar sus inversiones millonarias en el Pirineo.
Tipologías de clientes y competiciones diferentes
Y ya para acabar, y aun teniendo presente que todas tienen su tipología de cliente habitual mezclado con el ocasional, creo que no me equivocaría, sí afirmo que Espot es la estación que más y mejor alberga el espíritu de competición clásica, el esquí más tradicional y el cliente más bien familiar. La estación ya ha albergado varias competiciones de esquí alpino y de telemark.
En contraste, Port Ainé es la estación "rompedora", la frecuentada por los snowboarders y los universitarios, y se podría decir que es el destino de los amantes de las modalidades free-style. Las competiciones que acoge también van un poco en la misma línea y cuenta con un snowpark de referencia por ser de los primeros en abrir en los Pirineos.
Sí, por supuesto, que en ambas hay de todo, pero estos serían los perfiles que predominan en cada estación.
Y ahora, con estas explicaciones, y suponiendo que no hayáis estado en ninguna de las dos, ¿por cuál de las dos estaciones optaríais?
Y para quienes sí conocéis las dos: ¿Pensáis que no son complementarias?