Y ahí seguimos ambos, compartiendo aventuras blancas por toda Europa, cada año una semana con los amigos y otra con las familias.
Y en su honor escribo este primer reportaje. De hecho el título, más allá de las referencias al sitio y a la semana en que fuimos, tiene que ver con un comentario suyo, pues le gusta esquiar a primera hora del día. El dice que a esa nieve, los ingleses la llaman nieve pana. Los surcos que deja la máquina pisanieves hacen que se parezca a la tela de pana. Y de ahí el nombre.Adaptando el término a nuestras expresiones, ya podemos decir que esquiar a primera hora es algo así como “partir la pana”. Y a eso nos dedicamos con nuestras familias durante toda la semana del 2 al 9 de marzo.
Junto a Ray –a la izquierda, de negro- en Riffelberg
Comencemos por el principio. El viaje, en avión, nos dejó en el aeropuerto de Milán Malpensa, donde tomamos un coche para desplazarnos hasta Valtournenche. Un consejo, cuidado con el alquiler de vehículos en Italia. Si contratas el seguro a todo riesgo con empresas tipo Rentalcar, de tener cualquier problema con el coche, el proveedor del vehículo en Italia te cobrará por los daños, y luego se los deberás reclamar tú a la compañía con la que contrataste en origen. También si se desean neumáticos de invierno, habrá que acordarlo previamente, pues no es obligatorio en dicho país. En fin, tras una accidentada salida del aeropuerto, debido a la inexistente señalización en su interior, una vez en la autovía primero y autopista y carretera de montaña después (ésta última en un tramo de 20 kilómetros aproximadamente), ya todo fue bastante sencillo.
Y el destino era el gran dominio de Valtournenche/Cervinia/Zermatt. Nos aguardaba el imponente Cervino/Matterhorn, los glaciares, la pista más larga del mundo, o al menos eso dicen los italianos, más de 300 kilómetros de pistas….
Qué por qué elegimos Valtournenche?
Por varias razones. En realidad, siendo marzo buscábamos un dominio con altitud, por si los calores arreciaban. Y una vez elegido, por una simple razón económica, Zermatt había que descartarlo. Sería la primera opción, sin dudarlo, pero Suiza es Suiza, con su nivel de precios! Y entre Valtournenche y Cervinia, había varios puntos a favor de la primera. Menos viento y también una cota inferior, o sea, menos frío y menos riesgo de cadenas con el coche.
Vatournenche
Teresa y Guzmán en las abarrotadas pistas de Valtournenche
Nos quedamos cortos en las razones. A las anteriores, que pudimos confirmar, añadiría que Valtournenche es un pueblo con más encanto y, sobre todo, los remontes y las pistas estaban prácticamente para nosotros solos a cualquier hora del día, además de una nieve polvo en toda la estación, salvo en la bajada por la pista 1 hasta el pueblo, que por las cotas, transitaba de dura a primera hora de la mañana, a primavera con bañeras de la tarde. Por lo demás, una bajada preciosa. De Cervinia diría a su favor que tiene más ambiente, al ser más grande, pero si lo que se busca es el apreski, creo que en general Italia no es el sitio comparado con Austria o España.
Nos quedamos en el Hotel Tersiva. Está en una ladera, a la derecha, subiendo desde Valtournenche, a unos 400 metros del pueblo. Las instalaciones estaban muy bien, teniendo en cuenta que tenía tres estrellas, pero el trato y el servicio prestado, me atrevería a decir que era de cinco estrellas. Gracias Alexandra y Fabrizio por el estupendo trato durante toda la semana. El coste era aproximadamente de 60 euros por persona y día, con desayuno y cena incluidos. Muy recomendable. Tenía traslado a la base de la estación y spa no incluido en el precio (8 euros diarios).
La previsión del tiempo para el primer día, domingo 3, era de sol y temperaturas alrededor de 0, con poco viento. O sea, había que aprovechar para la primera excursión a Zermatt. Por el camino, un huevo, dos telesillas y una percha que sorprende, viendo la calidad de las instalaciones actuales de los dominios potentes, pero que a la vez, supone una barrera para que los esquiadores de las otras zonas no vayan a Valtournenche. En cualquier caso, la calidad de los remontes en el lado suizo es notoriamente superior a los del lado italiano. Ya en Plateau Rosa, las vistas son espectaculares. Picos de más de cuatro mil metros, glaciares, y toneladas de nieve por todos lados. Majestuoso!
El Matterhorn, bajando desde Theodulpass
Y ya bajando desde el Plateau Rosa – 3.500 m.s.n.m- hacia Swarzsee, en Suiza, por las pistas roja 80, azul 73, rojas 70 y 64, la calidad de la nieve es excepcional. Conducir los esquís a los pies del Matterhorn, viendo a la derecha el glaciar Theodul es un placer que hay que aprovechar. Como en el grupo hay varios niveles, para bajar a Furi optamos por evitar la pista negra 62 y dar un giro a la izquierdapor la pista roja 52. No lo aconsejo, pues hay muchas partes planas e incluso cuesta arriba. Creo que mejor repartirse, y los que no puedan que bajen en eltelecabina Matterhorn Express, y los otros que disfruten de la negra, que tiene una bajada divertida y bonita como comprobaríamos días más tarde. Como se nos hace ya tarde, tras almorzar, decidimos volver a Italia y hacemos la bajada desde la Testa Grigia hasta Valtournenche de 22 kilómetros por las pistas rojas 7, 35, 36, 12, 1ª y 1, que en realidad es tan sencillo como ir siempre a la izquierda hasta abajo. Para ser el primer día, no nos podíamos quejar.
Al día siguiente, el lunes 4, la visibilidad a primera hora de la mañana era muy mala, lo que supuso que estuvieran cerradas las conexiones con Cervinia y por supuesto con Zermatt y que la mayor parte del grupo optara por no subir. O sea, yo solo en el sector de Valtournenche hasta las 10.30 por lo menos. Todo es relativo en esta vida. Nos pasamos el tiempo deseando que la estación sea para nosotros solos, pero cuando a primera hora de la mañana, sin visibilidad, te ves bajando una pista, pegadito a los palos por lo que pueda pasar, lo que desearías es que hubiera una multitud contigo haciendo lo mismo. Lo cierto es que a partir de la una se cerró aún más, y comenzó a nevar. Una vez reunido con la mayor parte del grupo a pie de los remontes, decidimos caminar río abajo –mucho mejor que por la carretera- a buscar un restaurante en medio del pueblo para pasar ya el resto de la tarde.
Caminando por el río desde el telecabina hasta el centro de Valtournenche
El martes 5 teníamos otro día de los que siempre quieres tener. Despejado. Frío arriba con nieve en polvo… tocaba ir a Suiza, aunque el grupo se dividió, pues la mayor parte prefirió quedarse en la parte italiana.
Acaso les atraía la cantidad de gente que había en pistas?
Nosotros decidimos ir en coche hasta Cervinia, para enlazar con dos huevos y un teleférico hasta el Plateau Rosa. Desde allí hasta Furi, tomando ahora si la 62 y en tren cremallera hasta Riffelferg. Una vez allí, por la pistas rojas 29 y 26 hasta Gant, una delicia. Prácticamente solos, con sol, nieve en polvo y frío. Yo diría que las pistas en el lado suizo tienen bastante más encanto y suponen un mayor desafío, frente a las autopistas italianas. Por lo que leo en el foro hay bastante consenso en esto. La calidad de la nieve era excepcional y pudimos comer en algo así como el paraíso, un restaurante en Blauherd. Vistas al Matterhorn, y a derecha e izquierda nada tenía desperdicio. Sol. Ni una nube, buena comida, y un grupo inglés cantando entre otras “haveyoueverseenthe rain” . Aquí les dejo un extracto de vídeo para que lo comprueben.
Si hay que elegir entre el Matterhorn o el caballero de la parte inferior….
Tras terminar la comida, subimos hasta Rothorn, y luego bajada y subida hasta Hohtalli, otro sitio que quita el hipo. También la bajada hasta Furi fue muy divertida con zonas rápidas, de nieve dura, y ya llegando restaurantes con mucho encanto a pie de pistas, en los que valía la pena parar. Pero a las 3.40 creo recordar, debes estar allí para no comprometer el regreso a Italia. -Por si acaso lo digo, no hay opción en perder la conexión con pistas. La alternativa es dormir en Zermatt, pues el acceso por carretera no es planteable-. Luego ya, una vez en Italia, un pequeño tramo de bañeras en la famosa pista roja 7 “ventina”, y a correr ladera abajo, bordeando una presa, hasta Cervinia, y quedarnos haciendo algunas pistas hasta el final del día.
Los distintos pueblos del valle están conectados por un ski bus, con buena frecuencia, y a un coste de 2 euros.
De tiendas y apreski en Cervinia
El miércoles 6, otra vez aparecía cubierto y comenzaba a nevar, primero de forma tímida, y luego, durante un rato, copiosamente. En esta ocasión, nos atrevimos a subir, confiando en el parte meteorológico que pronosticaba que se aclararía a media mañana, como así fue. Y eso nos permitió estar solos haciendo fuera de pistas dentro de las pistas, con nieve crema y un día que iba claramente a mejor, acabando con sol. Aprovechamos para visitar Cervinia, donde tuvimos la sensación de que había muchísima gente, si bien las pistas anchas y de nieve en polvo, eran una delicia. Ya en la bajada al final del día hacia Valtournenche nos encontramos a unos donostiarras que también estaban disfrutando de la semana con unos amigos italianos. Cerveza en mano, no cabía otra que hacernos amigos para siempre!. Un saludo si leen este reportaje!
Disfrutando las pistas de Valtournenche
El jueves 7, otra vez estaba cerrada la conexión con Zermatt. Subimos por Valtournenche hasta el Plateau Rosa y bajamos por Theodulpass hasta Plan Maison para volver a Valtournenche. Habíamos quedado para almorzar en un restaurante que nos habían recomendado a pie de la pista roja 1 ya llegando a Valtournenche, “Foyer des Guides” y fue un acierto. Una decoración que no olvidaba detalle alguno con unas vistas espectaculares. El precio de la comida fue de 40 euros aproximadamente, que teniendo en cuenta el lugar, no me pareció caro en absoluto. Ya luego una pequeña esquiada por la zona y otro día más de disfrute!
La única foto de los 22. El año que viene, si se suman algunos, alquilamos el avión!
Madre e hija, y detrás las montañas y el esquiador del futuro!
Ya llegaba nuestro último día de esquí, el viernes 8. Y la despedida no podía ser más que con otro perfecto día en el que la opción suiza estaba bastante clara.
Para Suiza, y con la sonrisa puesta!
Una vez más la nieve en polvo y las vistas… qué vistas…. Esta vez llegamos hasta Rothorn, para tirarnos por la izquierda, pero antes paramos en el hotel de hielo, al que accedimos tomando el Riffelferg Express desde Furi, y desde allí el telesilla M que sube a Gornergrat (no hasta arriba pues para ello habría que tomar el tren cremallera).
Muy recomendable el hotel de hielo en la zona de Riffelberg, y la barra una obra de arte.
Y fuera del hotel, tocaba un chocolate!
Y finalizada visita, de nuevo por la roja 29 hasta Gant, y desde allí con el telesilla F de última generación, con asientos de cuero, calefactados… como Cogulla!, hasta Blauherd y teleférico hasta Rothorn.
Alfredo y Ana, Padre e hija, estupendos como siempre. La nube nos fastidió la visión perfecta del Matterhorn
Luego una gloriosa bajada, por las pistasrojas 14, 15, 9 y 1 que son una maravilla.
Abajo Zermatt. En la parte superior izquierda una vez más el Matterhorn, con una nube que tapa su cara norte.
La llegada ya abajo a Zermatt, por medio del bosque, no tiene desperdicio. Y desde Zermatt, bus eléctrico y tren cremallera –qué no falte de nada!- , desde el principio hasta Gornergratt.
Como en el metro, pero con los skies, ya en Zermatt
Se aprecia en la parte inferior derecha el tren cremallera. De la montañita del centro, no recuerdo el nombre!!!!
Imperdible el tren, tanto a derecha como a izquierda un disfrute desde la salida hasta la llegada. No lo había mencionado hasta ahora, pero desde Trockener hasta el Klein Matterhorn se ha estrenado este año el telecabina 3S. Amigo, una vez que te has montado en él, ya bajar de calidad es más complicado. Ver cómo te acercas al glaciar a la velocidad que va, con la suavidad que se desplaza…. Y sabiendo que estás llegando a 3.800 m.s.n.m…. Sin palabras. En general el sistema de transportes en Zermatt es muy bueno.
Se ve el 3S subiendo a KleinMatterhorn. Y también la lengua del glaciar como cae
Bajamos ya por Theodulpas para evitar las bañeras del inicio de la pista 7 y llegamos hasta Cervinia por la rojas 46, 6 bis, la azul 5 y la roja 3.Ya de vuelta en bus, en el bar del telecabina de Valtournenche me vuelvo a encontrar con los amigos vascos. Cerveza en mano, me tranquilizan. El viaje de retorno que tienen mañana dura nada más y nada menos que 13 horas en coche… pero se han llevado todo el queso de la región para afrontarlo.
Se acababa lo bueno, y con una grapa nos fuimos a dormir.
Al día siguiente, a casa, en Lanzarote, un paisaje también lunar, también fantástico… y distinto!