Nesselwang es una pequeña estación que está a unos 20 kilómetros de Füssen.
Mi idea inicial era realizar el esquí nocturno en Tegelberg con vistas a los castillos, pero al ver el plano de pistas me pareció que la pista noctuna era muy sosa y pequeña, así que cambiamos de opinión y nos fuimos a esta estación.
Nesselwang es un pueblo cuya estación, el Alpspitzbahn es una estación pequeña, pero la pista nocturna tiene un tamaño más que aceptable, y en este aspecto compite con estaciones más grandes.
^^Fuente: Nesselwang.de"
No pudimos pillar mejor noche para ir.
Por la mañana amaneció con algunas nubes que poco a poco fueron despareciendo para dejar un cielo totalmente despejado. La noche se convertía en una noche estrellada, hasta que por fin se iluminó, y no sólo por los focos de la estación, sino también por la hermosa luna llena que nos acompañó durante toda la jornada nocturna.
La pista nocturna abre todos los días de 18.00 h. a 21.00 h., tres horitas que pensé se me iban a hacer pesadas por eso de bajar siempre por la misma pista, pero al final, no sólo no se me hizo aburrido, sino que hasta se me hizo corto. Pista cuya longitud cubre alrededor de 2.000 metros y que tiene muchas variantes, además de módulos para hacer saltos, barandillas y en definitiva lo que es un pequeño snowpark.
Como podéis ver en el plano, la estación es pequeñita, cubre unos 8 km. esquiables y con sólo dos remontes imporantes, siendo el resto arrastres y una silla que no aparece en el plano, que es de una plaza y que va paralelo al Kombibahn.
El precio del forfait nocturno es de 16 €.
El nivel que había en pistas era realmente impresionante, yo creo que ahí estaban todos los frikis de la zona y me dió la sensación que Mercedes y yo éramos los únicos extranjeros de toda la estación.
Incluso en una de las bajadas, uno de ellos salió de un pequeño riachuelo que hay en un lateral, dando un pequeño salto y a unos 60-80 km/h (la velocidad exacta no la sé, pero más o menos por experiencia, creo que por ahí andaba la cosa), aterrizando de forma impecable y continuó bajando un rato delante mía. Y a todo esto me preguntaréis que tiene de especial y yo os contestaría que nada, si no fuera porque todo esto lo hacía de switch. Menudo maquinón.
La verdad es que rodearte con gente de este nivel es una verdadera gozada, y no había nadie que fuera sobrepasado por su nivel, así que aunque la mayoría íbamos a toda leche, no tuve en ningún momento sensación de peligro, incluso los que iban de switch me daban mucha confianza. Una verdadera gozada, que yo creo que influyó en que me lo pasara tan bien esa noche.
Una de las cosas más curiosas que tiene esta estación, es el remonte que sirve a esta pista nocturna. El Alpspitz-Kombibahn.
En el que si os fijáis bien, en el mismo cable van sillas y telecabinas.
Yo pensaba que una estación tan pequeña, perdida en medio de la nada del Oberbayern y un miércoles de diaro, no habría gente, pero la verdad es que sí que la había y mucha. La mayoría adolescentes con un increíble nivel de esquí. Esto me hizo pensar que serían estudiantes o currantes de la zona, que al salir del instituto, universidad o del trabajo, se vienen a practicar aquí unas tres horitas. Esto sí que es afición.
Aún así, la pista es lo suficientemente larga como para que no haya masificaciones en la misma. Eso y el nivelazo, ya que cuando se juntaban unos pocos a la salida del remonte, salían disparados hacia abajo, de forma que se les perdía rápidamente de vista.
En algunos momentos incluso me daba la sensación de estar esquiando en un jardín. Que pedazo de noche se nos quedó.
Y no sólo frikis, también ví cursos de monitores, que estaban ensayando las demostraciónes que luego deberán exibir ante los alumnos, y equipos de esquí sincronizado, que estaban ensayando figuras para algún tipo de campeonanto.
Bueno, Mercedes, despídete, que ya nos hechan.
Esta ha sido para mí una experiencia única que me ha llenado personalmente y que creo que nunca olvidaré. Esquiar a la luz de la luna, con un viento catabático que bajaba caliente e impedía que pasáramos frío, y con todos estos aborígenes con un nivel de esquí que a mí me dejaban en pañales, esto es algo que no tiene precio.
Bueno y con esto termino mi serie de reportajes de la zona del Oberbayern y alrededores. En el mismo día que visité el castillo del Rey loco y esta estación, también visité Füssen. Y al día siguiente cayó Munich. Como entiendo que son temas no relacionados con el esquí y ya he colado el Neuschwanstein, publicaré en mi blog una variante de este último capítulo que sí incluya estas dos ciudades para el que quiera echarle un vistazo.
Espero que lo hayáis disfrutado leyéndolo tanto como yo recordándolo al escribirlo. Es uno de los reports que más me ha gustado hacer y es que este viaje de esquí para mí ha sido especial por ser muy diferente a los viajes que habitualmente realizo.
Muchas gracias a todos por los comentarios. Para los que tengáis dudas, estoy a vuestra disposición.
Un saludo a todos.
Página 5: Schloss Neuschwanstein