Ya, ya sé que alguno pensaréis que lo que trato de hacer con este artículo es publicidad sobre nuestros viajes en Paso Norte. Nada más lejos de la realidad. Desde hace ya 8 años, trabajo como guía en Canadá donde siempre he trabajado con esquiadores y riders ibéricos con los que paso unos días siempre memorables. Aunque nunca había escrito sobre la infinidad de anécdotas y situaciones que llegamos a vivir durante estos viajes, siempre he tenido el gusanillo de hacerlo. Dado el ambiente tan especial del que disfrutamos la semana pasada y por supuesto sin menospreciar al resto de grupos y personas con los que he tenido el placer de “trabajar” durante estos 8 años, he sentido la necesidad de reflejar con letras cómo ha sido ésta semana de ski-safari en el oeste canadiense, así que ahí va.
Día 1.
Después de lavar y preparar la furgo me dirijo al aeropuerto de Cálgary a recoger al grupo, es la primera vez que tengo padres e hijos en un grupo y sabiendo que son todos “locals” en Candanchú, mi segunda casa cuando esquiaba yo en Astún voy ilusionado confiado en que ya tenemos algo en común y que los “jóvenes” le darán un toque de frescura al grupo. El vuelo llega puntual y todos llegan con su equipaje, ¡bien! Resulta además que Joaquín Sr. es cuñado de mi primo Javierito con lo que el hielo se rompe instantáneamente.
El Team. De izquierda a derecha: Joaquín Jr., Joaquín Sr., José Manuel, Oscar, Alex y Guillermo.
Esta temporada está siendo un tanto peculiar y así se lo hago saber al team, tuvimos un comienzo espectacular pero durante los últimos 2 meses nasti de plasti, no nieva mucho, no hace frío, no sé, parece que la nieve y el frío se han ido a Europa. Como si fuera en exclusiva, en Kicking Horse han caído 15 cms. en las últimas 48 horas y es allí hacia donde nos dirigimos. Bien.
Paramos en Banff a que recojan sus esquís y continuamos otra hora y media en la carretera para llegar a Golden, en donde después de un buen “steak” nos vamos a la cama reventados, sobre todo ellos, que llevan casi 20 horas de viaje.
Día 2.
Cima de Kicking Horse
Amanecemos tempranito para después de un colosal desayuno con huevos, bacon, tortitas, fruta, zumo, café y seguro que me dejo algo más, salir hacia la estación de Kicking Horse, ellos saben que es mi favorita y pronto descubrirán porque. Reparto las radios, forfaits y subimos 12 minutos en la “góndola” hasta la cima del CPR (Reanimación Cardio Pulmonar) ridge donde nos recibe un día medio gris, buena temperatura y una nieve que aunque trillada, conserva la frescura y mullidez típicas del lugar. Comenzamos con una de calentamiento y de paso señalo las líneas más llamativas que haremos más tarde. Una vez hecha la corta bajada por el “Crystal Bowl” a la base de “Stairway to Heaven” subimos para entrar por la torre 11 al “Feuz Bowl” un circo enorme con grandes paredes y tubos divididos por crestas algunas blancas, algunas de roca. José Manuel me increpa “¿Ya hemos calentado?” a lo que le respondo que bueno, que más o menos y que seguimos calentando con una diagonal –en ese momento surgió la palabra designada a ese tipo de diagonales que nos acompañaría durante el viaje: “guarrindonguilla”- llena de bañeras, que los chicos (Joaquín Jr. Y Guillermo) encuentran fascinantes y divertidas y que a nosotros, los mayores, nos parecen una tortura. Cuando nos asomamos nos invade esa estimulante sensación de ver las espátulas de los esquís asomando por la cornisilla a un muro tremendo de una nieve fría, seca y blandita. Ya empiezo a oír las respiraciones y corazones acelerando, a ver las caras de excitación del team y sin esperar más atacamos la pendiente con la confianza que da el saber que en esa nieve los esquís agarran con saña.
A media bajada ya se oyen los primeros yuhuuus del viaje y ni puedo ni quiero contener la sonrisa por varios motivos: El team funciona, es decir les voy a poder llevar a mis bajadas Safari favoritas - sabía yo que el tubo de la Zapatilla creaba monstruos de la pendiente - y estos chicos vienen a tope de energía y ganas. La nieve está buenísima. Llegamos a la zona de árboles y después de pasar por el refugio del Grizzly (de verdad, hay un oso), con las piernas bastante calientes ya que llevamos unos 1.000 metros de descenso atacamos la zona de carving de alta velocidad del área baja de la estación para terminar de pegarnos el calentón. De ahí otra vez para arriba, esta vez para mostrarles el lado opuesto de CPR, una línea de fuerte pendiente entre árboles nos lleva a otra de nuestras famosas diagonales esta vez entre más arboles y con un desnivel más que considerable. Llegamos a “Terminator”. El nombre lo dice todo: pendiente, bañeras, árboles en el lateral y larga, muy larga. Oigo por ahí – “joder, no llevamos dos bajadas y tengo las piernas ardiendo”. El sitio es increíble, llevamos esquiando más de 2 horas y sólo hemos hecho 2 bajadas. Además, a pesar de ser domingo, hoy es la final olímpica de hockey con lo cual estamos solos en la montaña mientras que el país entero ve el partido por la tele.
Alex bajando desde la torre 11
Joaquin Jr. en Flying
Guillermo en F.D.
Por la tarde la luz cambia un poco y nos permite ver algo mejor en la zona alpina por lo que decido llevarles al White Wall. Hacemos el pequeño pateo que hay para llegar y desde arriba los chicos empiezan a mostrar signos de la embriaguez que produce ver tal espectáculo de montaña, pendiente, variantes, rocas, cornisas y diferentes itinerarios con lo que deciden entrar a la brava y saltar la cornisa de más de 3 metros y tirar por el tubo de en medio donde les tiro unas fotos de pánico.
Joaquín Jr. dándolo absolutamente todo
Y así continuamos durante toda la tarde, buscando líneas pronunciadas de nieve a la sombra, disfrutando de un esquí agresivo, divertido, a ritmo rápido, buscando saltos, cambios de ritmo y rasantes, de detalles muy toreros como un magnífico salto de la rana que ya quisiera “el cordobés” y si no, más abajo está la prueba. Ha sido un día tremebundo, y como lo prometido es deuda, hoy le toca a Paso Norte pagarse unas birras y unos nachos como bienvenida a Canadá. Brindamos por el día que hemos pasado y con la lengua fuera admiten que les gusta un poquito más que Candanchú, a lo cual contesto que Candanchú tiene muuuucho jugo también y no solo la Zapatilla.
Oscar en Horseshoe
El salto de la rana por Joaquín Jr.
Aquí tenéis algunos de los detalles del día.
Como podéis comprobar, durante la semana he dispuesto de muy buenos modelos.
Día 3.
Si hoy es el día 3 de viaje significa ¡Heli-ski!
Llegamos al Lodge de Purcell a las 8:45 y después de firmar los pliegos de descargo que ya empiezan a asustar un poco, viene la demostración del uso de ARVA, pala y sonda, además del adiestramiento normal para el helicóptero que me hace pensar en porqué somos tan valientes (tontos). Te lo pintan todo tan arriesgado y peligroso que parece mentira que vayas a pasar un día en la gloria. Pero bueno, ha salido el sol y el día promete. Nos juntan en el grupo con un par de alemanes que tienen pinta de esquiar bien, una de las chicas que trabajan en su oficina y con Jeff de guía y un servidor de “tail guide” despegamos de Golden rumbo a las montañas Purcell, en el “backside” de Kicking Horse.
La primera bajada sirve un poco de toma de contacto y para que Jeff vea el nivel del grupo y así decidir qué tipo de terreno se adapta mejor con lo que empieza el festival. La nieve a pesar de las altas temperaturas en el valle se conserva fenomenal a casi 3.000 metros con lo que se empiezan a oír gritos de gozo desde la segunda curva. Te hundes hasta la bota en este powder etéreo, las palas por las que bajamos se convierten en lienzos donde dejamos las firmas de cada uno, los mayores parece que están en una competición a ver quién hace más curvas y vamos peinando la pendiente dejando un “look” que ya quisiera Llongueras. En vista de que hay nivel suficiente, Jeff decide, después de una bajada larga y mantenida, llevarnos a una roca donde podemos saltar y allí los chicos se desmelenan y Guillermo nos brinda un “front flip” que nos deja a todos “flip-aos”. La cosa se anima y los papis también le dan al “drop”.
Después de un par de bajadas paramos a comer en una cabañita que tienen ahí perdida, en mitad de la cordillera para hacer sus escapadas románticas y una vez repuestas las fuerzas seguimos dándolo todo, nos esperan 4 bajadas más que no tienen desperdicio, sobre todo para los que nos gusta la pendiente, ya que llegamos a una zona de árboles sin tocar donde el grado de inclinación se multiplica y en el que la nieve se ofrece como el colchón perfecto para nuestros pies y … en fin, para nuestros pies. Los chavales están disfrutando tanto como los mayores y son estos los que rejuvenecen 20 años acelerando en esta inmensidad, saciando su sed de powder con curvas interminables en algodón mágico. Esto es droga dura de verdad, enganchados para toda la vida.
De tal palo, tal astilla. Los Joaquines.
Ha sido un día de desmelene total y unas cervezas junto con unos taquitos de una especie de fuet suizo al sol de vuelta en el lodge sirven para comentar las jugadas del día, relajarnos después de la batalla y echar unas risas con los germanos. Nos espera el jacuzzi para reponer fuerzas y empezar a pensar en el día que viene, mañana vamos a esquiar con motos de nieve ¡Adiós Helicóptero!
Día 4.
Como todos los días del viaje despertamos con un tremendo desayuno y de ahí ya con las maletas hechas nos vamos a reunir con Mike, dueño de Snowpeak Rentals, para un día de motos, esquí y mucho powder. Después de firmar los correspondientes pliegos de descargos y volver a repasar el uso del material de avalanchas, subimos en la furgo para ir hasta Quartz Creek y allí nos subimos a las motos para hacer un camino de 14 kms hasta la zona donde vamos a esquiar. Pero antes de eso nos damos unas vueltas con las motos probando en pequeñas rampas y una gran explanada, un lago, según nos explica Mike dando gas a tope y empezando a sentir la adrenalina recorrer nuestro cuerpo. Una de las motos se queda atascada y entre 3 conseguimos sacarla pero eso nos deja bastante cansados y a continuación nos trasladamos a un refugio a comer y prepararnos para esquiar. Allí los pájaros vienen a comer en la cabeza de Alex y Guillermo entre otros, que ¿Cómo que en la cabeza?, aquí tenéis la prueba:
Ahora sí, salimos ya con las botas puestas y dispuestos a trillarlo todo. Como dato curioso decir que Joaquín Sr y Oscar, los papis, hoy van a esquiar con casco por primera vez, quizás se acostumbren a ello, quién sabe. La primera subida nos demuestra que Mike es un artista en esto de subir pendientes con su moto, y nos deja encima de uno de los picos en Área 51, vemos muchas huellas pero encuentro una zona sin tocar y allí nos dirigimos. Las rodillas se hunden en esta pala, cara norte y sin viento, parece mentira que habiendo nevado tan poco en los últimos 2 meses tengamos esta profundidad y estabilidad, nada se cae cuando paso yo y doy luz verde a los demás que sin pensarlo, se lanzan a gozar del mejor “Champagne powder”.
Joaquín Sr. con casco
Llevamos 3 bajadas en Área 51 y con casi todo trillado nos vamos al Área 52, un enorme bowl donde no hay ni una sola huella. Los corazones se vuelven locos a palpitar, esto es el paraíso.
Guillermo en Área 52 con Glacier Park detrás
Uno detrás de otro vamos trazando líneas en estas laderas, sin que nada obstruya la fluidez de los esquís penetrando en esta nube ingrávida y pienso “así deben sentirse los astronautas cuando salen al espacio desde sus naves o alunizan en nuestro satélite” y entre bajada y bajada nos subimos al “cohete” de Mike que cada vez va más suelto y se nota, y si no, mirad que tumbada conmigo de paquete.
Finalizamos la esquiada con una bajada sincronizada que empieza muy bien y termina,… bueno todos llegan abajo.
quí os dejo unos detalles más del día en los que se puede ver a Oscar con su casco, sí, casco, integral y bien pesado para mayor escarnio.
Camino de vuelta a la furgo echamos unas carreritas por el camino que nos dejan exhaustos de adrenalina después de un día completísimo. Mike es un tío muy simpático y cariñoso que se deshace en abrazos al Team al despedirse, nos desea buen resto de viaje y desde allí partimos hacia Revelstoke convencidos de que a partir de ahora nos gustará el olor a gasolina por la mañana. Pero antes de salir, aquí podéis ver alguna foto más de este increíble día.
El Team Candanchú
Día 5.
Revelstoke, aquí estamos. Luce el sol para variar, aunque anuncian nevadas para esta noche,
así que para calentar les llevo a que conozcan la zona de pistas en la silla “the Ripper” donde trazamos unas curvas a toda velocidad que nos ponen la carne de gallina a nosotros y también a otros esquiadores que pasan por allí, se nota que los chicos están bien entrenados con el equipo de la navarra, aquí les podéis ver en acción.
Joaquín Jr. a toda pastilla
Guillermo dándole fuerte
Los mayores no se quedan atrás y también disfrutan de curvas a alta velocidad.
José Manuel funcionando
Alex "pasando" del windsurf
Una vez calentitos les tengo preparada una sorpresita, subimos a la cima de “Stoke” y allí nos quitamos los esquís para una subida fuerte a patita con un premio gordo al llegar arriba.
Durante la subida de aproximadamente 20 minutos nos vemos obligados a hacer una breve parada para respirar un poco y desabrochar cremalleras puesto que sudamos un montón antes de llegar. El premio es el North Bowl, una zona “off Piste” con fuerte pendiente y por su orientación, una nieve que aunque pisada, se mantiene blandita, suave y con mucho agarre. Y lo que allí pasó, quizá sea mejor que lo veáis en imágenes.
Desafortunadamente este fue mi último día de esquí ya que en la última bajada me desgarré el gemelo de la pierna izquierda y me perdí los últimos días de heli, que según me contaron fueron épicos, aunque eso tendrán que ser los protagonistas quien lo cuenten si de hecho lo hacen en uno de estos reportajes.
Nos despedimos, eso sí, con una buena cena, buen vino y fuerte madrugón para hacer los casi 500 kms. Que hay para llegar a Cálgary. Abrazos y casi lágrimas en la despedida y la promesa de que el año que viene repiten por que como dijo Alex, “si esto es un año malo de nieve, joder como tiene que ser uno bueno” y el año que viene toca niña y esa deja mucha, pero que mucha nieve.
Un abrazo y hasta pronto. Espero no haberos aburrido mucho.
Julián Pasonorte.
Un servidor para el que quiera conocer los secretos de las Rockies
PDT: Julián ofrece sus servicios a través de Pasonorte.
