Los lagos pirenaicos constituyen ecosistemas húmedosde Alta Montaña de gran fragilidad y vulnerabilidad, un conjunto de formas modeladas por los glaciares que poseen un gran valor paisajistico, ecológistico, cientifico cultural. Un territorio relicto, testigo de los climas fríos del Cuaternario, un patrimonio natural que dista mucho de estar protegido en su totalidad. La amenaza de nuevos proyectos hidroelécticos, la detracción para caudales para abastecimiento de los cañones de innivación artificial o un turismo a veces masificado y poco respetuoso, pueden ser las claves que introduzcan un futuro poco esperanzador en los Ibones pirenaicos.
A partir de este momento, y propiciado por las empresas hidroeléctricas , los ibones empiezan a ser descritos e investigados con el fin de realizar aprovechamientos hidráulicos. Se inicia así una carrera, con mejor o peor fortuna, de construcción de embalses , tuberias forzadas, centrales eléctricas e infraestructuras de apoyo (carreteras o pistas de acceso, edificios, barracones, teleféricos, etc..) a lo largo y ancho de la montaña pirenaica. Sus impactos ambientales a veces muy negativos, pueden contemplarse en las cuencas de Respomuso , Panticosa , Ariège , etc.. donde el majestuoso paisaje de la Alta Montaña ha mostrado toda su fragilidad ante el sentido más irracional del hombre.
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