Encontramos un sitio más o menos decente, aunque la afluencia de piedras pegadas al suelo es algo inevitable. Dejamos las mochilas y preparamos los sacos antes de que se ponga el sol.
Alguno se emociona…
A esta foto, tomada poco después, le sobran los comentarios.
22:30 Merecida “cena de altura” y después otra partidita de mus a la luz de camping gaz. A las 23:15, dos de los componentes de la expedición deciden meterse en los sacos e intentar dormir bajo una estupenda noche estrellada. Yo no tengo sueño, y decido irme a dar una vuelta en medio de la noche junto con mi compañero Carlos. Partimos en dirección a La buitrera de los lobos, cuando llevamos diez minutos de marcha, la cosa parece complicarse demasiado y para no arriesgar, decido desistir de llegar al objetivo, creo que no tengo que dar explicaciones de porqué no continué…
Ya en los sacos comentamos lo arriesgado de lo que acabábamos de hacer, ya que de noche las cosas cambian y mucho. A las 0:00 intentamos dormirnos, aunque resultaba muy difícil, además el viento giró a componente oeste y se intensificó, haciendo más difícil conciliar el sueño. No se si llegué a dormir una o dos horas.
A las 7:00, la claridad del amanecer nos despierta, decidimos levantarnos para salir con el frescor del amanecer y llegar a mediodía a los coches. Esta fue la primera imagen de la mañana.
El amanecer es espectacular, con el sol saliendo entre la cima de Las Peñuelas (2194 m). En la segunda se ve la cima del pico del Lobo a primera con los primeros rayos de un sol que parecía tener intención de querer calentar, aunque en esos momentos hacía bastante frío, unos ocho o nueve grados aproximadamente.
7:30 Tras el desayuno, nos ponemos a caminar de nuevo, esta es una foto de la expedición al completo justo antes de partir.
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