El Freerindig supone el disfrute de la nieve en su estado puro. La idea de naturaleza salvaje que se abre ante nosotros inmensa pero alcanzable, puede hacernos perder por momentos la perspectiva, dejando de ser conscientes de gran cantidad de peligros que realmente entraña un descenso de este tipo.
Este es uno de los mayores riesgos que podemos correr: dejar de ser conscientes de a qué nos estamos enfrentando realmente. Reiteramos en esta idea puesto que resulta fundamental conocer el medio en el que nos movemos, los diferentes tipos de nieve, como actuar ante cada uno de ellos... Todo esto puede aprenderse en cursos especialmente pensados para ello, pero sin lugar a dudas la experiencia también nos lo enseñará.
Debemos aprender a respetar la naturaleza, puesto que su fuerza puede ser mucho mayor de lo que en principio podemos considerar y nos estamos adentrando en ella como si de nuestra propia casa se tratara. En la montaña el riesgo de avalancha está siempre presente; por lo que conviene estar preparado para ella; saber cómo actuar puede ser la diferencia entre salvar la vida o no. Existen también cursos sobre avalanchas que pueden ser muy instructivos, enseñándonos cómo debemos proceder y cómo utilizar el equipo necesario. Estos cursos son organizados por la Federaciones de Montaña de todo el país.
Nunca saldremos a una excursión de este tipo sin ser plenamente conscientes de lo que vamos a hacer; esto incluye estar perfectamente informados sobre gran cantidad de puntos: el estado del terreno, los tipos de nieve que encontraremos, los obstáculos más significativos, la meteorología que se pronostica.... Se trata de información básica de la que debemos disponer y que conseguiremos en la estación de esquí más cercana a la zona y, por supuesto, en el Instituto Nacional de Meteorología. Nunca nos enfrentaremos a una salida sin tener estos datos, o si alguno de ellos nos muestra una situación no favorable o con la que no nos encontremos seguros.
Otro de los factores con los que debemos contar es el de nuestro propio estado físico y nivel técnico. Uno de los riesgos más importantes que existen es el de sobrevalorarnos; en la montaña no existen los superhombres y enfrentarnos a esfuerzos físicos excesivos puede pagarse muy caro. Además hay que ser conscientes de que, si el alcanzar la cumbre nos supone forzar al máximo nuestra capacidad, no nos enfrentaremos al ansiado descenso en plenas facultades, por lo que no podremos disfrutar totalmente.
Lo mismo sucederá si pretendemos realizar un descenso excesivamente complicado para nuestro nivel técnico; nos encontraremos con situaciones realmente difíciles de superar, por lo que hay que tener la suficiente experiencia y pericia sobre la tabla, no sólo para saber moverse, sino también para saber cómo reaccionar ante los miles de diferentes obstáculos que en ocasiones aparecerán como surgidos de la nada ante nosotros.
Conocer nuestros límites es fundamental para controlar los riesgos.
Toda la información aquí expuesta pertenece a www.a-alvarez.com
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